jueves, 24 de marzo de 2011

Japón, Periodo MOMOYAMA

Periodo de Momoyama (1573-1615). Aunque fue una época corta en años, es de las más representativas de toda la historia del Japón, ya que en ella se logró la unificación de todo el país bajo el poder único de Toyotomi Hideyoshi, después de innumerables guerras civiles.

El territorio japonés estaba fragmentado a mediados del siglo XVI en manos de muchos señores feudales (daimyo), que ambicionaban llegar a apoderarse de todo el país. Al final del siglo XVI uno de estos daimyo logró comenzar este proceso de unificación: Oda Nobunaga (1534-1582) que fue continuado por uno de sus generales, Toyotomi Hideyoshi 1537-1598) y completado por un aliado suyo, Tokugawa Ieyasu (1543-1616). Los mismos señores feudales, que antes intentaban conseguir poderes individuales, colaboraron para la unificación de todo el Japón.

El hecho de que estos señores de la guerra tuvieran ya bajo su dominio a todos los daimyo, despertó en ellos el deseo de mostrar a sus súbditos la grandeza de su poder por medio de obras desconocidas hasta entonces: palacios impresionantes con interiores decorados con toda la riqueza, castillos que eran un alarde de majestuosidad y dominio, obras de arte de todas clases que eran un signo de esplendor. De este modo se desarrollaron en Japón durante el Periodo Momoyama, las artes en todos los campos.


Fotografía: Obra de Kano Shoei (1519-1592). Retrato de Masuda Motoyoshi, representante de la vigésima generación de los Masudas, una familia samurai de las alta sociedad que gobernó parte de las actuales Prefecturas de Shimane y Yamaguchi. Aquí aparece montado a caballo, con una lujosa armadura decorada con gran abundancia de oro y plata probablemente antes de entrar en combate,(detalle) siglo XVI Colección privada, Tokyo, Rollo vertical, color sobre seda 99,0 x 53,3

5 comentarios:

Barbebleue dijo...

"sobre su lomo
el caballo transporta
el sol de invierno"

haiku -N. Kusatao-

Josefina dijo...

El Credo del Samurai

No tengo parientes
Yo hago que la Tierra y el Cielo lo sean.
No tengo hogar
Yo hago que el Tan T'ien lo sea.
No tengo poder divino
Yo hago de la honestidad mi poder divino.
No tengo medios
Yo hago mis medios de la docilidad.
No tengo poder magico
Yo hago de mi personalidad mi poder magico.

Es muy interesante acercarse a la cultura japonesa, a su filosofía de vida, a su pensamiento...
No sólo me sorprende, me alecciona.

okupa dijo...

«Albergado en el Empordà, inmune a los terribles azotes que asaltan a países hermanos en esta comunidad global, trato de evocar de forma solidaria los grandes momentos pasados en compañía del gran arte japonés, en pintura, novela, teatro, cine: Utamuru, Mishima, Kurosawa...»

SINFONÍA DE LA PRIMAVERA, Eugenio Trias:


http://www.abc.es/20110322/latercera/abcp-sinfonia-primavera-20110322.html

GLÒRIA dijo...

Es precioso el retrato y, como siempre, lo documentas estupendamente. Japón me resulta remoto en todos los sentidos y, a la vez, atractivo e inabarcable.
Be-so.

Esdedesear dijo...

Perdonad la frivolidad, ¡Hay que ver el estilismo de Masuda para el combate! Y los femeninos adornos del caballo. Está claro que no se ponían cualquier cosita para ir a guerrear. Puro diain disain. Besos Pilar.