miércoles, 25 de noviembre de 2015

Schopenhauer y la felicidad


EL ARTE DE SER FELIZ

Regla Número 36

El medio más seguro para no volverse infeliz es no desear llegar a ser muy feliz, es decir, poner las exigencias del placer, posesiones, rango, honores etc. a un nivel muy moderado; porque precisamente la aspiración a la felicidad y la lucha por ella atraen los grandes infortunios. Pero esa moderación también es sabia y aconsejable por el mero hecho de que ser infeliz es muy fácil, mientras que ser feliz, no solo es difícil, sino del todo imposible. En particular no conviene edificar la felicidad sobre un fundamento muy ancho por medio de muchos requisitos; porque si se sostiene sobre tal fundamento se derrumba con mayor facilidad . Puesto que el edificio de nuestra felicidad se comporta a ese respecto a la inversa de cualquier otro, que se sostiene sobre una base amplia. Mantener las exigencias lo más modestas posibles en relación con los propios medios de todo tipo es la manera más segura de evitar las grandes desgracias. Pues toda felicidad positiva sólo es un quimera, en cambio el dolor es real.

"El Arte de ser feliz" Arthur Schopenhauer



Imagen: (Óleo, 190 x 120 cm) Retrato  de Friederike Maria Beer pintado por Egon Schiele en 1914.
Figura poderosa, de colores y estructuras geométricas, un rompecabezas que se sostiene en el vacío sobre un fondo sucio, marronoso, en una pose artificial, casi violenta, que contrasta con el rostro que mira abiertamente al espectador.

3 comentarios:

Barbebleue dijo...

Una vez más quedan meridianamente claras las fuentes filosóficas orientales que nutren el pensamiento genial de Schopenhauer. Pero lo que él más temía no era el sufrimiento, la infelicidad, sino el aburrimiento...

Bicos

pfp dijo...

el aburrimiento también es una aptitud, no creo que Don Arturo se aburriera nunca...

Unknown dijo...

El consejo de Schopenhauer es puro sentido común. No exigirle mucho a la vida. Lo malo vendrà solo y tendremos que sufrirlo mientras que lo Bueno puede ser construido por nosotros mismos y nos sabe espléndido.