Claudio Magris, "La herrumbre de los signos"
Elektra, psicodrama en un único acto, estrenado en la Hofoper de Dresde el 25 de Enero de 1909, es una reelaboración moderna de el mito de la Antigüedad escrita por Hugo von Hofmannsthal, que actualizó Sófocles de forma radical, y donde se manifiestan estados psíquicos extremos; el odio de Elektra, las pesadillas de Clitemnestra su madre, el miedo de Crisotemis, la venganza a manos de Orestes,... todo un palacio traumatizado por la muerte violenta de Agamenón.
Richard Strauss traduce musicalmente los personajes con un elevado tempo dramático que lleva las disonancias a los límites de la tonalidad, alternándolos con un lirismo sin límites, despertando los espectros de la conciencia para que nos conmuevan con sus cantos.
Elektra es la primera escenografía operística de Anselm Kiefer, en ella ha dispuesto una especie de anfiteatro compuesto por contenedores de cemento dispuestos según la forma ascendente de una mástaba invertida, de esta manera se forma un tosco y opresivo escenario en el centro, alrededor los espectadores pueden tener la sensación de estar sentados sobre altos graderíos.
Fotografía: obra de Anselm Kiefer.
6 comentarios:
Sólo la he visto una vez por Nilsson. Me costó pero sigue interesándome porque me atraen las trágicas. La fotografía es muy sugerente y el texto una invitación para verla o escucharla otra vez.
Beso.
gloria, a tí que te gusta tanto la Salomé, acabará apasionándote Elektra, dale alguna que otra oportunidad y si puede ser en directo, ni lo dudes
beso también
Sigo de "okupa": ¡vaya sorpresa agradable con "mi otro blog"!
me ha gustado mucho lo que he visto. Lo seguiré.
besos...¿Para cuando a Barna?
cómo te echaba de menos okupa¡¡¡, me alegra que te guste mi "pfp", hubiera hecho una pagweb pero no sabía como...
Bcn será en noviembre, te aviso con tiempo tranqui,... abrazo XXL
Herr Kiefer fiel a su obra, consigue unos decorados que presentan un patio de palacio opresivo, adecuado al libreto de Hofmannstal. La interpretación de la Goerke, la Hensschel y la buena prestación de la orquesta colaboran a ensalzar la genial obra de R.Strauss. Lástima que el movimiento escénico no esté siempre al nivel de los grandes Kiefer, Hofmannstal y Strauss.
Amfortas
¡Cuánta gente maravillosa en el Real!
Si la cochina envidia no hubiese cegado mis sentidos, lloraría amargamente...
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