[...]La National Gallery de Washington acaba de posponer una exposición del pintor Chuck Close porque varias modelos lo acusan de lo que antes se llamaba “propasarse”. Chuck Close lleva paralizado en una silla de ruedas desde hace 30 años. La simple acusación lo ha convertido en culpable. Hay sospechosos a los que no se les concede la presunción de inocencia. Otros museos de Estados Unidos han descolgado obras de Close que estaban expuestas en sus salas. La culpa automática del acusado infecta de inmediato a su obra. Lo que ha hecho o no ha hecho, la sombra que cae sobre él, extiende un maleficio tóxico que debe ser suprimido. No basta la afrenta pública. El castigo no es suficiente. Cualquier duda, cualquier flaqueza o concesión, es una injuria añadida a las víctimas, a todas ellas, literales o no, cercanas o lejanas. Con la misma facilidad con que se le cuelga a alguien el sambenito de hereje y se le condena a la lapidación o a la hoguera, se reparten certificados de lo que podría llamarse victimidad. ¿Quién puede pedir que no se retiren de un museo, o no se borren de la historia del arte, obras que tienen un origen tan emponzoñado, y cuya mera existencia, ni siquiera contemplación, ofende tanto, provoca tanto sufrimiento?
El delito es tan grave que igual que anula la presunción de inocencia, tampoco admite la eximente de la muerte. Reos vivos y muertos se mezclan en el desfile diario de la nueva Inquisición: Woody Allen, Balthus, Picasso, Egon Schiele, Caravaggio. Chuck Close defiende en vano su inocencia y dice amargamente: “Me han crucificado”. Es una lapidación más bien, una quema en la hoguera. Es el principio eterno de fanatismo purificador que adapta en cada época un disfraz religioso, o político, según convenga, siempre con la misma sonrisa de implacable bondad.
Texto: Antonio Muñoz Molina. La bondad implacable. Babelia 9 FEB 2018
https://elpais.com/cultura/2018/02/05/babelia/1517849535_216492.html
https://elpais.com/cultura/2018/02/05/babelia/1517849535_216492.html
Fotografía: Renee Cox 2012, obra de Chuck Close.
10 comentarios:
Los nuevos puritanos: denuncia mientras puedas, no pienses después.
Me gusta lo que en el texto se denuncia y anuncia, aunque no al cien por cien.
No obstante, una observación inocente (y ambivalente): Si quieres llegar joven a viejo, no juzgues al prójimo.
parece que quieran quemarlo todo, Allau, y ya sabes, a río revuelto...
se puede discrepar, solo faltaba
mi observación, es que no hace falta llegar joven a viejo...a viejo mejor llegar, sabio, generoso, valiente...
gracias Chiloé
Tengo cada vez más sospechas de que hay caza de brujas y con intereses oscuros, como en toda caza de brujas.
Supongo leerías ayer la página de Marías:
https://elpais.com/elpais/2018/02/02/eps/1517571327_169234.html
A río revuelto ganancia de mediocres, por cierto no vale decir mediocres y mediocras.
leí a Marías, si. Esperemos y pongamos nuestro granito de arena para que esta caza de brujas sea con un mal viento y se vaya pronto...
dios, mío Fackel, ya ves que tonterías y tonteríos tenemos que escuchar... se han vuelto locos los romanos Asterix/ Obelix dixi.
por cierto, no te ha llamado la atención la fotografía de Chuck Close en referencia al dibujo que tú has colgado de Schiele?
Pienso que es necesario desligar la obra artística y el artista (o artisto), del juicio moral (individual o colectivo) o legal (judicial) hacia la persona que la encarna. El paradigma es Richard Wagner...
de artista a artisto, dime Barbazul, además de con la música de Wagner, que hacemos por ejemplo con la obra genial, del ínclito Caravaggio? y de muchos otros/otras más... como si para crear , hubiera que presentar certificado de conducta y penales impoluto. Como siempre en nuestra sociedad, ante temas de trascendencia, asoman las patitas (mejor las garras) de la hipocresía...
Me ha llamado la atención la fotografía de Close, pero sin relacionarla con Schiele. Siempre me ha interesado la representación de la negritud. En este caso me parece una imagen de tiempos antiguos, salvo por el desnudo. La disposición de las manos abarcando los brazos y resaltando un torso esbelto genera un escorzo particular y espectacular. La belleza habla con infinitos lenguajes. Yo diría que en esa fotografía no se ven distintas zonas del cuerpo sino que se genera una nueva, que se apodera del espectador.
es hipnótica, si, como Schiele!
gracias Fackel, por tan preciosa reflexión.
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