Por encima de Lagos, de valles y praderas,
de montañas, de bosques, de nubes y de mares!
por más allá del sol, de rutas estelares,
más allá del confín de remotas esferas,
¡Oh tú, espíritu mío!, te mueves ágilmente
como el buen nadador se mece en libertad
surcando alegremente la azul inmensidad,
una indecible dicha gozando virilmente.
Evádete muy lejos de enfermizos miasmas,
sube a precipitarte al aire superior
y bebe como un puro y divino licor
el claro fuego que ahuyenta los fantasmas.
Después de los hastíos y de las hondas penas
que abruman con su peso la existencia dudosa,
feliz aquel a quien un ala vigorosa
lanza hacia las regiones radiantes y serenas.
Tú que, al igual que alondras, elevas tus ideas
y el cielo matinal en un vuelo saludas,
comprendes sin esfuerzo, sobre las cosas feas,
El habla de las flores y de las cosas mudas
Las flores del mal. Ch. Baudelaire
Traducción, Ángel Lázaro
Imagen: Las flores del mal. Libro de artista pfp