El pintor norteamericano Andrew Wyeth, miembro de una familia de artistas, sufrió durante su infancia de una frágil salud. Por este motivo, su padre, famoso ilustrador, fue su principal maestro y le introdujo en el mundo del dibujo. Wyeth llevó una vida tranquila, viajó poco y pasó la mayor parte del tiempo entre los estados de Maine y Pennsylvania. Su estilo pictórico apenas varió a lo largo de su carrera. Su gama cromática se caracterizó por su tendencia a la austeridad, predominando los colores ocres y tierra. Las pinturas deAndrew Wyeth, son precisas y detalladas, se mueven por encima de la fotografía naturalista, ya que dota a su obra de intenso ambiente y de una sensación de subjetiva emoción. De 1970 a 1875, Wyeth trabajó en secreto en una enorme cantidad de obra: 246 piezas en total, entre las que se incluyen apuntes, estudios, dibujos, acuarelas,obras con brocha seca y cinco cuadros al temple. Ni siquiera su mujer, la que siempre actuó como su marchante, estuvo al corriente de la magnitud de su trabajo. Casi todas las obras tenían como modelo a una alemana de mediana edad a la que Wyeth identificó tan sólo como Helga, que vivía cerca de la casa de invierno del pintor, en Chadds Ford, en el Estado de Pensilvania. Poco después de revelar la existencia de la colección, Wyeth, decidió junto a su mujer buscar un comprador que mantuviera juntas las 240 piezas. Leonard E.B. Andrews, un editor de Dallas, accedió a pagar una suma de varios millones de dólares por ella, así como por sus derechos de reproducción.
Los poetas griegos y romanos fueron conocidos a lo largo de todo el medievo, pero solamente en la época del Renacimiento, cuando los italianos trataron de recuperar la primitiva gloria de Roma, tales mitos se hicieron populares entre la gente instruida. Para ésta, la mitología de los tan admirados griegos y latinos era algo más que un alegre y delicioso cuento de hadas. Estos hombres estaban tan convencidos de la superior sabiduría de los antiguos que creían que todas las leyendas clásicas debían de contener alguna verdad misteriosa y profunda. La persona que encargó este cuadro a Botticelli para su casa de campo, fue un miembro de la rica y poderosa familia Médicis. Él mismo, o uno de sus amigos cultos, explicaría probablemente al pintor lo que se sabía acerca de cómo representaron los antiguos a Venus surgiendo del mar. Para esas personas, la narración de su nacimiento constituía el símbolo del misterio por medio del cual el divino mensaje de la belleza advino al mundo. [...] Venus ha emergido del mar sobre una concha, que es empujada a la playa por el soplo de unos dioses alados entre una lluvia de rosas. Dado que ella está a punto de dar un paso hacia la arena, una de las Horas o Ninfas la recibe con una capa púrpura. [...] La Venus de Botticelli es tan bella que no nos damos cuenta del tamaño antinatural de su cuello, de la pronunciada caída de sus hombros, y del extraño modo en que cuelga del torso el brazo izquierdo. O, más bien diríamos que esas libertades que Botticelli se tomó con la naturaleza, con objeto de conseguir una silueta graciosa, realzan la belleza y la armonía del dibujo, ya que hacen más intensa la impresión de un ser infinitamente tierno y delicado conducido a nuestras playas como un don del cielo. E. H. GOMBRICH "La historia del Arte contada por E.H. Gombrich" Editorial DEBATE Imagen: Sandro Botticelli. El Nacimiento de Venus 1485. Temple sobre lienzo 172,5 x 278,5 cm Galería de los Uffizi. Florencia
Written on skin Ópera en tres partes. Compositor George Benjamin Texto de Martin Crimp basado en el rozóanónimo del siglo XIIIGuillem de Cabestran-Le coeur mandé. Título de indudables resonancias eróticas al tiempo que una alusión a la miniaturas realizadas en pergamino, demuestra que escribir nuevas óperas sigue siendo no solo posible, sino también necesario. Partiendo de una leyenda medieval, y sin renunciar a esos orígenes, muy presentes en la duplicidad cronológica de la obra, Martin Crimp y George Benjamin, han creado una obra compleja, polémica, perturbadora e inequívocamente contemporánea.
Las voces cantan suavemente y sin embargo sus líneas pueden escucharse con toda claridad, y lo consigue con una orquestación de filigrana, despojada de cualquier elemento innecesario. Crump y Benjamin, recurren a la técnica de la autonarración, lo que hace que los personajes se erijan frecuentemente en relatores en tercera persona de sus propios hechos. La Mahler Chamber Orchestra, fundada en 1997 con el propósito de ser un conjunto de proyección internacional, está formada por cuarenta y cinco músicos de talento excepcional y veinte nacionalidades diferentes, que dirigidos por el propio compositor George Benjamin, acompañaron a Christopher Purves en el papel de Protector, Barbara Hannigan como Agnes, Tim Mead Primer ángel, Victoria Simmons, Segundo ángel y Marie, y Robert Murray Tercel ángel y John. Fuentes del texto:Programa Teatro Real de Madrid, a 17 de marzo de 2016 Imagen: Ilustración Beato de Osma.
La echadora de la buena ventura 1630 El Museo del Prado reúne estos días (23 de febrero-12 de junio 2016) una exposición temporal de Georges de La Tour. Treinta y una pinturas sobre las poco más de cuarenta que se conocen con certeza de su mano. La exposición, organizada cronológicamente, permite contemplar la evolución de su estilo, el avance sutil de su técnica, los temas que le interesaron: rudos representantes de la sociedad de su tiempo, músicos ciegos que mendigan su sustento, pobres y enfermos campesinos, apóstoles, y santos de aspecto plebeyo. Realizó escenas diurnas y otras nocturnas que trató obviamente de diferente manera. En las primeras, ostenta una luz clara y fría; con precisión despiadada, registra con la punta del pincel, arrugas y harapos, tanto como bellos y ricos tejidos, cristales y joyas. En las escenas nocturnas, el ambiente es de una gran austeridad, casi siempre iluminadas por tan solo una vela; colores limitados a pardos y bermellón. En su pintura se aprecia, sin duda, la influencia directa o indirecta de Caravaggio (no se sabe con exactitud si viajó a Italia), tanto en el tratamiento realista de sus humildes personajes, como en el uso de la luz.
George de La Tour (1593-1652) ha pasado en un siglo, de ser un perfecto desconocido, a encumbrarse como una de los pintores más populares de la historia de la pintura francesa. "Descubierto" en 1915 por el historiador alemán Hermann Voss, sus obras habían sido atribuidas a artistas del norte de Europa y a pintores españoles, principalmente a Zurbarán, Ribera, incluso Velazquez.
"La memoria no es sensación ni noción, sino una forma de ser, una pasión o afección de ellas, cuando ha pasado el tiempo. No hay memoria del ahora en el ahora, sino que de lo presente hay sensación, de lo porvenir hay esperanza, de lo pasado memoria. Por ello, toda memoria es tiempo y en consecuencia, solo entre los animales aquellos que sienten el tiempo son los que tienen memoria y pueden recordar". Sobre memoria y reminiscencia. Aristóteles y la memoria, palabra, y las palabras el libro... Imagen: Francisco Bores. Óleo sobre lienzo. Bodegón 1950.