lunes, 5 de octubre de 2009

corrupción



Fueron cavando lentamente a su alrededor un gran hoyo. Él permaneció dentro, cómo en un juego, como los niños en la playa... era simplemente divertido. Apenas sintió que los pies quedaban inmóviles por las paletadas de arena con las que comenzaron a cubrir sus extremidades. La tierra le llegaba a la cintura cuando todavía reía contento y divertido. La arena comenzó a cubrir sus manos y subía imparable hasta atraparle el pecho cuándo comenzó a sentir cierta humedad que le incomodaba, que le impedía reír a mandíbula batiente... Fue cuando la arena le llegó a la altura del cuello cuando vio que corrían lejos de él, que quedaban abandonadas a su alrededor cubos, palas y rastillos... entonces quedó helada la risa en su cara, entonces se dio cuenta que no era un juego de niños, que estaba allí atrapado en una situación de la que sería muy difícil retroceder al punto de partida.
...
Fotografía: obra de Tony Oursler

6 comentarios:

Josefina dijo...

Desde la inocencia, desde la alegría de simple origen, hasta el preámbulo del terror, hay un camino de angustia infinita dentro de la que todavía parece imposible que nos suceda lo impensado, lo inevitable que llega y, aún en ella, hay esperanza de volver al candor del primer momento, pero cuando aparece la sombra del horror, estamos ya en la sala de espera de...
!Ay Pilar, que estoy delirando!

Barbebleue dijo...

Es lo que tienen las burbujas: aislan de la realidad.

Además de corromper, el poder también aisla.

Alfredo dijo...

Si Barbe.. pero debe aislar a largo plazo, conozco a muchos (cada vez más) que están de lo más arropaditos y no tiene pinta esto de "escampar".

Pilar, se empieza jugando, como los niños en la playa y sólo con que uno te acompañara en el juego, no habría problema.
Otro inconveniente de la soledad ante la deserción.

Besos

GLÒRIA dijo...

Pilar:
Es un relato tétrico que ofrece miles de interpretaciones. Puede ser literal, puede ser metafórico. Lo terrible es que puede ser y, cuando nos damos cuenta, ya no tiene remedio.
Como relato de terror no por mínimo es menos bueno.
La fotografía tampoco es compasiva.
Con la arena en la barbilla aún puedo enviarte un beso.

Joaquim dijo...

¡Pánico!
El relato de hoy es escalofriante, porqué como Glòria, pienso que tiene muchas lecturas y el de la corrupción le viene al pelo, pero Ay!, esa arena que te inmoviliza en medio del juego, pueden ser muchísimas cosas. Mientras leo, me pasan tantas por la cabeza, que ya me siento la arena en el ombligo.
Tienes la habilidad, con tus "pequeños" relatos, de darme unas tundas emocionales, de "father and my lord".
Es que hoy estoy fatal.

kundry dijo...

Hablando de corrupción y sin olvidarnos de que "el que esté libre de pecado...", pienso que entre los niños de las palas que arrojan la arena que le va cubriendo, está el mismo niño que a su vez va siendo cubierto hasta el cuello, hasta la barbilla, o hasta la barba cana... Es una situación recíproca de "yo también tiro arena y a mí también acaba por cubrirme"
No me dan ninguna pena los que juegan a estas cosas y acaban asfixiados, porque con cuatro días de cárcel, si llegan, vuelven a su yates y sus despilfarros como si nunca hubieran hecho nada
¡País!