viernes, 31 de agosto de 2012

mia. qatar






Al igual que Abu Dhabi o Dubai, Doha se sumía en la pobreza, subsistiendo de la pesca de perlas hasta 1949. Pero Qatar no quiso unirse a los Emiratos Árabes, logrando su independencia en 1971. El descubrimiento de petróleo y sobretodo, gas, trajo grandes recursos económicos, lo cual, sólo recientemente ha repercutido en su modernización y revitalización social, de su arquitectura e infraestructuras urbanas. Similar al caso de los Emiratos, los qatarís han contratado miles de expatriados, principalmente del sudeste asiático, para llevar a cabo tareas de mano de obra, constituyendo actualmente la amplia mayoría de la población qatarí.

El museo de Arte Islámico inaugurado en noviembre del 2008, es una de las grandes obras terminadas recientemente, el último gran proyecto del longevo arquitecto Ieoh Ming Pei. (Cantón, China, 1917) Arquitecto y urbanista estadounidense de origen chino.
  
UBICACIÓN
La bahía de Doha es una conformación geográfica semicircular donde se alojan los más importantes servicios y el centro financiero de esta ciudad. En un extremo de la bahía, se ubica el museo en medio del agua, enmarcado por un amplio malecón curvo, llamado Al-Corniche centro de comercio y el turismo de élite, pero Doha parece querer establecerse como la capital cultural y educativa del Golfo Pérsico y para ello viene invirtiendo importantes recursos en el desarrollo de equipamientos culturales.
El museo descansa en su propia isla, su reflejo en el agua se ve desde toda la bahía, de hecho, para llegar al edificio hay que atravesar un puente. El arte islámico utiliza el agua como espejo y prescinde de representaciones de la figura humana, por mandamiento expreso en el Corán. Debido a esta prohibición, la caligrafía, los motivos florales y geométricos aparecen como formas recurrentes. Fue y es la geometría un elemento de ordenación arquitectónica predilecto de la cultura islámica, como puede verse en el magnífico ejemplo de La Alhambra en Granada.

El acceso a esta pieza escultórica de arquitectura está enmarcado por un eje flanqueado por palmeras,en una ligera pendiente, dándole  cierto sentido procesional al ingreso. El interior, recubierto en mármol de tonos suaves y terrosos, se ilumina gracias a una generosa mampara de cristal desde la cual se pueden gozar de espectaculares vistas a la bahía. El interior se ordena alrededor de un gran atrio en el que se elevan dos grandes escaleras helecoidales rematadas por una ligera y bellísima lámpara-corona circular, con motivos árabes.

LA COLECCIÓN

La colección, no muy extensa, es una auténtica maravilla. Destaca por la calidad  de todas las obras expuestas y por el aporte que cada una de ellas dio en su momento a la humanidad, la cultura musulmana.  La colección dividida  en salas especializadas incluye caligrafía, cerámica, orfebrería, textiles, etc, objetos provenientes de la península arábica, Turquía, España (Andalucía), Siria, Irán, Irak, y Egipto.


Fotografía: pfp. Vista cenital del gran atrio del MIA, donde puede apreciarse sus escaleras helecoidales y la gran corona circular sobre ellas.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Ezcaray-Doha




Para viajar de Ezcaray a Doha, hay que hacer una breve parada en Madrid, y coger un avión que lleva directamente a la capital qatarí, una vez aterrizado el avión, es conveniente saber que en el aeropuerto de Doha no existen de momento fingers, y que la escalera clásica del avión te deposita a pie de pista con una bofetada de calor infernal a modo de bienvenida, de la que te recuperas momentaneamente al subir a la clásica  jardinera o autobús que definitivamente deja a todo el pasaje en la terminal del aeropuerto.  A partir de ahí es aconsejable ser más ligero que el viento, sacudir la modorra del viaje y del calor, y llegar lo antes posible al control de aduana, allí esperan largas colas de humanidad -turistas, residentes y mano de obra barata-, colas que pueden hacerse semieternas si delante tienes alguien con papeles dudosos que hacen que los trámites burocráticos se alarguen y te dejen dormido de pie.
La espera se ameniza observando por ejemplo a la policía masculina qatarí, que lucen tipazo  dentro de su clásica  vestimenta, el thawb, dishdasha, o kandura túnica blanca que llega hasta los tobillos, elaborada con lana o algodón, o a la policía femenina que espera sentada en sus garitos y es la encargada de recoger los pasaportes, sellarlos y dar el visto bueno de entrada a el país. Ellas usan la abaya, túnica negra que les cubre todo el cuerpo y  la cabeza, dejándoles  a la vista únicamente la cara, que maquillan exoticamente, y las manos, que adornan algunas, con profusión de ostentosos anillos, relojes, y pulseras.
Es de agradecer que después de los trámites aduaneros, recoger las maletas y aguantar ya sin aire acondicionado la larga cola del taxi, llegues al hotel sobre las 11 de la noche, buena hora para darse una larga ducha, beber 3 l de agua y acostarse bajo un edredón con el aire acondicionado a tope.
Yo soñé que al día siguiente llovía, pero no fue así, y a la mañana, bajo un sol de chicharrina y una temperatura de 45º C fui capaz de sacar valor y llegarme hasta el museo  de Arte Islámico. Valió la pena, de verdad, pero esa es otra historia que contaré otro día.


Fotografía: pfp. Museo de Arte Islámico. Doha,  Qatar

http://www.mia.org.qa/

jueves, 23 de agosto de 2012

despedida



fue un  día  especial,
despedí a un amigo que nunca más volveré a ver

mi recuerdo para José Luis

pilar


Fotografía: obra de Edward Hopper

miércoles, 15 de agosto de 2012

+ verano


.

ni un pájaro
ni un niño
ni un viejo

solo sombras alargadas y el calor sofocante de una tarde de verano.

pfp



Fotografía: obra de Edward Hopper





martes, 7 de agosto de 2012

a propósito del deporte



"...tampoco es cierto que la práctica del deporte en nuestra época cree mentes sanas en el sentido banal del término. Ocurre lo contrario, y lo sabes mejor que nadie tú, que por ganar los cien metros planos del domingo, meterías arsénico y cianuro en la sopa de tu competidor y te tragarías todos los estupefacientes vegetales, químicos o mágicos que te garanticen la victoria, y corromperías a los árbitros o los chantajearías, urdirías conjuras médicas o legales que descalificaran a tus adversarios, y que vives neurotizado por la fijación en la victoria, el record, la medalla, o el podium algo que ha hecho de ti, deportista profesional, una bestia mediática, un antisocial, un nervioso, un histérico, un psicópata, en el polo opuesto de ese ser sociable, generoso, altruista "sano", al que quiere aludir el imbécil que se atreve todavía a emplear la expresión "espíritu deportivo" en el sentido noble de atleta cargado de virtudes, cuando lo que se agazapa tras ella es un asesino potencial, dispuesto a exterminar árbitros, achicharrar a todos los fanáticos del otro equipo, devastar los estadios y ciudades que los albergan y provocar el apocalíptico final,  ni siquiera por el elevado propósito artístico que presidió el incendio de Roma por el poeta Nerón, sino para que su Club cargue una copa de falsa plata o ver a sus once ídolos subidos en un podio, flamantes de ridículo en sus calzones y camisetas rayadas, las manos en el pecho y los ojos encandilados ¡cantando un himno nacional¡."


MARIO VARGAS LLOSA, Los cuadernos de Don Rigoberto

Fotografía:  obra de Alighiero-Boetti