sábado, 27 de febrero de 2016
100 años DADÁ
Zúrich, febrero de 1916. Suiza es un oasis rodeado de la masacre de la Primera Guerra Mundial. En ese ambiente absurdamente neutral, un grupo de artistas y poetas exiliados prenden la mecha de la revolución artística, en la sede de un extravagante café, el Cabaret Voltaire. Aquel extraño rincón -antes de que a petición de la burguesía suiza fuera clausurado- fue el semillero improvisado del movimiento Dadá, que infundió vida y arte usando la irracionalidad y la provocación.
El núcleo de artistas dadaístas formado en ese periodo, tuvo la suficiente potencia para generar una cadena de propuestas que se extenderían por toda Europa, y que hallaron eco en revistas, manifiestos, y realizaciones dadá, con clara tendencia a valorar lo subversivo, a mostrar preferencia por lo irracional y a mantener ante cualquier hecho una postura profundamente nihilista. Su estela no ha dejado de brillar.
Imagen. Dadá Typogrphy
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6 comentarios:
Era muy joven cuando leí a Tristan Tzara, el poeta dadá por excelencia. Me llevó a él ese esnobismo que tantas cosas nos enseña.
Sólo estuve una vez en Zurich pero recuerdo haber pasado por delante del Cabaret Voltaire. No hace ni tres años.
Mille bacci, Pilita.
dime, Gloria, recuerdas qué pensaste o que sentimiento te produjo la lectura de TTZ?
... llegó hasta la California más efervescente y se hizo carne en un tal Zappa.
pues pudiera ser, si.
Sé que me pareció original. Supe que "dada" aludía al lenguaje del bebé. Era una nueva forma de crear y todavía me acuerdo.
Un beso, Pilar.
No sabía este dato y no me extraña lo de la clausura. La irreverencia llega a ser muy creativa, por fortuna.
Besos
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