En 1912, el banquero e industrial Otto Primavesi, uno de los patrocinadores financieros del Wiener Werkstätte (Taller de Viena), encargó este retrato de su hija Mäda. Klimt lo pintó en su estudio vienés, donde también ejecutó en 1914 el retrato de la madre de Mäda, la actriz Eugenia Primavesi. En una extensa serie de estudios a lápiz, Klimt probó diversas poses antes de decidirse por esta postura erguida mirando al frente que expresa la fuerte personalidad de la niña, entonces de nueve años de edad.
Imagen: Óleo, de Gustav Klimt 1912, retrato de Mäda Primavesi (1903-2000).
Museo Metropolitan en Nueva York
2 comentarios:
Pues sí, mirada clara y decidida, una pizca desfiante a la vida y a los agentes que pululan en esta. No sabía de esta pintura de Gustav. Por cierto, ¿no leíste alguna vez mis relatos sobre el cartapacio de Gustav que andan por ahí en este blog?
mmmmmm no me suenan, cómo los localizo?
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