miércoles, 18 de abril de 2018

ir y venir


MAÑANA SERENA DE PRIMAVERA

Entró volando aún caliente del sol
y se posó, tan llena de primavera, en mi mano,
tan inexplicablemente extraña, tan referida a sí misma;
y no era, sin embargo, sino una hoja de haya primaveral.
Así yace el mar en su cuenco terrestre,
así descansa la nube en la gran mano,
cada corazón descansa desconocido de sí mismo,
extraño para sí mismo, y también trae desde siempre las 
    marcas del fuego
del propio ser inscritas como nombres con hierro candente.
Y como el mar con las mareas más apacibles
golpea sereno alrededor de las rocas rígidas,
surge un brillo cristalino desde el volcán que aguarda
extensiones sin nubes que tiemblan diáfanas,
ajenas al éter, pero envueltas totalmente por él,
y en el aliento de lo perdido
cada cosa ha depuesto su nombre.

Pues felizmente cuelga la campana en el azul,
ningún silencio calla en ella y ningún lenguaje habla,
su luz esférica absorbe, llena de un dulce vacío,
el ser del mundo en la silenciosa ingravidez
y lo transforma en lo nuevo increado:
elevado serenamente por el aliento primaveral,
el mundo, tranquilo, se abandona suavemente a sí mismo,
y, anónimas, la mano, la hoja, las olas inmóviles,
oh, felicidad invisible que escucha,
entonces, apacible, la ola de las mareas del ser
choca, cristalina, en la pared de las campanas
y, plateada, toca la claridad en la claridad,
para que, suave por el sonido de la fuente lejana como las
     nubes,
cada cosa se nombre clara y nueva...,
incluso la hoja de haya en mi mano.

Hermann Broch

En mitad de la vida, 

Igitur/poesía. Traducción Montserrat Armas y Rafael-José Díaz


Imagen:  Anar i tornar. Juan Genovés 


4 comentarios:

Fackel dijo...

No conocía este poema de Broch. ¿Has leído o intentado leer alguna vez su obra "La muerte de Virgilio"? Personalmente pienso que hay que tener mucho valor para acometer la lectura de un libro tan denso y difícil. El filósofo Günther Anders decía del autor y el libro: "¿Qué puede empujar a un hombre a intentarlo todo en un único libro? Solo hay una cosa: pánico al olvido". Esta idea atrapa, pero para leer "La muerte de Virgilio" hay que hacer tabla rasa de ocupaciones, ámbitos y tiempo histórico en el que vivimos. Tal vez algún día lo intente, aunque me cueste el aislamiento o algo peor. Bueno, era simple curiosidad.

Y si te dijera que este tipo de trabajos de Juan Genovés me agobia, ¿qué dirías? Reconozco que me he ido haciendo más y más huraños respecto a los individuos y no te digo respecto a la masa como manifestación amorfa de los individuos en acción.

pfp dijo...

querido Fackel, no, no he leído, La muerte de Virgilio, creo que no tengo la suficiente preparación ni capacidad de concentración para adentrarme en la obra, me conformo con disfrutar de sus bellos poemas que tanto dicen de Broch hombre yl poeta.

a mi esas diminutas y reiteradas multitudes de la obra de Genovés no me inquietan, al contrario, me atraen, quiero imaginarlas reivindicadoras, expectantes...

un abrazo

Barbebleue dijo...

tanto la imagen como el poema me han llevado a preguntarme cómo verán la primavera los ojos compuestos de los dípteros...
¡mira que soy raro!

pfp dijo...

los dípteros, a través de sus ojos, ese su gran órgano ,deben vivir la primavera plenamente, sin saber -¿felices ellos?- de la fugacidad del tiempo, ni de la existencia, ni de la muerte...