viernes, 19 de noviembre de 2010

art. 104

Art. 104. En la alegría.


En la alegría más que los nervios del bazo, del hígado, del estómago o de los intestinos, los que actúan son los que se encuentran en todo el resto del cuerpo, y particularmente el que está en torno de los orificios del corazón, el cual, abriendo y dilatando estos orificios, permite que la sangre que los otros nervios expulsan de las venas hacia el corazón entre en él y salga en mayor cantidad que de costumbre; y como la sangre que entra entonces en el corazón ha pasado ya y vuelto a pasar varias veces por él, habiendo ido de las arterias a las venas, se dilata muy facilmente y produce espíritus cuyas partes , muy iguales y sutiles, son propias para formar e intensificar las impresiones del cerebro que dan al alma pensamientos alegres y tranquilos.



Las pasiones del alma. Segunda parte. RENÉ DESCARTES.

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Fotografía: obra de Jose Manuel Ciria


6 comentarios:

kundry dijo...

veo que con la edad te da por leer cada cosa...
¡Felicidades Boronilla!

pfp dijo...

no me digas Gori que no es ameno y divertido, ¡y lo bien que le va al "Ciria"¡.

mil gracias y un abrazo

Esdedesear dijo...

Me encanta este momento de la filosofía en que el cuerpo y el alma no estaban separados para la reflexión, de donde nunca deberíamos haber salido y del que sin embargo también Descartes fue culpable. Así, su seguidor Spinoza consideraba la alegría y la tristeza totalmente involucradas con el cuerpo, la alegría como un paso a una mayor potencia del cuerpo y la tristeza a una menor y ambas las dos máximas pasiones junto con el deseo. Un tema digno de reconsiderar y encantador para la tertulia. Un abrazo, Pilar.

Josefina dijo...

Todo, en la vida, se puede explicar bajo dos principios opuestos, que son interdependientes y se complementan. Es la teoría no dual.
Opuestos los principios porque son contrarios, interdependientes porque uno no se explica sin el otro, se complementan ya que si uno aumento el otro disminuye.
Así la alegría y la tristeza, en un todo, así la luz y la oscuridad.
Bueno, qué bonito sería poder charlar de todo ello, con una taza de café humeante y la mirada perdida en la mirada del amigo de tertulia y no intervenir con la mente ni con la actitud para que las cosas puedan ser lo que son.
Así, dejando fluir la vida...

Joaquim dijo...

Me asusta lo que nos pueda traer el art. 105

casss dijo...

Me gustaría poder aplicar algún artículo que me quite la sosobra, esa que no deja surgir la alegría cuando la sangre pasa por quinta vez, por algún orificio del corazón...
(si te vas a tomar un café con Josefina, invítenme...me encantaría conversar con las dos de estas cosillas)
besos