jueves, 24 de octubre de 2013

celosía




Celosía; elemento arquitectónico consistente en un "tablero" calado, utilizado para cerrar ventanas, balcones y otros huecos análogos con el fin de filtrar y amortiguar la luz, para poder ver a través sin ser visto, y en jardinería  a modo de soporte para plantas trepadoras.

La celosia se utiliza asiduamente en el arte hispano musulmán, en su más grande manifestación, la arquitectura, con diseños y marteriales de  gran belleza.



Fotografía: celosía de barro en Qsab Al Sarab. EA.  pfp


tesoros encontrados





La cerámica, desde su aparición en el Neolítico, proveniente de las primeras civilizaciones del valle del Indo,  supuso para la humanidad el primer gran descubrimiento con el que llegaron las mayores  transformaciones en la vida cotidiana; desde su capacidad para almacenar por prima vez excedentes alimenticios, a la posibilidad de transportarlos a otros lugares, y sobretodo, la capacidad para cocinar en su interior y transformar los alimentos.

La cerámica es una de las expresiones más características del mundo islámico. Constituían el ambiente cotidiano y podemos conocer su evolución gracias a su buena conservación a lo largo de los siglos. Estas "artes menores" como llamamos en Europa a las artes decorativas, fueron utilizadas en las tierras del Islam como en muchas culturas antiguas fuera de Europa, con fines artísticos, alcanzando una variedad de técnicas y un grado de perfección que no puede clasificarse simplemente como artesanía.

Los artistas islámicos no pudiendo interesarsen en pintura y escultura  por motivos estrictamente religiosos, han dejado muestras de un ingenio y una maestría notables en las artes del metal, cerámica, cristal, marfil, marquetería, etc, dignos de amplio estudio y disfrute de los mismos.


Fotografía: cerámica decorativa en  Qasr Al Sarab  EA.    pfp

martes, 22 de octubre de 2013

+ desierto

 
       


El viaje que emprendo es corto, a penas doscientos km separan el desierto donde se erige la ciudad de Abu Dhabi del otro a donde me dirijo. Hay quien piensa que todos los desiertos son iguales, pero no es verdad, son tan distintos entre ellos como las verdes praderas o las montañas lo son entre si. Cambia el color y la altura de sus  dunas, los tesoros que guardan sus arenas, incluso su peculiar y escasa vegetación y fauna.

Al salir de la extensa ciudad de Abu Dhabi, casi me pierdo en la maraña de sus vías rápidas, flanqueadas todas de verde césped, jardines y  palmeras datileras, irrigado todo de un calculado gota-gota.  Sorteando cruces y rotondas, finalmente enfilo en la dirección del pequeño poblado, Hmmen, que no he logrado encontrar en mi GPS. La carretera es una recta de unos 150 km trazada a cartabón y escuadra,  que cruza un desierto-desértico, plano y gris, como un inmenso lago desecado, a lo lejos arden las afiladas torres de los pozos petrolíferos, dejando en el cielo un rastro de humo negro y denso, el "oro" de nuestra civilización. Señales de reduccion de velocidad y semáforos avisan los anchos  cruces, y la circulación de pesados camiones procedentes de los pozos que abastecen de ingentes cantidades de poder a los emiratís. 

Poco a poco el desierto va cambiando de aspecto, el gris blanquecino queda atras con su cielo lechoso, y mientras el cielo cobra un azul intenso y luminoso, se eleva la superficie del desierto con pequeñas dunas doradas. Esbeltos camellos negros que parecen proceder de granjas cercanas, andan picoteando entre esmirriados  palmerales, irrigados por kilometricos gota a gota que flanquean  los anchos arcenes de la carretera, utilizados como vía alternativa de adelantamiento, 

Llegado al fin al prefabricado y pequeño poblado de Hmmen, cercano al oasis de Liwa, enfilo hacia el interior del desierto, doce km de altas e impresionantes dunas rosadas y azules peinadas por el viento me llevan a mi destino; una bella noche en el desierto.

viernes, 18 de octubre de 2013

del natural





... un melocotón rojizo, de buen tamaño unido a un tallo con agujeros de gusano en la hoja asemejándose al daño que hace la polilla oriental de la fruta, Orthosia hibisci. Por debajo de él hay una sola manzana bicolor, mostrada en perspectiva con dos agujeros de entrada de insectos, probablemente la carpocapsa, una de las cuales muestra putrefacción secundaria en el borde; una pera amarilla enrojecida con depredaciones de insecto parecidas al daño de un Archips argyospita; cuatro higos, dos blancos y dos de color púrpura— los púrpuras completamente pasados, rajados por los lados, más una gran hoja de higuera con una prominente lesión por hongos que se parece atracnosis, Glomerella cingulata ; y un solo membrillo sin mácula, con un frontoso brote que muestra puntos de hongo. Hay cuatro racimos de uvas, negro, rojo, amarillo y blanco; el racimo rojo a la derecha muestra varias frutas resecas, mientras los dos racimos de la izquierda muestran una baya demasiado madura. Hay dos hojas de parra, una severamente reseca y arrugada mientras que la otra tiene manchas y evidencia de una masa de huevo. En la parte derecha de la cesta hay dos higos verdes y uno maduro de color negro se encuentra en la parte de atrás, a la izquierda. A los lados del cesto hay dos retoños sin cuerpo: a la derecha hay un brote de uva con dos hojas, ambas mostrando severas depredaciones por insectos que recuerdan a las mordidas de saltamontes; a la izquierda hay un brote que cuelga, de membrillo o de pera...

Andreas Prater.


Ilustración: Cesta de frutas. 31x 47. Milán, Pinacoteca Ambrosiana. Obra de Caravaggio



lunes, 14 de octubre de 2013

rivales


Entre los más duros detractores del pintor Caravaggio se encontraban los pintores Roman Zuccaro, y Baglione, artistas encasillados e infinitamente menos dotados. Pero a pesar de sus críticas fue Baglione uno de los primeros en imitar el estilo de Caravaggio, con el cuadro Triunfo del Amor Divino, sobre el mundo, la carne y el diablo, obra con la que intenta superar el Amor vencedor de Caravaggio, desafío concreto al amor terrenal.
La obra de Baglione se expuso el Domingo de Pascua de 1603, los pintores romanos acudieron a verlo, pero la obra de Baglione  fue acogida con desprecio y desdén por la mayoría de los artistas y desde luego por parte de Caravaggio. Baglione después de las muchas criticas, se vio forzado a realizar una segunda versión de la obra, en la que se muestra la figura de un ángel, de pie sobre el Cupido, y tras aquel el diablo vuelve hacia el espectador un rostro macabro.
A tal punto la rivalidad de estos dos pintores polarizaban la vida artística de Roma, que poco después de la presentación en público del cuadro de Baglione, empezaron a circular por la ciudad versos difamatorios que atacaban a Baglione con lenguaje grueso y obsceno.

Giovan Bagaglia, eres un sabelonada;
tus cuadros son mamarrachos(...).
Te aseguro que no ganarás un céntimo con ellos.
No ganarás ni para comprarte un trozo de tela
y hacerte unas calzas con él.
Irás, pues con el culo al aire.
Así que coge tus cuadros y cartones
y vete a la tienda de Andrea Pizzicarolo (el verdulero)
o limpiate el culo con ellos,
o mételos en el coño de la mujer de Mao (1)
para que no se la pueda follar con esa inmensa verga de mulo.
Siento no poder participar de esa sarta de elogios sin sentido,
pero debo decir, que de esa medalla (1) no eres digno,
y para el arte no eres más que una desgracia.

1.- Tomasso Salini, pintor y amigo de Baglione.
2.- Referente a una cadena de oro, codiciado símbolo de prestigio que sugería nobleza y alto rango. Baglione había dedicado el cuadro al cardenal Benedetto Giustinini -su hermano poseía la obra de Caravaggio, que tenía en el palacio de la familia- y este le recompensó con una cadena de oro.


Ilustración: Segunda versión de la obra de Baglione; Triunfo del Amor Divino, sobre el mundo, la carne, y el diablo. Primera decada del XVI. Ubicada en la Galleria Nazionale d´Arte Antica. Palazzo Barberini

viernes, 11 de octubre de 2013

violencia callejera




A principios del siglo XVII en Roma, en una época en la que proliferaban los grandes estudios de pintura, ningún artista había creado una causa tan personal que atrajera con tal pasión a sus seguidores  como Caravaggio, pero su éxito inesperado, lo convirtió en un hombre soberbio y vanidoso, a menudo se involucraba en reyertas callejeras, lo que le creó una reputación de hombre agresivo y pendenciero. Sus detractores le odiaban con igual pasión que sus admiradores. 

Crónicas de la época (Van Mander), describen a Caravaggio como un hombre que trabajaba durante dos semanas y salía "durante dos meses, siempre con el estoque a un lado  y escoltado por su sirviente, va de una pista de pelota a otra, siempre dispuesto a discutir y a pelear, hasta el extremo que es imposible llevarse bien con él". La envidia a cualquier artista que se acercara a su estilo o pudiera poner en peligro su supremacía artística, provocaban en él, estallidos de violencia, mofándose de los artistas más tradicionales con comentarios provocadores y fanfarrones, retahílas de insultos vulgares salían de su boca, animando peleas y duelos entre sus jóvenes amigos,la mayoría jóvenes pintores y espadachines.

Dura era entonces la vida en las calles de Roma, y Caravaggio no solo atraía a amigos pendencieros, sino también a rivales resentidos.

Según Carel Van Mander, artista holandés que en 1604 publicó una biografía sobre las vidas de algunos pintores,escribe: "Caravaggio es alguien que tiene poco en cuenta las obras de otros maestros, pero tampoco hace elogio de las suyas. Tiene la creencia de que el arte no es más que una bagatela o una cosa de niños, independientemente de lo que sea y de quién lo haya pintado, a menos que se haya pintado del natural; cree que no puede hacerse nada mejor que ponerse a la altura de la Naturaleza"


Ilustración: Martirio de San Mateo. 1598-1601. Ubicado en la Iglesia de San Luis de los Franceses. Roma. Obra de Caravaggio.


jueves, 10 de octubre de 2013

el sexo de los ángeles


Amor vencedor, muestra un niño de unos doce años convertido en Cupido, con alas de águila enmarañadas, sentado en el borde de un banco de piedra cubierto con unas sábanas blancas. A sus pies, símbolos de la vida intelectual; el arte, el poder terrenal, la fama y la gloria militar. Cupido aparece como una fuerza oscura que se burla de las aspiraciones más elevadas y civilizadas del hombre. Una de su manos está escondida tras sus nalgas en actitud insinuante.

Caravaggio pintó este cuadro por encargo de Vicenzo Giustiniani. Los objetos dispuestos a los pies de Cupido como una gran vanitas, reúnen los símbolos del poder humano e intelectual, son una muestra del alcance de su saber, el de un auténtico cortesano renacentista, versado en las artes de la guerra y de la paz. Entre ellos se encuentra la música, una de las grandes pasiones de este gran mecenas. 

El cuadro fue una de las pertenencias más preciadas de Vicenzo Giustiniani, que se distinguía de los críticos clasicistas que solo veían en Caravaggio a un artista que dependía de su modelo, y que no solo se limitaba a copiar de la naturaleza, sino que mantenía una relación compleja con el arte del pasado y el arte renacentista. La pintura retiene con fuerza la sensación de que hay un estudio y un modelo. Los instrumentos musicales son complementos de una naturaleza muerta, como si Caravaggio la hubiera preparado con detalle en una esquina de su estudio, y el modelo -de una presencia tan fuerte y tan intensa-, la hubiera desordenado con su conducta y actitud despreocupadamente provocadora.

El Cupido victorioso de Caravaggio representa el propio triunfo de la pintura sobre todas las artes y sobre cualquier rival. Marzio Milesi lo elogia con estas palabras:

      El amor triunfa sobre todas las cosas,
      conquista sin duda el alma, pero el cuerpo con el alma.



Ilustración: Amor vistorioso. Obra de Caravaggio 1601/1602