En Las célebres órdenes de la noche (Die berühmten Orden der Nacht, 1997), Kiefer también se autorretrata como una figura solitaria yacente sobre un suelo reseco y resquebrajado bajo el inmenso manto de las estrellas. A Kiefer le fascina el firmamento nocturno y las diferentes interpretaciones que ha tenido a lo largo de la historia, especialmente aquellas que lo describen como un reino divino y misterioso que nos recuerda nuestros orígenes y nuestro destino.
La espiritualidad, explica el artista, consiste en conectar con un conocimiento más antiguo e intentar descubrir una continuidad en las razones por las que buscamos el cielo.
https://www.youtube.com/watch?v=UkDjh7xopSk
4 comentarios:
Quien más o quien menos hemos hecho alguna vez de Kiefer como modelo contemplativo del firmamento, que no de manejar las artes plásticas. Pero si me pones a Los Pekenikes me matas, eso me devolvería al universo perdido. Me vas a dar la tarde.
que mejor que recuperar un universo perdido, aunque solo sean unas horas. Un abrazo, Fackel
No hay mejor fondo que un firmamento estrellado: como proyección de nuestros límites y como esperanza de nuestra finitud. Ya, si le pones música, el cielo se vuelve accesible.
pues música, maestro!
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