Lepcis Magna llegó a su apogeo a principios del año 193 d. C. con el ascenso al trono imperial de Roma, de Lucio Séptimo Severo, oriundo de la ciudad, primer emperador romano de origen bereber, que tuvo a la ciudad como su favorita entre todas las ciudades provinciales, la dotó con magníficas construcciones y riquezas e hizo de ella una de las más importantes de África. Durante la crisis del siglo III cuando el comercio entró en declive, la importancia de Lepcis sufrió un gran declive, y ya para mediados del siglo IV, gran parte de ella había sido abandonada. Solo durante el reinado de Teodosio I gozó de un pequeño renacimiento.
El nombre cartaginés Leptis o Lepcis y el adjetivo latino Magna, designa una ciudad de una historia y un interés arqueológico excepcionales, ya que por ella han pasado y han habitado fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, españoles, turcos, bereberes, judíos procedentes de España, incluso, italianos, que la ocuparon hasta 1951, año en que Libia logró su independencia.
El conjunto arqueológico romano de Leptis Magna, uno de los mejor conservados de todo el territorio del Imperio Romano, está catalogado por la UNESCO como “Patrimonio de la Humanidad”; en él destacan su anfiteatro, las termas y el magnífico arco de Septimio Severo.
Fotografía: Tondo con la familia de Septimio Severo en el que aparecen retratados Severo, su esposa Julia Domna, sus hijos Caracalla, y Geta cuya cara ha sido borrada por su damnatio memoriae ordenada por su hermano y asesino Caracalla.
Damnatio memoriae es una locución latina que significa literalmente "condena de la memoria", una práctica habitual en la antigua Roma, consistente, como su propio nombre indica, en condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte.
6 comentarios:
Damnatio:
finalmente, parece que el Coronel tiene quien le escriba...
a propósito de Libia.
si Barbazul, parece que la carta al Coronel va a ser larga y teñida de rojos sangre... pero llegará... "damnatio memoriae", para ese careto patético
CIUDADANOS ÁRABES
En el epílogo de El lado oscuro del amor (Salamandra, 2008), Rafik Schami rememora los motivos que le forzaron a exiliarse en Europa: "La censura y la arbitrariedad política me dejaron claro que mis planes de vivir en Siria como maestro y escritor no tenían futuro. Un régimen despótico no deja espacio a los tonos intermedios. El que no está a su favor, es su enemigo". Schami explica asimismo por qué la política tiñe la historia de su novela, la del arduo amor de Farid y Rana: "Un personaje no puede vivir en uno de los peores regímenes despóticos de Oriente y mantenerse completamente al margen del él. Lo más importante para mí era mostrar cómo la dictadura interfiere en la vida del individuo".
En este arranque de 2011, una revolución democrática que ya cuenta con dos grandes victorias en Túnez y Egipto ha introducido en la escena internacional un nuevo sujeto político: el ciudadano árabe.
SIGUE:
http://www.elpais.com/articulo/portada/Ciudadanos/arabes/elpepuculbab/20110219elpbabpor_1/Tes
Pilar:
Me encanta esta ronda que estas dando por los distintos países árabes que tan valientes están siendo.
No sabía lo de "damnatio memoriae". ¡Cuántos merecerían este castigo! En contradicción a lo que digo pienso que es necesario recordar para no repetir. Nada nuevo pero, cierto.
Un beso.
okupa, gloria, un abrazo a cada uno
no sé si será larga la carta, pero el rojo ya se está viendo...
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