¡El grito no se oye, se ve!.
El gran estudio de Francis Bacon sobre el cuadro de Inocencio X, de Velazquez, -uno de los mejores retratos pintados de todos los tiempos- muestra al papa distorsionado, en una aptitud desencajada, dentro de una atmósfera tormentosa y atormentada.
La obra pertenece a una serie de unos cuarenta lienzos que Bacon ejecutó entre 1950-1960.
6 comentarios:
Este cuadro es un lujo que los impresionistas admirarían. Yo elegí uno clásico de otro jefe, esta vez de Rafael de Sanzio, para mi ocurrencia.
Quise decir los expresionistas, pero puestos a ello ¿por qué no pensar en cuantos distorsionaron la realidad plásticamente porque la realidad ya es en sí misma una distorsión cuando no una farsa o una infamia?
Maravilla máxima.
obra máxima!
En este asunto la realidad siempre supera al arte
el arte nos ayuda a comprender la realidad, y no es poco!, verdad?
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