
Abrió el ordenador como todas las mañanas y entró en los titulares de los periódicos españoles, se quedó asustada, anonadada... Muerte de Ryan el bebé, de la primera víctima... titulares sensacionalistas, morbosos, declaraciones precipitadas, demoledoras, acusadoras...
Ella había estado tres años, desde que acabó la carrera, de Hospital en Hospital, con micro contratos; una noche, una tarde, una mañana, a lo sumo dos o tres días en el mismo Servicio ... contratos más que precarios, y por supuesto mal pagados que le suponían además, un stress enorme, cada día en un Servicio diferente, sin tiempo de conocer a los pacientes, exigiendole lo que al resto de la plantilla estable, cuando no se encontraba a veces en turnos de noche, sola, con la única ayuda de una auxiliar y un carrito con treintaitantas historias clínicas... sustituciones de una semana o con suerte, tres meses de una baja por enfermedad, y al fin llegó un contrato de un año... de ¡canguro¡ lo que significa, estar a disposición del Hospital las 24 horas del día; los días, los turnos que requiera el susodicho Hospital, cubrir las bajas no previstas en plantilla, por ejemplo: a las siete de la mañana te llama la enfermera jefa de plantilla, para cubrir el servicio de una baja fortuita y a las ocho de la mañana tienes que presentarte como un pimpollo a trabajar, no importa en que Servicio ni en que especialidad , hay que ser capaz de atender a los pacientes, cómo la primera, en el servicio de Trauma o en el de Oftalmología pasando por los más delicados como Cardiología, Cuidados Intensivos o Neonatología... ¡que más da¡, le dicen en Dirección, cuándo se le ocurre plantear alguna objeción profesional, todo lo que vas a atender son personas con una cabeza dos ojos y por lo general cuatro extremidades...
Firmó el contrato, por fin puede desentenderse de los otros dos Hospitales de los que estaba también telefónicamente pendiente y cómo premio le han insinuado que quizá se le contrate fija al cabo del año con horario y turno fijo... ¡maravilla¡
Llevaba ocho meses rota, sin vacaciones, sin un día relajado, pendiente del teléfono día y noche, histérica, inaguantable las 24 horas del día hasta, que suena el teléfono desde el Hospital y puede ubicar sus pobres neuronas al borde del ataque de nervios, por ocho horas seguidas en un lugar concreto...
Una tarde, está a punto de entrar al cine con el móvil en vibración, cuando le llaman al teléfono, esta vez es una amiga, compañera de la carrera, que subsiste como ella en parecida situación laboral, le propone marchar juntas a Liverpool, acaba de contactar con un Hospital inglés donde están dispuestos a contratar enfermeras españolas, saben de su buena preparación y en general buena disposición... el contrato es mínimo, para un año y el sueldo no tiene comparación, además les ofrecen clases de ingles y curso de especialización o entrenamiento previo...
Fue coser y cantar... En Liverpool llueve mucho más que en Madrid, desde luego, pero su nivel de ingles es ahora excelente, y en el Hospital la tratan con respeto, como a una profesional... como lo que es...
Cierra el ordenador entristecida... pobre chica, piensa, ni me imagino lo que debe estar pasando... Por la noche duerme inquieta... podría haberle pasado a ella...
Fotografía: Acrílico sobre papel,
pfp