domingo, 29 de septiembre de 2019

Gutiérrez-Solana y 3



En la obra de Solana, la obsesión por las máscaras, por lo fúnebre, por los fantasmas aparece como si se tratara de un rasgo goyesco; goyesco en esencia porque es típicamente español y cuyo antepasado es Valdés Leal. Los temas de los cuadros de Solana perpetúan es "culto a la muerte" que tanto veneraba el arte español desde Morales, Valdés Leal, Goya y Lucas, esa gravedad taciturna, áspera, que a veces  resulta salvaje en su ironía, que arroja al vacío todo lo que el resto de los hombres considera mal. En los lienzos de este pintor queda patente un pesimismo feroz, siguiendo la tradición del maestro de los Caprichos, una manera de exponer la realidad que roza la provocación, como si eso existiera realmente, para decir a continuación a la manera de los místicos cristianos, que no somos más que polvo y barro o, siguiendo la estela de los hindúes, que todo se compone únicamente de ilusiones y quimeras, expresadas a través del tenaz e intenso amor a la vida que obsesiona a los hombres. Para el pintor español (y en eso José Gutiérrez-Solana es muy castellano), solamente las armaduras de la Muerte adquieren un valor de autenticidad y de fuerza vital en este torbellino de quimeras y de disimulos, en este amasijo de objetos heteróclitos  que parece ser encontraba en el rastro de Madrid.

Marcel Brión

[ Albin Michel, París, 1961, pp 118-119]



Imagen: José Gutiérrez-Solana. "La máscara y los doctores", 1928, óleo sobre lienzo, 65x55

jueves, 26 de septiembre de 2019

Niñez de José Gutiérrez-Solana






Durante la niñez de José, su familia sufre algunos acontecimientos trágicos: Muere su hermana pequeña en la Navidad de 1891; muere por asfixia un primo; muere un tío carnal, Florencio, hermano de su madre, apodado el mudo; su perro, Clavel, queda ciego. 
Además, durante los días de Carnaval, un grupo de enmascarados irrumpe en la casa familiar, cuando José se halla solo. Destrozan parte de la vivienda y llegan incluso a agredirle.
Todos estos sucesos influirán en el carácter introvertido del futuro artista, así como en el tono y la temática de su obra plástica y literaria.


Fuente: Catálogo "José Gutiérrez-SOLANA" (Grupo Santander)


Imagen: Obra de J. Gutiérrez-Solana. "Visión del Carnaval" óleo sobre lienzo, 82x100 cm


miércoles, 25 de septiembre de 2019

nadie es perfecto




Del pintor Solana se tenía el concepto de que era un ordinario, un guarro perdido. Yo no lo veía así”, contaba Mallo. “Lo que pasa es que le gustaba mucho el chorizo, que fue de lo que palmó realmente. Solana cantaba, tenía un vozarrón enorme y presumía de dar el do de quijada, que consistía en soltar un grito furibundo y resistir hasta que se quedara desencajada la mandíbula. Yo le veía mucho por la calle del León, y me preguntaba: ‘¿Adónde irá este hombre?’. Claro, iba a comprar chorizo a una tienda que había allí; iba con su hermano Manuel, que era más absurdo y estaba aún más loco que él, los dos discutiendo, uno delante y otro detrás, llamándose hijo de puta a grito pelado desde cincuenta metros de distancia. Se gastaron toda su fortuna comiendo chorizo”.

Cristino Mallo

Fuente: Cultural del País

Imagen: José Romano Gutierrez-Solana, "La baraja de la muerte" 1927 óleo sobre lienzo 57x78 cm 


viernes, 6 de septiembre de 2019

historia de la humanidad





Era el mejor de los tiempos y el peor; la edad de la sabiduría y la de la tontería; la época de la fe y la época de la incredulidad; la estación de la Luz y la de las Tinieblas ; era la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación: todo se nos ofrecía como nuestro y no teníamos  absolutamente nada; íbamos todos derechos al Cielo, todos nos precipitábamos en el infierno. En una palabra, a tal punto era una época parecida a la actual que algunas de sus autoridades más vocingleras insistían que, para bien o para mal, se la tratara en grado superlativo. 

Historia de dos ciudades. Charles Dickens


Imagen : Toma de la Bastilla, gravado de época