Fotografía: Claude Cahun. Autorretrato de 1928.
Con el cráneo rasurado aparece de frente y de perfil. Claude Cahun había elegido llevar un nombre andrógino y el apellido de su abuela paterna, al tiempo que acentuaba en sus retratos el parecido paterno; trató de extraer en la diferencia de los sexos un tercer género neutro, combinando los dos límites de su genealogía.Los autorretratos de Cahun, seudónimo de Lucy Schwob (Nantes 1894-1954) tienen una enorme fuerza. Ayudada por su compañera Marcel Moore, seudónimo, de Suzanne Malherbe, se retrataba casi a diario en diferentes poses y atuendos, reinventando su identidad -"¿Qué quieres de mi?"- en un juego continuo de metamorfosis.
Fotografía: Frontispicio del libro de Eûgene de Mirecourt, Gérard de Nerval (París 1854), ornamentado con un grabado según daguerotipo de Adolphe Legros y manuscrito por Nerval.
Nerval desconfiaba del parecido fotográfico de la misma manera que desconfiaba del realismo en la literatura. Uno y otro debían ser alterados, enmendados, transfigurados incluso.
Cuando un joven, amante de los libros le había mostrado el ejemplar que acababa de aquirir, Nerval se lo llevó y lo delvovió al día siguiente a su propietario. Horrorizado al reconocer en su efigie los signos de la depresión, Nerval hizo varias anotaciones que pueden leerse en el frontispicio del libro: "Cigne allemand/ feu.G_rare". [Cisne alemán (fonéticamente en francés: signalement-fisonomía) /difunto,( también fuego). G: (fonéticamente geai-arrendajo). G_raro, fonéticamente Gérard "], aumentado con el dibujo de un pájaro en una jaula, bajo el retrato, y bajo la inscripción grabada "GÉRARD DE NERVAL", la inscripción "Yo soy el otro" precedida de un signo o un punto de interrogación y seguida de una estrella de seis brazos punteada en su centro.
Dice Théophile Gautier: “Con las primeras luces de un alba fría y gris un cuerpo había sido hallado en la calle de la Vieille-Lanterne, colgado de los barrotes de un tragaluz, ante la reja de un albañal, sobre los peldaños de una escalera donde brincaba lúgubremente un cuervo familiar que parecía graznar, como el cuervo de Edgar Poe: Never, oh, never more! Ese cuerpo era el de Gérard de Nerval, mi amigo de la niñez y del colegio, mi colaborador en La Presse y el fiel compañero de mis buenos y aún más de mis malos días, a quien tuve que ir a reconocer, incrédulo, llenos de lágrimas los ojos, sobre el pavimento viscoso de los fondos de la Morgue”.Fotografía: Gustave Doré. La Rue de la Vieille Lanterne. La Mort de Gérard Nerval
16 comentarios:
si bien Claude parece ser una precursora del "selfie", la frase de Gérard me queda corta; mucho más feliz es el hallazgo de Rimbaud:
"Yo es otro"
no sé en qué contexto escribió Rimbaud "yo es otro",... probablemente y salvando las distancias pudiera tener un significado similar al que Nerval dio a ese "yo soy el otro"... Nerval rechazaba la imagen de locura y de muerte que le devolvía su retrato; quiso superar y transfigurar el parecido fotográfico, quiso "lavarse"de su apariencia. Sus anotaciones sobre el retrato, rectifican y transforman la biografía del modelo. El pájaro enjaulado representa sin duda el encarcelamiento del alma en el cuerpo,y en el espacio simbólico, "feu Gérard" ha franqueado el umbral de la muerte; él es "el otro", distinguido por un "signo
raro". Muy poco después se suicidó cómo y dónde "relata" Gustave Doré en su impresionante obra.
Quin post més maco kusina :)
y además me ha descubierto la palabra ALBAÑAL, mucho mas bonita y menos olorosa que CLOACA
petons
okupado, qué alegría me das siempre que te pasas por aquí. En la próxima entrada tendrás un París fuera de lo normal. Te gustará no te lo pierdas!
besos, kusin
efectivamente, Nerval quiere ser otro: otro yo diferente, pero suyo. Rimbaud va más allá: laminando su propio yo, es otro diferente.
por eso Arthur utiliza el verbo en tercera persona, generando una frase mucho más poderosa... y los surrealistas, más tarde, babeando...
Rimbaud había lanzado: "Yo es otro". Había enunciado el derecho poético, para todos, a una vida múltiple:"En cada ser, muchas otras vidas me parecían debidas", de "Una temporada en el infierno".
Antes, Nerval había inventado la postura disociada del poeta biógrafo de sí mismo en otro(s), había instalado la ficción lírica en el corazón de los juegos de identidad, porque había identificado y declinado la escena primitiva de toda inscripción biográfica.
Introducción a las Formas Biográficas.Construcción y mitología individual. Museo Nacional Centro de Arte Reina
Sofía.
gracias barbazul, un placer
"Qué quieres de mi" la gran pregunta que nos sostiene, permanecer contestándola en la variedad de respuestas es, al fin, la vida. "Yo es otro" denota la clase de extraño que convive con nosotros,los yos. "Yo soy el otro" es ya una respuesta, pero ¿qué otro? ese tan extraño para un "tu" como para "yo".
"Tu yo no es tuyo" reza el título de un libro. El "otro" tampoco. Y el del retrato ya ni te digo.
Muy interesante, Pilar, gracias.
muy interesante tu intervención, Conchita, mucho,el asunto tiene "tela"...
gracias a ti, besos
Estos genios/locos nos hacen disfrutar con sus obras y generalmente también con sus biografías. Pero lo cierto es que casi todos sobrellevaron una vida muy desdichada, Un alto precio a pagar. ¿Compensa? ¿Lo pueden evitar en alguna medida? ¿Quien sabe? Yo, la verdad; en ese sentido no los envidio Querer entrar en grandes "profundidades" puede llevarte al abismo.Luis Manteiga Pousa
me temo que son prisioneros de su "genialidad", ella les elige a ellos, sin escapatoria.
gracias, Luis.
Yo soy otro...u otros.
Me parece que ser un genio puede dar miedo.
Ser un genio pienso que te hace ver más allá de lo que se ve a simple vista, o sentirlo, hace que tu cabeza de vueltas incluso aunque no quieras, planteandote cuestiones que la mayoría de la gente no se plantea, que le des vueltas y vueltas a los temas rompiendo los estereotipos. Desde luego, te quita tranquilidad y te hace vivir en la incertidumbre y en la búsqueda contínua. Y eso puede dar miedo. Ya se dice que la genialidad y la locura pueden estar muy cercanas, mezcladas, y ese es otro de los posibles miedos, el de enloquecer. Profundizar demasiado puede llevarte al abismo mental incluso, muy a menudo, sin llegar a ninguna parte satisfactoria. Por otra parte, la genialidad también puede ser apasionante, entrar en territorios desconocidos y conseguir grandes logros. Puede tener esa ambivalencia, como de algún modo las drogas.
Matizo mi comentario del 2O2O. Estos genios/locos, en su mayoría, tuvieron unas vidas bastante desdichadas. Pero también vivieron la otra cara de la moneda, vivieron con gran intensidad, para lo bueno y para lo malo (a menudo mezclados), fluctuando entre los extremos, para el placer y para el dolor (a menudo también mezclados), en esa ambivalencia radical, mucho mayor que la habitual en la mayoría de las personas. En ese sentido, también hay una parte envidiable en sus vidas.
Yo soy, y he sido y seré, otro y/u otros, a la vez y/o consecutivamente. Estamos en cambio continuo.
Publicar un comentario