lunes, 21 de julio de 2014

Confesiones de un burgués


(...) Yo tenia dos años cuando a la niñera se le escurrió mi hermana recién nacida, que cayó de cabeza y afortunadamente murió en el acto. Desde la tragedia hasta el nacimiento de mi hermana menor, que se produjo cuatro años más tarde, mi madre me mimó de una manera exagerada. Me vestía con cuidado, me hacía regalos carísimos y mantuvo mi camita al lado de la suya hasta que cumplí los seis. Inventaba juegos para mí, me confeccionaba disfraces maravillosos que cuando los lucía provocaban la envidia de todos los niños del edificio;(...) Este idilio duró hasta que cumplí seis años. Entonces mi hermana menor ocupó mi rango y mi sitio; a lo mejor fui yo el único en darme cuenta, pero era obvio que algo había cambiado porque yo ya no era la persona más importante de la familia y tuve que replegarme en un exilio voluntario.

(...) Es una empresa harto dudosa intentar explicar el diagnóstico de una vida con arreglo a una sola herida, como si ésta fuese un foco de infección, y afirmar que allí tienen su origen todos los problemas y las miserias. El nacimiento de mi hermana fue el desencadenante o el causante de mis "heridas"; el hecho es que, tras perder mi trono, me separé de la familia, busqué nuevas comunidades y empecé a recorrer mi propio camino. (...)


Sándor Márai. Confesiones de un burgués


Ilustración: Almada Negreiros. Lectura

4 comentarios:

Unknown dijo...

Leí el libro hace años y me llegó una percepción distante del autor. Aunque es muy interesante prefiero sus novelas.
Un abrazo, Pilar. Te escribo pronto.

pfp dijo...

ya ves, Gloria, a mi me pasa al revés, me gustan más sus Confesiones, que sus novelas...

espero pronto tu carta, Gloria, besos

okupa dijo...

Discrepo cordialmente de Gloria, sus novelas , las que he leído,creo que tres, son magníficas, pero sus libros de memorias, éste y el gran TIERRA TIERRA me han fortalecido moralmente (¡y políticamente!), a parte de hacerme pasar ratos de felicidad...

En estas horas de porquería en esta querida tierra, de unanimidades patrióticas asfixiantes y esteladas y de desprecio público a los disidentes, de incitación al odio, de fanatismo... muchas reflexiones suyas ayudan a aguantar y a no marcharse de aquí...

"(...)¿Cuál es y a qué grado llega la responsabilidad individual si el Estado comete actos ilegales e inmorales? ¿El individuo se hace responsable en nombre de su Estado únicamente si apoya con sus acciones estos actos? El deber principal de todos los ciudadanos es salvarse y salvar a los miembros de su familia, pero no a costa de cumplir las órdenes que su conciencia no reconoce como legítimas, sino muy al contrario, intentando mimetizarse con su entorno; ha de salvar su vida sin colaborar en crímenes cuando el poder lo ordena, sin compartir negocios con el poder cuando éste atenta contra sus ciudadanos, sin aceptar beneficios cuando estos se distribuyen a cambio de convertir a los beneficiados en cómplices. La gente empezaba a despertar y comprender que el principio de la responsabilidad colectiva es un malabarismo inmoral porque siempre se puede diferenciar claramente entre aquellos que son culpables y los que solo están presentes cuando los culpables cometen sus crímenes: y están presentes porque no pueden hacer otra cosa” ( páginas 224-225 de “Tierra Tierra” Ed. Salamandra. Barcelona 2006)

Un abrazo

pfp dijo...

querido okupa, a seiscientos km de esa tierra en la que habitas, también duele; duele la estafa y el engaño, duele sobretodo la ceguera de muchos.

leyendo recientemente las Confesiones de este burgués excepcional que es S M, impresiona la rapiña y la avaricia de los políticos de toda época y condición, y lo poco que aprendemos la sociedad en su conjunto.

un abrazo enorme.