domingo, 10 de abril de 2011

recordando el Tirano, de Don Ramón


[...]Los Estados Europeos, nacidos de guerras y dolos, no sienten la vergüenza de su historia, no silencian sus crímenes, no repugnan sus rapiñas sangrientas. Los Estados Europeos, llevan la deshonestidad, hasta el alarde orgulloso de sus felonías, hasta la jactancia de su cínica inmoralidad a través de los siglos. Y esa degradación se la muestran como timbre de gloria a los coros juveniles de sus escuelas. Frente a nuestros ideales, la crítica de esos pueblos es la crítica del romano frente a la doctrina del Justo. Aquel obeso patricio, encorvado sobre el vomitorio, razonaba con las mismas bascas: Dueño de esclavos, defendía su propiedad: Manchado con las heces de la gula y del hartazgo, estructuraba la vida social y el goce de sus riquezas, sobre el postulado de la servidumbre: Cuadrillas de esclavos hacían la siega de la mies: Cuadrillas de esclavos bajaban al fondo de la mina: Cuadrillas de esclavos remaban el trirreme. La agricultura, la explotación de los metales, el comercio del mar, no podría existir sin el esclavo, razonaba el patriciado de la antigua Roma. Y el hierro del amo en la carne del esclavo se convertía en un precepto ético, inherente al bien público y a la salud del Imperio.


Nosotros más que revolucionarios políticos, más que hombres de una patria limitada y tangible, somos catecúmenos de un credo religioso. Iluminados por la luz de una nueva conciencia, nos reunimos en la estrechez de este recinto, como los esclavos de las catacumbas, para crear una Patria Universal. Queremos convertir el peñasco del mundo en ara sidérea donde se celebre el culto de todas las cosas ordenadas por el amor. El culto de la eterna armonía, que sólo puede alcanzarse por la igualdad entre los hombres. Demos a nuestras vidas el sentido fatal y desinteresado de las vidas estelares, liguémonos a un fin único de fraternidad, limpias las almas del egoísmo que engendra el tuyo y el mío, superados los círculos de avaricia y robo.



Texto: Tirano Banderas. Don Ramón del Valle Inclán



Fotografía: Don Ramón del Valle Inclán, obra de Ignacio Zuloaga y Zabaleta.

"En los libros, como en toda obra de arte, está siempre definido el carácter del autor, y no en lo que es, que muchas veces suele ser una contradicción viviente, sino en lo que hubiera querido ser. En la obra de arte está la personalidad malograda por la educación, por el ambiente y por el destino adverso".

Ramón del Valle-Inclán, carta a Ignacio Zuloaga, 22 de noviembre de 1917.


4 comentarios:

Josefina dijo...

!Genial, Pilar, genial!
Voy a leer más...

¿Pertenecemos a este pequeño reducto?

Besos solidarios.

GLÒRIA dijo...

Releer a Valle-Inclán ha sido un placer breve e inmenso al mismo tiempo. Le tengo por el mejor desde su tiempo.
¡Qué bien eliges, Pilar!
Un beso.

Barbebleue dijo...

Sedente o en pie, Ramón María siempre tan lúcido como un buen esperpento...

pfp dijo...

otro manco extraordinario sí...

josefina, gloria, barbazul

gracias y besos