miércoles, 3 de diciembre de 2008

Salomé

Flaubert relata así su danza;



Sus pies pasaban uno delante del otro al ritmo de la flauta y de un par de crótalos. Sus brazos arqueados llamaban a alguien que siempre huía. Le perseguía más ligera que una mariposa, como un Psiquis curiosa, como un alma vagabunda, pareciendo dispuesta a echarse a volar. Los fúnebres sones de las gingras reemplazaron los crótalos. El abatimiento había sucedido a la esperanza. Sus actitudes expresaban suspiros y toda su persona tal languidez que ya no se sabía si lloraba a un dios o se moría en su caricia. Con los párpados medio cerrados, torcía la cintura, balanceaba el vientre con ondulaciones de ola, hacía temblar sus dos senos y su rostro permanecía inmóvil y sus pies no se detenían. (...) Luego fueron los transportes del amor que quiere ser saciado. Bailó como las sacerdotisas de la India, como las nubias de las cataratas, como las bacantes de Lidia. Se volvía a todos los lados como una flor agitada por la tempestad. Los brillantes de sus orejas saltaban y la tela que colgaba por la espalda refulgia en tornasoles. De sus brazos, de sus pies y de sus vestidos brotaban invisibles chispas que inflamaban a los hombres. Cantó un arpa. La multitud la acogió con aclamaciones. Sin doblar las rodillas, separando las piernas, se arqueó tanto que la barbilla le rozó el suelo. Y los nómadas acostumbrados a la abstinencia, los soldados de Roma expertos en libertinajes, los avaros publicanos, los viejos sacerdotes agriados por las disputas, todos, dilatando las aletas de la nariz, palpitaban de deseo. (...)




Una vez terminada la danza Salomé se dirige hacia un Herodes que arde también en deseo



-Quiero que me des en una fuente la cabeza de Iaokanann




Fotografía: Obra de Franz von Stuck, Salomé (19o6)


11 comentarios:

Joaquim dijo...

Ahí si, querida Pilar, Strauss sedujó a las mil maravillas con su música, ese desbordado deseo de otra pérfida lagarta.
Menuda es la Lolita esta, claro que teniendo la madre que tenía, tampoco se podían esperar, a priori, inquietudes teológicas.
Me sigue intrigando esta saga y ansioso me tienes esperando quién será la siguiente

Anónimo dijo...

!Ah Salomé, princesa idumea, belleza sin igual, provocadora de hombres, pérfida lagarta! Qué toque de desconcierto has dado a la historia de tu tiempo y qué recuerdo a media sonrisa cómplice de tus desmanes nos has dejado...
De haber existido estamos seguros pero de todo lo demás !quién sabe!...

Barbebleue dijo...

Salomé es mucho más que una lagarta o una moderna femme fatale, es la encarnación de un Mito Universal, donde se aúnan como en ningún otro los aparentemente antitéticos Eros y Tánatos: el deseo y la muerte sin aparente utilidad. El eterno y necesario equilibrio entre Creación y Destrucción (véase la mitología hindú), llevado al mundo del Arte y lanzado hacia el porvenir, en el momento adecuado en una sociedad decadente, por Oscar Wilde y la legión de creadores de su época (Moreau, Beardsley, Klimt, Strauss, …).

Decía sin aparente utilidad, bueno ni más ni menos que el origen y existencia del mundo…

O estoy confundido y simplemente fue una concursante de Eurovisión ¿?

Joaquim dijo...

Amigo Barbebleue, un poquitín lagartona si que era o como mínimo acepta que tenía caprichos o antojos perversamente sanguinarios.
Concursante también, pero esa ya no vive cantando.

Anónimo dijo...

Bien, aunque lo haya dicho bromeando, retiro lo de "pérfida lagarta" que imitaba la expresión de Joaquim. He leído un poco más sobre Salomé según la obra de Oscar Wilde, he leído con verdadera fruición y me quedo con su argumento que la dibuja enamorada de Juan... También me recreo con el comentario de Barbebleue sobre reconocerla como Mito Universal. No se puede bromear, es una cuestión eterna que nos atañe a todos...

Joaquim dijo...

Claro que se puede bromear. No fotem!

Anónimo dijo...

Discúlpame Joaquim, no quería decirlo así de contundente. Para una vez que bromeo... para una vez que rectifico... para una vez que me gusta coincidir contigo y con los demás, !cómo te pones! No fotem també!!!

Joaquim dijo...

ja, ja, ja, ja, Josefina, tenemos que conocernos, para hablar de lagartonas, entre otras cosas.

Anónimo dijo...

Saber de Salomé por la versión de Oscar Wilde (y con la música de R.Strauss) es una de las delicias que mantienen mis sentidos. La descripción de cómo Salomé se enamora de la Palabra de Juan (el Verbo) y a través de ella, (o representada en ella) de su boca y como no ceja hasta conseguirla y poder besarla en un intento desesperado de buscar el amor...El amor a lo que escuchó...

"He besado tu boca, había un sabor amargo en tus labios. ¿Era el sabor de la sangre? ¡No! Sabía quizá a amor... Dicen que el amor tiene un sabor amargo... Pero ¿qué importa? ¡He besado tuboca, Jokanaán. He besado tu boca."

(Me imagino que aunque no sea de la Biblia, no menos hija de Lilith merece ser Carmen, así que ya estamos a la labor.)

glòria dijo...

Para mi Salomé es el más claro precedente de Lolita en versión suntuosa hijastra del tetrarca. El Bautista huye de su asedio y es castigado con la muerte. ¿Lagarta? No, eso tiene otro nombre que no quiero escribir.
Casi todos han hablado de Strauss y de Oscar Wilde y tú, Pilar, transcribes un texto de Flaubert que, nada raro, es una maravilla: Se mueve, centellea y se oye la danza amenazante.
Por enésima vez: Precioso post.

pfp dijo...

el texto de Wilde es único y maravilloso sin duda pero esta descripción del baile por Flaubert no la conocía y entre su escrito y la pintura de von Stuck he querido dar otra imagen menos conocida y no menos bella.
Me acerco más a la opinión de Bbb, considero a Salomé más un símbolo que otra cosa, pero si me atengo solo a la historia que nos ha llegado hasta hoy en día me parece una mujer sin voluntad, por enamorada y por manipulada por una madre y una situación francamente terrible.
Besos a todos y cada uno sois geniales.
Pd: (A mis dos púgiles, os espero mañana) y al resto por supuesto