lunes, 25 de febrero de 2008

una noche en la ópera


En el entreacto volví a verlo, se paseaba despacio y tristísimo entre la gente que incómoda intentaba pasar de su presencia desconcertante. En la mano derecha llevaba una copa de champan y del brazo izquierdo colgaba un bolso de charol negro. Se paró delante de la gran terraza cerrada y sacó una maquina digital, buscó con la mirada a alguien que le hiciera una foto...
Esa tarde, yo lo había visto salir de casa de su madre con una gran bolsa, de esas que sirven para meter ropa colgada de una percha, lo seguí disimuladamente hasta su casa. Al cabo de un rato salió otra vez, con barba de todo el día, con sus cuatro pelos largos mal peinados en esa cabeza demasiado grande para su cuerpo menudo, llevaba puesto un traje largo de seda rosa, un collar de perlas alrrededor de su ancho cuello, una americana gris ajustada y botines negros de tacón alto a juego con el bolso.

5 comentarios:

kabanova.com dijo...

Plas! Plas! Plas!
Yo le estoy viendo y siento su penoso orgullo de mostrarse como es.
(Repasa antes de publicar, america=americana?)

pfp dijo...

thanks gori

pjdfp dijo...

si, si, muy bueno!! me incluyo entre los que le mirarían desconcertados.
¿te has encontrado alguna vez con alguien así? Apuesto que en el Met antes que en el Real.

pfp dijo...

Pues fué en Frankfurt, y no le hice la foto que el buscaba y tengo remordimiento...
besos mm

Anónimo dijo...

lo he vuelto a leer y me ha recordado a dick bogarde, en "muerte en venecia", cuando, sentado en la tumbona de la playa, suda, bajo el sombrero de paja, tinte negro del pelo y va muriéndose...