[...]
-Más adelante - dijo Andrenio- fui observando con no menor reparo la varia disposición de los tiempos, la, alternación de los días y las noche, del invierno con el estío, mediando las primaveras porque no se pasase de un estremo a otro.
-Aquí sí que se declaró bien la divina asistencia -ponderó Critilo- en disponer, no solo los puestos y los centros de las cosas, sino también los tiempos. Sirve el día para el trabajo y para el descanso la noche. En el invierno arraigan las plantas, en la primavera florecen, en el estío fructifican y en el otoño se sazonan y se logran. ¿Qué diremos de la maravillosa invención de las lluvias?
Eso admiré yo mucho -dijo Andrenio-, ver descender el agua tan repartida, con tanta suavidad y provecho.
[...]
CRISI III
La hermosa Naturaleza
Baltasar Gracián. El Criticón.
!Feliz 2024!
Imagen: Cibeles y las Estaciones dentro de un festón de fruta. Brueghel el Joven, Jan . 1615 - 1618. Óleo sobre tabla, 106 x 75 cm. Museo del Prado, Madrid.
3 comentarios:
Me recordaba "Los trabajos y los díasd", de Hesíodo, no sé por qué.
lo suyo, lo nuestro, es establecer relaciones, por qué no?
Las asociaciones de ideas procuran siempre nuevas ocurrrencias.
Publicar un comentario