
En el entreacto volví a verlo, se paseaba despacio y tristísimo entre la gente que incómoda intentaba pasar de su presencia desconcertante. En la mano derecha llevaba una copa de champan y del brazo izquierdo colgaba un bolso de charol negro. Se paró delante de la gran terraza cerrada y sacó una maquina digital, buscó con la mirada a alguien que le hiciera una foto...
Esa tarde, yo lo había visto salir de casa de su madre con una gran bolsa, de esas que sirven para meter ropa colgada de una percha, lo seguí disimuladamente hasta su casa. Al cabo de un rato salió otra vez, con barba de todo el día, con sus cuatro pelos largos mal peinados en esa cabeza demasiado grande para su cuerpo menudo, llevaba puesto un traje largo de seda rosa, un collar de perlas alrrededor de su ancho cuello, una americana gris ajustada y botines negros de tacón alto a juego con el bolso.
Esa tarde, yo lo había visto salir de casa de su madre con una gran bolsa, de esas que sirven para meter ropa colgada de una percha, lo seguí disimuladamente hasta su casa. Al cabo de un rato salió otra vez, con barba de todo el día, con sus cuatro pelos largos mal peinados en esa cabeza demasiado grande para su cuerpo menudo, llevaba puesto un traje largo de seda rosa, un collar de perlas alrrededor de su ancho cuello, una americana gris ajustada y botines negros de tacón alto a juego con el bolso.