viernes, 30 de agosto de 2013

Seamus Heaney



Durante todo el año el dique de lino supuraba
en el corazón del pueblo; verde y de cabeza pesada
el lino se pudría allí, aplastado por enormes terruños.
A diario chorreaba bajo un sol de justicia.
Burbujas gorgojeaban con delicadeza, moscardones
tejían una fuerte gasa de sonido en tomo al olor.
Había también libélulas, mariposas con lunares
pero lo mejor de todo era esa baba caliente y espesa
de huevos de rana que, a la sombra de las orillas,
crecía como agua coagulada. Aquí, cada primavera
yo llenaría los tarros de mermelada con gelatinosas
motas para poner en fila en el alféizar de la casa,
y en el colegio, sobre estantes, y esperaría y miraría
hasta que los puntos engordasen estallando en ágiles
renacuajos nadadores. La Señora Walls nos contaría cómo
a la rana padre se le llamaba rana toro
y cómo croaba y cómo la mamá rana
depositaba centenares de pequeños huevos y eso eran
babas de rana. También se podía predecir el tiempo por las ranas
pues eran amarillas al sol y marrones
bajo la lluvia.
Entonces, un caluroso día cuando los campos apestaban
a boñiga de vaca sobre la hierba, las airadas ranas
invadieron el dique de lino; yo atravesaba los marjales
agachado y al son de un áspero croar que no había oído
antes. El aire se espesó con un coro de bajos.
Justo al pie del dique ranas de gordas barrigas sé mantenían alertas
sobre terruños; sus nucas sueltas latían como velas. Algunas saltaban:
el slap y plop eran amenazas obscenas. Algunas se sentaron
dispuestas como granadas de barro, con sus calvas cabezas pedorreando.
Me sentí enfermo, di la vuelta y corrí. Los grandes reyes babosos
se reunían allí para vengarse y supe
que si metía mi mano las babas la agarrarían.
.
“Muerte de un naturalista” 1966  
Seamus Heaney.  1939 -  agosto 2013

Fotografía: pfp

martes, 27 de agosto de 2013

homo neanderthalensis:

  

esqueleto robusto, pelvis ancha,extremidades cortas y robustas, torax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, faz prominente, cerebro¡?...

miércoles, 21 de agosto de 2013

el equilibrio



En la costa oeste de Francia, en la región de Aquitania, se encuentra una de las regiones vinícolas más importantes del país francés; los viñedos de Burdeos. La principal razón para el éxito de la viticultura de la región bordelesa es el excelente ecosistema que favorece el crecimiento y maduración de la vid. El estuario de la Gironda, que forma el río Garona con su principal afluente el Dordoña, irrigan la tierra y proporcionan el clima oceánico que tanto les beneficia. Estos ríos definen las principales subdivisiones geográficas de la región.

Siete son las regiones que producen los vinos más destacados y de mayor renombre: Médoc, Grave, Sauternes, Saint Emillion, Pomerol, Entre Deux Mers, y Fronsac.

Entre los suaves mares de viñedos y en un equilibrio extraordinario de belleza y armonía, -como el de sus caldos- se alza la arquitectura  siempre elegante de los châteaux, palabra que no contiene en este caso connotaciones de título o nobleza, en esta zona,  el châteaux, define la mansión de los propietarios de las más importantes bodegas de la zona.



Fotografía: Châteaux Margaux. pfp 




sábado, 10 de agosto de 2013

San Lorenzo y el Greco


Cualquier ocasión es buena para traer a Domenikos Theotokópoulos, alias el Greco, a mi pequeño formato
Por ejemplo hoy, día 10 de agosto festividad de San Lorenzo, uno de los siete diáconos de Roma, ciudad donde fue martirizado brutalmente al fuego de una parrilla en el año 258.

El Greco nos presenta al santo solemnemente ataviado, sujentando la parrilla con su mano derecha -el atributo que le caracteriza y distingue-, mientras la Virgen se le aparece con el Niño en sus brazos. 
Como se puede ver, un lienzo extraordinario, lleno de belleza y ternura. 



Ilustración: San Lorenzo, Domenikos Theotokópoulos,



viernes, 2 de agosto de 2013

la rueda



Arrasado el jardín, profanados los cálices y las aras, entraron a caballo los hunos en la biblioteca monástica y rompieron los libros incomprensibles y los vituperaron y los quemaron, acaso temerosos de que las letras encubrieran blasfemias contra su dios, que era una cimitarra de hierro. Ardieron palimpsestos y códices, pero en el corazón de la hoguera, entre la ceniza, perduró casi intacto el libro duodécimo de la Civitas Dei, que narra que Platón enseñó en Atenas que, al cabo de los siglos, todas las cosas recuperarán su estado anterior, y él, en Atenas, ante el mismo auditorio, de nuevo enseñará esa doctrina. El texto que las llamas perdonaron gozó de una veneración especial y quienes lo leyeron y releyeron en esa remota provincia dieron en olvidar que el autor solo declaró esa doctrina para poder mejor confutarla. Un siglo después, Aureliano coadjutor de Aquilea, supo que a orillas del Danubio la novísima secta de los monótonos (llamados también anulares) profesaba que la historia es un círculo y que nada es que no haya sido y que no será. (...)

Los teólogos.  Jorge Luis  Borges


Ilustración: Los girasoles, obra de Egon Schiele