Arthur Koestler, el gran escritor, estaba convencido de que el cerebro consta de dos mitades: una pequeña parte, ética y racional (todavía muy pequeña) y una enorme trastienda cerebral, bestial, animal, territorial, cargada de miedos, de irracionalidades, de instintos asesinos y que harían falta millones de años -¡vaya promesa!- para que la evolución moral alcance nuestra condición, nuestras técnicas de destruccion y de agresion. Es una teoría. [...] Una larga paz es un enorme aburrimiento, una larga prosperidad -creada a partir del mal, particularmente pero no exclusivamente. La palabra italiana es mucho más fuerte:
noia. Una suerte de tedio, de miasma -¡un
enmerdement, para ser vulgares! Una kalachnikov en la mano y, de pronto uno se siente viril, bello, hombre, llamado a la acción. El deporte es un substituto, es sabido. Ahora tenemos una religión en la tierra, se llama fútbol, por supuesto única religión planetaria. Se puede decir que el vándalo (en nuestras ciudades de hoy el violento) sería un "comando" perfecto si mañana hubiera una guerra. Con exactamente las mismas cualidades de agresion, de brutalidad, de astucia y de inventiva estratégica.
Es posible que aún no hayamos podido encontrarle al hombre (al hombre sensual medio, famosa frase y fórmula jurídica- una salida para su enorme energía animal que en la rutina de la monotonía, de la mediocridad sexual de la mayor parte de las vidas, busca afirmarse. No lo sé. He planteado el problema. Espero una respuesta.
George Steiner, en diálogo con Anotoine Spire.
La barbarie de la ignorancia. del Talller de Mario Muchnik
Fotografia: pfp , naturaleza muerta