viernes, 13 de junio de 2008

El arte efímero. Antonio Saura

Los conceptos tradicionales de "belleza" y "representación" -entendiendo por la primera la idealización de las formas existentes y por la segunda la fijación objetiva de la realidad- desaparecieron en el vértice de dos siglos; utopía y experimentación se convirtieron en los principios de una modernidad cuyo espíritu positivo ha atravesado el siglo XX.


(...) Durante este recorrido cada movimiento artístico ha contrariado al precedente. La vanguardia se convirtió gradualmente en una acelerada sucesión de impulsos contrarios que han acabado por provocar no solamente la desconfianza del espectador, sino también la imposibilidad de maduración de los artistas y su penosa sumisión a la dictadura de las modas.


La duración de los movimientos ha sido variable, siendo durante los años sesenta cuando aparece una aceleración vertiginosa de los mismos, una crispación estética que ha provocado una saturación, un verdadero colapso ideológico y creativo, que es bien el nuestro.


La artificiosidad de muchas tendencias, su lanzamiento mediático, como si de un espectáculo o un objeto de consumo se tratase y su condición inconsistente y perecedera hacen dudar de su autenticidad e incluso de la razón misma de su existir.

(...) En general, las formas seudo-artísticas a que nos referimos precisan de una máscara trascendente, de aquí los interminables discursos pretendidamente filosóficos, tan farragosos como presuntuosos que las acompañan -cuanto más vacío, más teoría- como una forma de compensar mediante tal ropaje su carencia conceptual


(...) Acompañado de sorprendente batería crítica, asistimos al triunfo pasajero del artista repentino, sin otra experiencia que la práctica de la novedad a ultranza, así como a la dominación de un gran y terrible "ismo" el del arte efímero (...) y el sorprendente rechazo de aquellos creadores cuya labor se focaliza substancialmente en la profundización del universo personal.El simulacro substituye a la convulsión fertilizante de la historia para dar paso al dominio del anti-arte, apareciendo como culpable, en primer lugar la desgraciada posteridad del ready-made de Marcel Duchamp.





"El Paseante" Nº 23-25 1995 (*)





Fotografía: obra de Marcel Duchamp "La fuente" 1917




4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Si, si, si!
Estoy de acuerdo. La vorágine de la actualidad hace que hoy ya no se hable de la huelga de camioneros y mañana no se hablará del gol de Villa. Hay que crear una noticia nueva y no vale hablar de la de ayer.
En el arte ha podido pasar lo mismo, el lanzamiento mediático ha convertido ciertas expresiones (me abstengo de llamarlas arte) en espectáculos sin otro valor. Perrea, perrea no deja de ser un espectáculo pero no deberíamos llamarlo música, teniendo en cuenta que la música es una de las artes.
Y, totalmente de acuerdo, en que esas formas pseudoartísticas precisan de una máscara trascendente, etc. etc. para compensar mediante tal ropaje su carencia conceptual. Que es bien expresado, lo que yo quería decir en otra entrada cuando me refería al rey desnudo o al retablo de las maravillas.
Entre tantos, es posible que se nos pase un Greco, o un Ligeti, pero se cuelan tantos...

Barbebleue dijo...

Muy de acuerdo en líneas generales con "el paseante". Pero añadiría que todavía nos falta perspectiva para analizar el complejo siglo XX, con su vorágine de "modismos" exclusivistas y la enorme influencia del mercado con su mamporrera, la publicidad.

Respecto a la Música, ya tenemos claro que las denominadas vanguardias han supuesto un tapón elitista hacia otras formas de expresión. En todo caso, un camino sin salida, pero que había que recorrer. Ya sabemos que muchas de las vías del Arte son ciegas.

javi duque dijo...

bueno yo ya sabes que soy un megafan de las vanguardias así que a pesar de que estoy de acuerdo en muchas cosas de lo que dice saura, me cuesta olvidarme de que hay muchos buenos artistas. Y sobre todo hubo en la época de las vanguardias, que creaban únicamente movidos por la inquietud y por descubrir nuevos horizontes y crear nuevas corrientes filosóficas que se apoyasen sobre una base artísitica.

Cuando voy a la Tate Modern siempre visito la fuente de Duchamp, a mí me encanta. El dada es de lo mejor de las vanguardias.
Aunque coincido en que las multinacionales y las empresas siempre han intentado adueñarse de las ideas de los demás y sacar tajada.

Con kundry estoy un poco más en desacuerdo aunque entiendo su postura.

Saludos a todos!

pfp dijo...

bien Javi, "de casta le viene al galgo", yo también soy defensora de las vanguardias, como dice bbb creo que tendremos todavía que esperar un poco más para juzgarlas con una buena perspectiva, también creo que "esos caminos sin salida, esas vias ciegas" de las que habla bbbleue, son absolutamente necesarias para el Arte, con derecho a equivocación con derecho a no ser trascendentales, con derecho a provocar y con derecho a divertirse, si es lo que pretendian, me fastidia un poco tanta seriedad, tanta perfección, tanta trascendencia. Reivindico el rodillo,como simbolo en el arte de la revolución, de la desobediencia académica , reivindico la asimetría, la anarquía y por supuesto la alegría...