El Guggenheim de Bilbao nos propone estos días una amena y curiosa exposición del pintor inglés David Hockney. Ochenta y dos retratos, en mismo tamaño y formato, unificados también por los colores del fondo y un único elemento mobiliario, una sencilla silla de brazos, donde los retratados tienen la libertad de manifestar en su posado, su expresión corporal, así como su atuendo...
Los retratados son amigos, familiares, personas del entorno del artista, que accedieron a posar para él en su taller durante tres días, tiempo récord que Hockney se ha tomado para ejecutar cada retrato.
La muestra es en mi opinión sobretodo un estudio psicológico de los personas retratadas, lo que nos demuestra la capacidad de Hockney como maestro no sólo de la pintura si no también del retrato, género de la pintura para la que no todo el mundo está dotado.
Fotografia: pfp . ,Museo Guggenheim de Bilbao