lunes, 30 de noviembre de 2009

Descubrimiento de Berruguete


A inicios del siglo XX artistas e historiadores del arte descubrieron con admiración la modernidad de Berruguete. Fue el caso de Ricardo de Orueta: "Muchas figuras de Berruguete no tienen alma, son un simple embrollo de líneas, un garabato, un revoltijo que no puede convencer con razones, ni hablar: son un grito, un suspiro... Sus espíritus nunca sueñan, ni meditan, solo reaccionan como fieras, escalan, chillan y gesticulan en una lucha de titanes, pero con más vigor de nervios que muscular"
Fotografía: pfp; obra de Berruguete: san Sebastian, se impone desde el Quattrocento como arquetipo del desnudo masculino. Berruguete exhibe su conocimiento de la anatomía en el cuerpo adolescente que, acosado por el dolor se retuerce sobre su eje y adopta un ritmo serpentino, dislocado e inestable de corte migelangelesco. El torso se alarga, la cabeza se reduce y los pies pierden contacto con el suelo. El "paño de puereza" es una tela encolada añadida a la escultura.
Documentación: Museo Nacional Colegio San Gregorio. Valladolid




1 comentario:

GLÒRIA dijo...

Querida Pilar:
Es admirable tu ductilidad para pasar de un tema a otro y siempre sobre arte con arte.
Has hecho que me fijara con más detalle del que le habría prestado en otros tiempos en la hermosa escultura que, de un instante a otro, va a gemir o a moverse o, tal vez, ambas cosas.
Una preciosa entrada en la que acompañas un interesante texto ajeno de uno tuyo no menos apreciable.
Gracias. Me convenía un poco de clasicismo.