Mi señora y amiga: yo y mi corazón nos ponemos en vuestras manos, rogándoos que los consideréis merecedores de vuestra favorable acogida , y que vuestro afecto por ellos no decrezca por la ausencia. Pues sería una gran lástima aumentar su dolor, pues la ausencia así lo hace en modo suficiente , y más que nunca he estimado acertado atraer a nuestra memoria una cuestión astronómica, siendo ésta que cuanto más largos los días, más lejos se encuentra el sol y, sin embargo más ardiente. Lo mismo ocurre con nuestro amor, pues por la ausencia estamos separados, aunque pese a todo mantiene su fervor, al menos por mi parte, y espero que también por la vuestra: os aseguro que por lo que respecta a mi persona, el pesar causado por la ausencia es ya excesivo para mí. Y cuando pienso en lo mucho más que deberé sufrir todavía, creo que me resultaría prácticamente imposible de soportar a no ser por la firme esperanza que conservo , y puesto que no puedo estar con vos en persona, os hago llegar lo que pueda guardar un mayor parecido, siendo ello mi retrato en un brazalete , con el emblema completo que vos conocéis. Deseando que sea yo quien ocupe su lugar cuando así os plazca. De vuestro leal servidor y amigo.
Enrrique VIII
Carta a Anna Bolena.(guardada en la Biblioteca Vaticana, sin fechar)
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Anna Bolena, tragedia lírica en dos actos. Libreto de Felice Romani. Música de Gaetano Donizetti (1797-1848)
Temporada de ópera del Gran Teatro del Liceu Barcelona, 2010-2011
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Fotografía: Enrrique VIII de Inglaterra. Obra de Hans Holbein.
6 comentarios:
¿Pilar, has entrado en la Biblioteca Vaticana?
¡Cómo son algunos hombres! ¿Quién diría, al leer este hermoso texto, que la pobre Anna perdería la cabeza por él!
Un beso.
querida Gloria, en las Estancias Vaticanas si he entrado, en la Biblioteca no, aunque me perdería con gusto en ella a riesgo de perder la cabeza... debe ser una locura lo que se guarda en ellas.
Besos
La distancia como el viento... frase manida pero al fin de cuentas, no por ello menos cierta...
un fuerte abrazo.
otro para tí Cas
No me gusta nada este señor.
Y pensar que debió ser un niño tan gordito y mono...
Lo siento, sólo escribo lo que, de pronto, me inspira.
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