jueves, 31 de mayo de 2012

el arte como terapia



Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938) gozó de un temprano éxito y reconocimiento como artista, pero en 1914, la intranquilidad y la preocupación hicieron mella en su espíritu. El excesivo trabajo en la trepidante ciudad de Berlín, el estallido de la Primera Guerra Mundial y su inminente llamamiento a filas le supusieron una enorme ansiedad, acrecentada por la falta de sueño, y la abundancia de absenta y drogas dañaron irremediablemente su salud.

Durante su instrucción como soldado sufrió una fuerte recaída nerviosa, siendo declarado inútil para el servicio militar. Una vez licenciado ingresó en un rosario de Sanatorios y Clínicas especializadas. Kirchner padecía episodios de parálisis en brazos y piernas que mermaban sus capacidades, pero su afán por estar activo permaneció intacto. Mantenía correspondencia con coleccionistas y amigos, enviaba sus obras a exposiciones, y a pesar de su invalidez no dejaba de realizar esbozos y dibujos, grabados en madera, aguafuertes y litografías, incluso llegó a ejecutar pinturas murales de gran formato, en el sanatorio de Königstein en el verano de 1916.

La enfermedad le sumía en fases depresivas pero también le empujaba a crear. Los lujosos sanatorios donde residió a temporadas,abarrotados de clientela de la clase alta y culta europea, ofrecían a Kirchner un entorno provechoso. Los doctores que le atendieron Kohnstamm y Binswanger tenían un vivo interés por la filosofía, la historia y las artes, y vieron una relación directa entre la enfermedad nerviosa, la expresión creativa y la época de crisis en la que vivían. Sus sanatorios fueron centros de la vida intelectual europea y, durante la guerra, lugares de refugio para artistas e intelectuales.


Fotografía:Mujer con mandolina, óleo sobre lienzo 90 x 120 cm, obra de Ernst Ludwig Kirchner.

http://www.exposicionesmapfrearte.com/kirchner/





3 comentarios:

Barbebleue dijo...

bueno, era un artista "degenerado" ¿no?
tan violento y brutal como el Tríptico de Paul Hindemith; y tan atractivo como él.

me ha evocado una frase lapidaria de una escritora, cuyo nombre no puedo recordar, que decía: "no se puede ser feliz y escribir bien"

besos, pfp

pfp dijo...

como dice Zweig, ¡ese mundo de ayer¡ en el que tan difícil por no decir imposible, era ser feliz y en el que prodigaron artistas inmortales como él y Kirchner por ejemplo.

besos barbazul

GLÒRIA dijo...

Un texto inteligente para un cuadro lleno de fuerza. Como siempre, Pilar, das vida.
Un beso.