Con independencia de lo equívoco del titulo y lo confuso del tema, Les demoiselles d´Avignon es una obra de empeño, que Picasso trabajó después de una larga gestación, y para la que realizó diecinueve esbozos, diversos cartones de figuras sueltas y multitud de dibujos que recogen todas y cada una de las figuras y elementos, desde diferentes ángulos y posiciones.
Las dimensiones del cuadro 2,44 x 2,33 , eran las mayores con las que hasta el momento se había enfrentado el pintor. Con rara unanimidad tanto los defensores como los detractores del arte moderno, lo reconocen como el punto de arranque del Cubismo y del arte contemporáneo en general.
La radical innovación de este cuadro no significa que no tenga deudas con el arte precedente. El cuadro en primer término presenta un bodegón, (quizá un homenaje a Cézanne), y para los antecedentes de las figuras femeninas hay que remontarse al arte egipcio para la figura de la izquierda, colocada de perfil, a la escultura ibérica para las figuras centrales , y al arte africano para las dos figuras de la derecha, con sus salvajes distorsiones y violentas hendiduras, más propias de una talla a hachazos que de una pintura.
Las innovaciones afectaron también a la relación de las figuras con el espacio circundante, presentando tanto figuras como objetos en un mismo plano, con el espacio facetado y fragmentado en planos recortados e iluminados irregularmente, en una superficie bidimensional, con la que Picasso destruye la perspectiva tradicional y da paso a lo que posteriormente se llamará visión simultánea.
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Fotografía: Les demoiselles d´Avignon. Obra de Pablo Ruiz Picasso. (1907)