Evaristo Baschenis, (Bérgamo 1607-1677), cómo otros pintores de la época, pintó sus temas de instrumentos musicales por encargo de aristócratas. Es posible suponer que muchos de sus cuadros, casi exclusivamente con instrumentos de cuerda, son retratos individuales de costosos instrumentos pertenecientes a su prominente clientela, como los que fueron fabricados en la ciudad de Cremona por la familia Amati. No obstante estos cuadros no son solamente un homenaje al altamente desarrollado arte cremonés en la fabricación de violines. Sus cuadros tienen un contenido simbólico. Junto con la alusión al oído, se relacionan con la tradición de la teoría musical que se remonta a la antigüedad.
Pitágoras ya había entendido las proporciones musicales, el principio del monocordio y la división de la cuerda como una ordenación numérica determinable ("numerus") que reflejaba la armonía del universo. Y en el tratado "De musica" de San Agustín, ampliamente divulgado en Italia desde su edición en Venecia en 1491, los tonos que perciben los sentidos, los "numeri sonantes" remiten a Dios como el "creador omnium"
Fotografía: obra de Evaristo Baschenis. El cuadro capta la sensación que se produce cuando los músicos han salido del salón después de concluir el concierto, abandonando instrumentos y partituras en un cierto desorden.
9 comentarios:
Resulta obvio que los músicos nunca hubieran dejado así sus instrumentos, con las cuerdas rozando lo que está debajo, pero, aunque dé un poco de grima, el cuadro es una maravilla.
Sí que es una maravilla, pero a ver quién deja abandonado un Amati...¡!
Para la 'armonía del universo' mejor nos remitimos a JS Bach.
Pienso lo mismo que Kundry y Barbebleue.
los músicos esperaron tocando pacientemente, a que marchara el último invitado a la fiesta, y salieron del gran salón, de estampida a comer y beber, después de estar toda la tarde-noche tocando para tan aristocrática fiesta... (lo sé de buena tinta)
Besos
Aunque no me gusten los nombres que se les da de “naturaleza muerta” o de “bodegones”, me encanta esta temática de la pintura. No obstante, algo que no debe de escapársenos es que en muchas de estas “naturalezas muertas”, además de plantas, flores, frutas e, incluso, como en el de Flegel que ilustra este post, alimentos preparados según el gusto y los ingredientes de los que se disponía en la epoca en que fueron realizados, aparecen también diferentes especies de insectos -por cierto, siempre vivos- :)) pintados con precisión de naturalista.
Pondría la mano en el fuego, Pilar, apostando que los tres insectos que aparecen en la pintura de Fregel del post anterior, además del valor simbólico que, tal y como apuntas en el caso de mariposa = resurrección, puedan tener, son también auténticos “retratos” de su especie.
Me permito recomendarte por su gran interés sobre este tema el magnífico artículo de la Wikipedia “Bodegón”, artículo creado, según consta al final del mismo, a partir de la traducción del artículo “Still life”, de la Wikipedia en inglés, un artículo con muchísimas ramificaciones a las que nos llevan los numerosos “links” con lo que podremos comprobar que la “naturaleza muerta” o “bodegón”, está presente en todas las épocas de la historia del Arte, y en cada época con finalidades distintas. Sólo para empezar, veremos en este artículo que “naturalezas muertas” o “bodegones” ya se pintaron en las tumbas del Antiguo Egipto.
Es un tema apasionante.
gracias Enric, no dejaré de leerlo. Un abrazo
Realmente los instrumentos, bellísimos, dan sensación de abandono. Deberían haberse guardado más amorosamente. Seguramente tus fuentes sean ciertas: Hartos de tocar música para una fiesta ajena, irían a montar la suya propia.
Ah! El cuadro es muy hermoso, nada raro si lo has elegido tu.¿Y los besos? Hoy, un abracito.
Pilar,
Pues a mi no me da esa sensación.
Yo creo que los instrumentos los han puesto así especialmente para pintar el cuadro, y que se vean todos, como en un escaparate.
Los musicos por muy cansados que esten de tocar nunca saldrian corriendo y abandonarian sus instrumentos tan descuidadamente.
Creo que el pintor en esta ocasión, en vez de frutas, ha utilizado instrumentos musicales para formar el bodegón.
De todas formas, me gusta el cuadro.
Un besito
...Y que más da como estén los instrumentos, seguro que D. Evaristo después de ver la importancia de la cortina, los desordenó y amontonó, para equilibrar la composición, y luego, claro, los volvió a dejar en posición de revista, faltaría más.
Besos
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