El territorio japonés estaba fragmentado a mediados del siglo XVI en manos de muchos señores feudales (daimyo), que ambicionaban llegar a apoderarse de todo el país. Al final del siglo XVI uno de estos daimyo logró comenzar este proceso de unificación: Oda Nobunaga (1534-1582) que fue continuado por uno de sus generales, Toyotomi Hideyoshi 1537-1598) y completado por un aliado suyo, Tokugawa Ieyasu (1543-1616). Los mismos señores feudales, que antes intentaban conseguir poderes individuales, colaboraron para la unificación de todo el Japón.
El hecho de que estos señores de la guerra tuvieran ya bajo su dominio a todos los daimyo, despertó en ellos el deseo de mostrar a sus súbditos la grandeza de su poder por medio de obras desconocidas hasta entonces: palacios impresionantes con interiores decorados con toda la riqueza, castillos que eran un alarde de majestuosidad y dominio, obras de arte de todas clases que eran un signo de esplendor. De este modo se desarrollaron en Japón durante el Periodo Momoyama, las artes en todos los campos.
Fotografía: Obra de Kano Shoei (1519-1592). Retrato de Masuda Motoyoshi, representante de la vigésima generación de los Masudas, una familia samurai de las alta sociedad que gobernó parte de las actuales Prefecturas de Shimane y Yamaguchi. Aquí aparece montado a caballo, con una lujosa armadura decorada con gran abundancia de oro y plata probablemente antes de entrar en combate,(detalle) siglo XVI Colección privada, Tokyo, Rollo vertical, color sobre seda 99,0 x 53,3