Su trayectoria artística fluctúa entre oriente y occidente. Comenzó estudiando pintura nihonga en Kioto, un estilo nipón cuyo desarrollo estuvo ligado al auge nacionalista a finales del siglo XIX, pero pronto sintió la necesidad de buscar fuera de los métodos tradicionales e investigar sobre la vanguardia europea y americana. Empezó experimentando con pinturas corrientes y materiales domésticos, utilizando sacos de semillas del negocio familiar como soporte en lugar de lienzos. A principios de los años cincuenta exploró técnicas sobre el papel, plasmando formas abstractas que evocan fenómenos naturales que recuerdan el universo surrealista.
Recibió pronto en Japón un considerable reconocimiento por parte de la crítica, pero pronto decidió marcharse de Japón; "Para un arte como el mío -arte que combate en la frontera entre la vida y la muerte y que cuestiona lo que somos y lo que significa vivir y morir- [Japón] resultaba demasiado pequeño, demasiado servil, demasiado feudal y demasiado desdeñoso con las mujeres. Mi arte necesitaba una libertad más ilimitada y un mundo mas amplio".
En 1957 expuso en Seattle y más tarde se traslada a New York transformando radicalmente sus planteamientos pictóricos. Enormes lienzos titulados Infinity Net Paintings (Cuadros de redes infinitas) cubiertos de pinceladas monocromas, anticipa actitudes y técnicas minimalistas y conceptuales. Redes y puntos se convierten en los motivos claves de un vocabulario personal, al que la artista ha regresado a menudo a lo largo de su trayectoria personal.
En 1973 regresa a Japón afectada por la muerte del pintor Joseph Cornell. Su vuelta fue difícil, su vulnerabilidad física y psicológica la llevó a internarse voluntariamente en el hospital que sigue siendo su hogar hoy en día y en donde ha desarrollado una carrera literaria paralela a su producción artística.
La representación del espacio infinito es una de las obsesiones de la artista . Usa los espejos para ello, y las superficies reflectantes se han convertido en un elemento recurrente de su obra, en donde los espectadores pueden internarse y acompañarla en su viaje permanente de introspección.
Fotografía: I want to Live Honestly, Like the Eye en the Picture. Obra de Yayoi Kusama 2009
Yayoi Kusama expone actualmente en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. www.museoreinasofía.es
4 comentarios:
Pilar, veo que por distintos caminos estamos hoy en la misma onda. Y, si no me equivoco, Joseph Cornell es uno de los padrinos involuntarios de mi Demonio de las Listas.
aparte de que hoy andamos por distinatas circunstancias en Japón, casi cada día me "siento" en tu onda Allau.
Joseph Cornell es efectivamente uno de los padrinos de tu célebre "Demoni de las listas"... quizá le dejara a Yayoi ese afán acumulativo en su obra. Ella es acumalativa-repetitiva, utiliza pocos elementos que no necesitan "lista", quizá ese séa su problema... una mente colorista algo paranoica...
besos
Me parece una obra original e impactante. Siempre logras hacerme descubrir nuevos y buenos artistas.
Un beso, Pilar.
gracias Gloria, me encanta compartir con gente como tú y con todos los visitantes a este blog, personalidades y sensibilidades diferentes en el mundo del arte... Yayoi Kusama es probablemente una de las artistas vivas más conocidas de su país, pero no así en el estado español.
un abrazo y siempre gracias por tu fiel compañía.
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