jueves, 10 de octubre de 2013

el sexo de los ángeles


Amor vencedor, muestra un niño de unos doce años convertido en Cupido, con alas de águila enmarañadas, sentado en el borde de un banco de piedra cubierto con unas sábanas blancas. A sus pies, símbolos de la vida intelectual; el arte, el poder terrenal, la fama y la gloria militar. Cupido aparece como una fuerza oscura que se burla de las aspiraciones más elevadas y civilizadas del hombre. Una de su manos está escondida tras sus nalgas en actitud insinuante.

Caravaggio pintó este cuadro por encargo de Vicenzo Giustiniani. Los objetos dispuestos a los pies de Cupido como una gran vanitas, reúnen los símbolos del poder humano e intelectual, son una muestra del alcance de su saber, el de un auténtico cortesano renacentista, versado en las artes de la guerra y de la paz. Entre ellos se encuentra la música, una de las grandes pasiones de este gran mecenas. 

El cuadro fue una de las pertenencias más preciadas de Vicenzo Giustiniani, que se distinguía de los críticos clasicistas que solo veían en Caravaggio a un artista que dependía de su modelo, y que no solo se limitaba a copiar de la naturaleza, sino que mantenía una relación compleja con el arte del pasado y el arte renacentista. La pintura retiene con fuerza la sensación de que hay un estudio y un modelo. Los instrumentos musicales son complementos de una naturaleza muerta, como si Caravaggio la hubiera preparado con detalle en una esquina de su estudio, y el modelo -de una presencia tan fuerte y tan intensa-, la hubiera desordenado con su conducta y actitud despreocupadamente provocadora.

El Cupido victorioso de Caravaggio representa el propio triunfo de la pintura sobre todas las artes y sobre cualquier rival. Marzio Milesi lo elogia con estas palabras:

      El amor triunfa sobre todas las cosas,
      conquista sin duda el alma, pero el cuerpo con el alma.



Ilustración: Amor vistorioso. Obra de Caravaggio 1601/1602






3 comentarios:

Barbebleue dijo...

"Rostros del Amor,
como mi poesía los deseaba en las noches de mi
juventud,
encontrados, en secreto, en mis noches"

humano y divino K. Kavafis

Unknown dijo...

Caravaggio siempre inconfundiblemente genial.
Gracias por tu instructivo texto. Y a Barbe por recordarnos a Kavafis. Mucha belleza en una breve fracción de tiempo.
Besos, Pilar.

pfp dijo...

placer de la pintura y la poesía.

barbazul, gloria, besos a los dos