La viuda, una mujer gris, sin iniciativa, se instaló en un duelo persistente, del que no fueron capaz de sacarla amigos ni familiares. La primera medida que tomó, fue negarse al pequeño placer matinal de las tostadas con mantequilla y mermelada del desayuno, y así, unos días después de enterrar a su marido, se plantó frente a mí, me desconectó, enrolló bruscamente el cable y me metió en un oscuro armario de la cocina al lado de un viejo pasapurés, de un colador de plastico azul, y de una inservible olla a presión. Allí estuve mucho tiempo, escuchando a lo lejos, interminables, reiterativos, y fallidos argumentos para convencer a la viuda de un cambio de actitud más positivo…
Una mañana antes de las ocho, escuché la radio en la cocina, olí a café, de pronto se abrió el armario, apareció la viuda en bata y camisón, me miró, acercó sus manos en actitud de cogerme, pero no llegó hacerlo. En su mirada, de pronto advertí el orgullo, la soberbia del fundamentalismo. Cerró la puerta del armario de nuevo, apagó la radio y salió de la cocina sin tan siquiera beberse el café.
Pasé un tiempo interminable dentro del armario, meses, quizá años no sé...y cuando pensaba que nunca saldría viva de allí, apareció mi salvador, uno de sus nietos dió conmigo un día, mientras buscaba una vieja minipimer entre toda la cacharrería acumulada por su abuela a lo largo de los años...
Una mañana antes de las ocho, escuché la radio en la cocina, olí a café, de pronto se abrió el armario, apareció la viuda en bata y camisón, me miró, acercó sus manos en actitud de cogerme, pero no llegó hacerlo. En su mirada, de pronto advertí el orgullo, la soberbia del fundamentalismo. Cerró la puerta del armario de nuevo, apagó la radio y salió de la cocina sin tan siquiera beberse el café.
Pasé un tiempo interminable dentro del armario, meses, quizá años no sé...y cuando pensaba que nunca saldría viva de allí, apareció mi salvador, uno de sus nietos dió conmigo un día, mientras buscaba una vieja minipimer entre toda la cacharrería acumulada por su abuela a lo largo de los años...
(continuará)
cosas que pasan. Tostadora connection. pfp
Ilustración: obra de Alex Katz
10 comentarios:
...es que es la juventud la que te saca del armario.
Ya es eso ya.
Estoy impaciente por seguir las desdichas de la tostadora
Yo también. Como Joaquim sigo la vida de la tostadora a la que ya he tomado afecto. Sufro un poquito y todo pensando qué va a hacer el nieto de la viuda...
Por cierto, el cuadro, otro hallazgo.
A los que nos sienta mal el gluten, nos está prohibida la tostadora. Ya sé que hay sustitutivos, pero no tienen color donde esté un pan, pan.
Únicamente nos queda el olor de las mañanas del desayuno de nuestro acompañante, y algo es algo; mientras se siente, se experimenta un delicioso dolor de lo apetecible y prohibido.
¡¡¡FELICIDADES!!!
Una vida desde la resistencia (fría)
Pilar, esa obsesión tuya por las tostadoras, !haztela ver! jajajaja
Cuando lei la primera parte me acordé de otro relato en el que aparecía tambien una tostadora, y me he revisado todas tus entradas hasta dar con ella.
Pero esta tostadora tiene una dueña muy diferente a aquella.
Y ahora aparece un nieto, mmmmm, estoy intrigada ¿que hara con la tostadora?
No se pierdan el siguiente capitulo de este interesante relato........
Casualidades de la vida, el 19 de noviembre también es el aniversario del museo del prado, antiguo museo real. Algún año más pero tampoco muchos más... ¡Viejita!
queridísima tag, gracias por tú interés, pero si lees con atención el capítulo cuarto, de "Mirando hacia arriba" (etiqueta, cosas que pasan), verás que dejé a la dueña de la tostadora sentada en un sillón frente a ella...
gracias a todos y también por las felicitaciones. Van pasando los años, y si no que se lo digan a la tostadora...
por cierto tag, me lo haré mirar "per algú que entengui".
Besos a todos
Querida Pilar,
lo de haztelo ver es un broma ¿eh?
Pero no he entendido lo que me dices de aquel otro relato de la otra tostadora.
Lo que yo te decía es que debe ser otra tostadora, porque aquella mujer era muy independiente, su trabajo le habia costado el matrimonio y segun tus propias palabras no tenia ni padre, ni madre, ni perrito que le ladre....
Por eso, no puede quedarse viuda ni ser una mujer gris y sin iniciativa.
Quieres decir que se trata de otra mujer pero de la misma tostadora??
Jajaja, ¿has visto como me fijo en los detalles? parezco un detective.
Besitos
Creo Tag, que la de la primera tostadora era otra mujer. Aquí lo que importa es la tostadora en sí: "No ensierra ná´.
Al margen, no nos fiemos de las viudas sin iniciativa que ya no toman tostadas, vete a saber el canje cuál ha sido... Son sorprendentes a veces!!!
Pilar, espero la continuación como espera la noche (del armario) al alba (de su re-vivir).
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