A última hora decidimos ir en el tren, la sobremesa se ha alargado agradable , hasta que alguien ha mirado el reloj... En condiciones normales hubiera habido tiempo de sobra para ir en coche hasta la Estación , pero no aquella tarde en que se oyen a los niños pasar alborotados delante de casa ... ¡La Cabalgata de Reyes¡ ... parte de la ciudad colapsada ...
Por suerte, en los paneles del andén de la estación de cercanías, se informa que en 6 minutos llegará el tren... Mientras nos fumamos el último cigarro miramos a los niños que no pueden estar ni un segundo quietos, nerviosos hablan a voces entre ellos, o incordian ansiosos a sus padres...
Observamos con curiosidad que muchos de los padres cargan con largas escaleras plegables... nos miramos curiosas y preguntamos; nos explican -subimos a los niños hasta el peldaño más alto, es la única manera de que vean a Los Reyes Magos entre tanta multitud-
¡ Increíble y maravilloso ¡, cargar toda una tarde con una escalera plegable de casi dos metros para que sus hijos vean a los Reyes Magos de Oriente.
No se que encontrarán esos niños en sus zapatos mañana por la mañana, creo que nada comparable a ese cariño a esa ternura con que el padre y la madre cargan esta tarde con la escalera de la felicidad, supongo que para ver el no va más de la ilusión y de la inocencia en los ojos de sus hijos...
¡Felices Reyes¡
3 comentarios:
Escalera al cielo, le llamaban los clásicos.
Si es que el Amor tiene tantas formas...
Aun no siendo ya una niña, me subiría en ella para vislumbrar el horizonte de esa ilusión, de esa magia que, en el bosque donde vivimos, creémos inalcanzable.
!Ay si supiéramos...!
Si solo fuera cargar oon una escalera para dar ilusiones....y fuera tan fácil.....me apunto. Yo eché besos a Melchor como si fuera una enamorada.....y hoy estoy afónica....
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