lunes, 15 de diciembre de 2008

relato Nº 1, Concurso de relatos "pequeño formato"



SILENCIOS DE MUJER


¡La virgen santísima: Qué cantidad de gente! Seguro que los trenes andan con retraso otra vez, justamente hoy que había prometido a la señora María que haría todo lo posible por ir un poco antes para no dejar sola a su madre y que ella se fuera a primera hora a la peluquería …

No viene, no, el tren y, encima, imagínate cómo va a llegar: ¡a tope!… ¡Andaaa!, y con las prisas de esta mañana no he sacado el pollo para cenar del congelador. Tendré que comprar uno esta tarde cuando lleve de paseo a la señora Lourdes. Pasaremos por las cocheras para ir al parque, hoy. El del congelador lo dejaré para el domingo…

¡Casi menos cuarto, y el dichoso tren sin llegar! No sé si habrán dicho algo por megafonía… Calla, calla, ahora que lo pienso: ¡Qué vas a comprar pollo si se me ha acabado el bono-transporte y en el monedero sólo llevo los nueve euros del cambio de ayer en la droguería! ¡Si es que tengo la cabeza a componer!… La señora Nuria me trae loca, pero ¿qué voy hacer yo si el niño me vomita el desayuno…?, ¿llevarlo al colegio tal cual?… Me preocupa: no sé si es la comida de la escuela o las chuches que deben comer todo el día con los amigos, pero entre los mocos del resfriado que arrastra hace días y que no tiene hambre, se le hacen unas bolas que no hay manera de que trague… Sí, pero mira la señora Nuria: Ella mucho quejarse de que he llegado veinte minutos tarde pero que, si no me importaba, que me pagaba mañana, que no le había dado tiempo de ir al cajero… Y yo con sólo nueve euros encima y sin poder comprar el pollo…¡Y el tren sin venir!…

Si mi hermana estuviera aquí le hubiera dicho que en un momento me llevara el niño al pediatra. Estábamos justitos cuando ella vivía en casa, pero para estas cosas mira que me iba bien, porque la pobre Sandra bastante favor me hace de cogerlo cuando va a buscar a sus hijos y quedárselo en su casa hasta que no llega Félix a recogerlo al volver del trabajo, pero por un resfriado no le voy a pedir además… ¡Calla, que ya viene el tren! ¡Gracias, dios mío!

Hoy no me podré sentar, no, ¡ni pensarlo!… ¡Buaf! ¡Cómo viene de lleno! ¡Y con el dolor de pies que tengo!…

A ver si hay suerte y se levanta alguien cuando paremos en la próxima… Mañana, jueves, a casa de la señora Rosa, y supongo que querrá que le haga a fondo las dos terrazas… ¡Calla, tú!, que estos dos parece que se levantan… Pues sí; mira qué bien. Sentada, hasta final tendré tiempo de comer y así no lo tendré que hacer en la estación al llegar…Estoy sufriendo por la señora María, que justamente confiaba en que hoy le llegara un poco antes, y es que es la única que tiene algún detalle de vez en cuando conmigo, y para una vez que me pide algo…

¡Vaya! ¡Menuda mirada que me ha clavado el tipo este! Parece que no le hace gracia que haya sacado el táper… ¡Bah!… Aún llegaré a tiempo, aún…

¡Bueeeno!, pero, ¿se puede saber por qué me abanica con el periódico el tonto este?... Es arroz y pollo hervidos, y fríos no huelen… Deja, Marga; haz como si nada, como si no lo hubieras visto…

-Por si no lo sabía, señora, en este país no comemos en los trenes. ¡A ver cuándo se darán cuenta usted y los suyos de que ya no viven en la selva, sino entre personas!

Calla, Marga, calla… No te busques un lío… Ya comerás en el banco de la estación cuando llegues.
Fotografía: M.S. Nº1, pfp

6 comentarios:

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