miércoles, 25 de septiembre de 2019

nadie es perfecto




Del pintor Solana se tenía el concepto de que era un ordinario, un guarro perdido. Yo no lo veía así”, contaba Mallo. “Lo que pasa es que le gustaba mucho el chorizo, que fue de lo que palmó realmente. Solana cantaba, tenía un vozarrón enorme y presumía de dar el do de quijada, que consistía en soltar un grito furibundo y resistir hasta que se quedara desencajada la mandíbula. Yo le veía mucho por la calle del León, y me preguntaba: ‘¿Adónde irá este hombre?’. Claro, iba a comprar chorizo a una tienda que había allí; iba con su hermano Manuel, que era más absurdo y estaba aún más loco que él, los dos discutiendo, uno delante y otro detrás, llamándose hijo de puta a grito pelado desde cincuenta metros de distancia. Se gastaron toda su fortuna comiendo chorizo”.

Cristino Mallo

Fuente: Cultural del País

Imagen: José Romano Gutierrez-Solana, "La baraja de la muerte" 1927 óleo sobre lienzo 57x78 cm 


2 comentarios:

Fackel dijo...

Divertida -no sé si verosímil- la anécdota relatada por Mallo. Ay, Gutiérrez Solana, ese imprescindible. No solo es un contundente costumbrista, yo diría que crítico a fuerza de ser retratista lineal en el fondo de la España aquella, sino también un expresionista ibérico, que elige otra forma, como Goya, para reflejar lo que él considera más profundo, hiriente, esencial de los hombres y costumbres. Qué buena esa cota. ¿Le mató la grasa del embutido? Me quedo con la incógnita.

pfp dijo...

José Moreno Villa, archivero, bibliotecario, poeta, articulista, crítico, historiador de arte, documentalista, dibujante y pintor español. enmarcado en la Generación del 27, habla de la "demencia" del pintor: PALABRAS DE LOS CUADROS. DEMENCIA DEL PINTOR SOLANA, (lo he leído en uno de los catálogos sobre el pintor del Grupo Santander. Un Gran compendio de su obra y su pensamiento, ¡imprescindible para entender su obra¡.

un abrazo Fackel.