domingo, 21 de septiembre de 2008

Juana, vuelve a casa

Cuando llego a la habitación al mediodía, me encuentro a Juana todavía en la cama, me recibe sin alegría, sin chispa en los ojos , no me pregunta si he comprado El País, ni me revisa lo que llevo puesto. Estos días me he vestido para ella, le gusta mi ropa, sobre todo una blusa que me compré en Japón... ya me dijo, -los japoneses es que son muy finos Pilar-.
Me acerco a ella y me agarra con casi la misma fuerza en las dos manos, me da la noticia; - me envían a casa el sábado- esa es la fatal decisión que ella ha querido posponer todo lo que ha podido.
Juana no tiene hijos, su marido no está mucho mejor que ella y con la actual situación se le ha puesto al hombre un genio endiablado. Las hermanas sin embargo están contentas, empezaban a estar cansadas de tanta ida y venida. La que peor lo lleva curiosamente, es la viuda, no soporta tener su Panteón, es decir el de su marido abandonado, - las flores secas en los jarrones y las hojas de los árboles que han comenzado a caer invadiéndolo todo- ... un increible desasosiego, pero ya ha encargado flores para el mismo día en que Juana abandone el Hospital. Las otras dos hermanas organizan la vuelta a casa.
El día transcurre tristón, no le animo ni enseñandole la foto de Nadal del que dice ser "fan". Llegan sus hermanas y se organiza una gran discusión, Juana no quiere prescindir del paragüero/perchero de la entrada, ni del mueblecito entredos del pasillo, ni por supuesto de la alfombra del salón que son un obstaculo real para ella y se enfada como nunca la había visto con el tema estrella: no quiere a nadie extraño cuidándole en casa. No, no y no. Pero esta vez de poco le va a valer su terquedad y ella lo sabe.
La tarde ha sido intensa, yo he querido volverme transparente. Cuando se queda sola me llama y me acerco, me agarra de nuevo con fuerza pero no le salen las palabras, a mi tampoco.
Hoy sábado por la mañana he cambiado el turno con mis hermanos no he querido verla marchar.

He prometido ir a verla a su casa, pero tengo miedo, me temo que haya perdido la alegría.



Fotografía: Obra de Kenneth Noland

9 comentarios:

Barbebleue dijo...

Se avecinan días de plomo para nervios de acero.

pfp dijo...

si

pjdfp dijo...

mmmmm... Bueno, sólo espero que Juana haya recuperando la sonrisa viendo como Nadal se pasaba por la piedra a Roddick.

maras dijo...

Yo que he vivido un poco de cerca esa habitación ,tengo que confesar que era heavy total. Y lo digo publicsamente que es de admirar Pilar, que lo mismo se asombra de las reverencias que le hacían en Japón como de una entrañable conversación con Juana. Eso es lo que dirían en el país vecino "le savoir faire" que no todo el mundo practica. No sé si Juana seguirá sonriendo en su casa pero sí se que de ahí se ha ido con una tierna sonrisa que le acompañará. ¿qué nos costara sonreir un poco más?

Joaquim dijo...

Juana ha vivido unos días magníficos. Alguna culpa tienes.
Un petó

enric dijo...

Ya ves: Cuando se habla de dramas no nos imaginamos que también puedan serlo situaciones en apariencia tan poco dramáticas como esta, que siempre me recuerdan el últimos verso de “¡Qué lástima!”, de León Felipe:

“Venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia.”

javi duque dijo...

muy bueno, muy bueno. Sensacionales los relatos de Juana.
Besos

glòria dijo...

Pilar:
Te he leido todos los días.
Gracias por tu compañía.
Un beso. Volveré con manos libres ya que sigo con yeso en el brazo izquierdo.

javi duque dijo...

por cherto, ahora ke la peña ya ha vuelto de las vacaciones (los que hayan tenido), y con el tema de la vuelta al cole y esas cosas, podrías ir pensando en montar otro concurso, no?
a ver si se te ocurre algo original y animas el cotarro de nuevo. Y así la gente se motiva por tener un auténtico Pinedo especially dedicated for the ocasión, u know what i'm s'ng?

weno, adéu!!