martes, 23 de junio de 2009

verbena de Sant Joan




Doneu-me un tros de fusta per cremar!
Que amb una taula vella sigui ric!

(Joan Manuel Serrat. Sant Joan).

De niños, justo al empezar la tarde de la verbena de San Juan, esperábamos, ya ansiosos, que el carpintero de la esquina abriera su taller y nos prestara, como nos había prometido días antes, su carretón. Cargábamos en él los cubos vacíos que cada uno de nosotros había traído de su casa, y entre peleas para demostrarnos quién era el más fuerte y, a la vez, el más hábil a la hora de conducirlo, nos acercábamos hasta la puerta de la casa del bueno d’en Sisco para, desde allí, marchar con él hacia la playa, donde llenábamos los cubos con arena que, extendida y aplanada sabiamente hasta conseguir el grosor preciso, evitaría que el empedrado de la calle quedara chamuscado por el rescoldo de la hoguera edificada con trastos viejos que ardería, justo empezara a oscurecer, al son del estruendo de los petardos y del sibilante vuelo que emprendían los cohetes durante su fugaz camino hasta estallar en el aire.
Imposible olvidarme de aquella verbena de San Juan en la que un vecino había avisado para que los chiquillos fuéramos por la tarde a su casa a buscar una mesa y unas sillas. Había comprado un comedor nuevo y quería deshacerse del viejo. Fue, sin duda y sin necesidad de jurado alguno –que no lo había-, la mejor hoguera del barrio: La gran mesa, abiertas incluso las dos extensiones auxiliares, quedó plantada en el centro de la futura hoguera y, a su alrededor, ¡seis sillas!... La mesa perfectamente dispuesta para que, gracias al resto de los trastos viejos estratégicamente colocados según su grado de combustión por el bueno de Siscu, el fuego lo consumiera todo.
Sosteniendo en una mano un pedazo de la coca con piñones que había hecho mi madre, y absorto ante aquel banquete del fuego, no era consciente de que, con aquel fuego, se iba consumiendo, además de la destartalada mesa y de las viejas sillas, una forma de vivir...
A medida que fueron llegando nuevos veranos, cada vez más eran los vecinos que, a plazos, habían podido comprar muebles nuevos para el comedor..., pero no había suficiente espacio en la casa para esperar deshacerse de los viejos hasta que no llegara la verbena de San Juan; los coches, comprados también a plazos y aparcados frente a las estrechas aceras de aquellas calles de Badalona, empezarían a ocupar el espacio donde se formaban los corros de vecinos para tomar la "fresca"; las hogueras, plantadas en medio de las calles, empezarían a ser un estorbo para el tráfico, hasta el punto de prohibirse por haberse convertido, además, en un serio peligro para los coches aparcados frente a las casas, donde los vecinos, sentados frente al televisor, comprado también a plazos, esperaban el momento en que Perry Mason desenmascarara, una vez más, al culpable.




Texto: Enric Baye



Fotografía: Gerard Richter



Gracias Enric, mil besos por tú generosidad.

8 comentarios:

Alfredo dijo...

Como si fuera ayer, maderas para quemar en la orilla de la Playa de la Malvarrosa, entonces sólo un puñado de familias, preferentemente del Puerto y El Cabañal, amigos o familia que nos apuntabamos a la fiesta, cenábamos, quemábamos y regresábamos en tranvía a casa de madrugada.

Besos... per Sant Joan

Teresa G. dijo...

que curioso...¿o no? El post se inicia con una cita de la canción de Serrat, que ayer acabé de subir a Youtube y hoy está en el blog villazonista. BONA REVETLLA A TOTHOM !

tag dijo...

La fiesta de San Juan es una de las mas populares y sentidas por todos los que tenemos la suerte de tener al ladito el mar.

En esencia las fiestas de mi tierra, las Fallas, nacieron asi tambien, haciendo hogueras con los restos de madera inservible, que habia en los talleres del Gremio de Fusters, para conmemorar el santo de su patrón, San José.

Y ahora, en junio, que ya hace calor, esas hogueras encendidas en la playa, son una fiesta a la que desde luego yo soy adicta.

Feliz Noche de San Juan, Pilar.

(No se te olvide pedir un deseo, escribirlo en un papel, y quemarlo en la hoguera, que se cumplen)

Joaquim dijo...

He empezado a leer pensando que eran vivencias pilarísticas.
A medio relato he pensado, vaya pequeño relato más catalán le está saliendo y cuando ha nombrado Badalona, rápidamente he bajado la vista hasta el final, para ver como efectivamente, se trataba de una colaboración de lujo.
Hay días que recuerdo con especial cariño, sin duda la noche de Sant Joan de mis años de crío, con esas hogueras en medio de la calle, que tan bien relata Enric y las de mi adolescencia, con las primeras verbenas, bailoteos y flirteos, son de entrañable recuerdo.
Ahora, cada vez que explota un petardo a menos de 50 metros a mi alrededor, me acuerdo de las generaciones pasadas de los que los lanzan, me atosigan las multitudes beodas por las calles y no soporto la música salsera a todo meter.
Ya lo sé, me he hecho mayor, pero sigo recordando con especial cariño las verbenas tranquilas en los patios y terrazas del barrio, con los farolillos y guirnaldas y la primera noche que teníamos bula papal, para llegar a las tantas.
Sin duda continua siendo una de mis noches favoritas del año. Ese verano que nos espera, debería ser el mejor de nuestra vida.
Así lo espero para tod@s los pequeñoformatistas.

Josefina dijo...

Ay Pilar, lo que dice Joaquim también lo experimento yo: me refiero a lo que me asusta el ruido, lo que me altera la "algarabía" y, ya sabes, vivo frente a un plaza que es la felicidad de los "bullangueros". Me refugiaré en la habitación del fondo ¿te acuerdas? e intentaré leer. Dudo que me pueda concentrar pero antes, iré a echar una ojeada a la noche con el recuerdo en el corazón de aquella infancia y adolescencia vividas con verdadera fruición y mágico entusiasmo... !cuántos recuerdos!, como todos mis "compas pequeñoformatistas" nueva y magnífica expresión de nuestro gran amigo; creo que queda "inaugurada" Vivámoslo como podamos y deseémonos mucha felicidad, que siempre es bueno y, se nota, se nota...

Anónimo dijo...

Querida Pilar:
A través de la ventana me llegan sabor, color y música de esta noche única en el año. Con el tiempo he aprendido a disfrutarla de formas muy distintas. Hoy comparto contigo ráfagas de verbena y te envío un beso de coca que ni coloca ni vuelve loca. Tiene guindas.
Glòria

enric dijo...

Gracias a ti, Pilar, y colaborador "de lujo", como dice Joaquim, ni muchísimo menos, y bien sabéis que no es falsa modestia.

Bona revetlla!

pfp dijo...

lejos de la celebración... formulé un deseo secreto para todos mis amigos blogueros... .... fue hacia la media noche

besos a tod@s