martes, 10 de junio de 2008

Bacon, Francis

Creo que el tiempo es juez de la pintura. Ningún artista sabe durante su vida si lo que hace valdrá siquiera numéricamente , porque creo que han de transcurrir de 60 a 100 años para que la obra empiece a separarse de las teorías que se han tejido a su alrededor y no por lo que el cuadro es.

La moda te indica que determinadas cosas deben conmoverte y que otras no. Esa es la razón por la que incluso artístas que han triunfado, en realidad no tienen la menor idea de si su obra vale o no y no llegaran a tenerla nunca


Entrevistas de David Silvester a Francis Bacon (Debolsillo)


Fotografía: obra de Francis Bacon

domingo, 8 de junio de 2008

Louise Bourgeois ¿la metáfora?

El arte es un privilegio, una bendición, un consuelo. Ser una privilegiada significa que eres una favorita, que lo que haces no es totalmente obra tuya, merito tuyo, sino un favor que se te ha concedido. El privilegio te distingue cuando nada te corresponde. El privilegio es algo que tú tienes y que los demás no tienen. El arte era un privilegio para mí, y tenía que buscarlo, incluso más que el privilegio de tener hijos. El mecanismo artístico en su conjunto es el resultado de muchos privilegios y yo tenía que formar parte de él... El privilegio de acceder al inconsciente. Es un privilegio fantástico el de poder llegar al inconsciente. Tenía que ser digna de ese privilegio y perfeccionarlo. Es también un privilegio el ser capaz de sublimar. Mucha gente no puede sublimar. No tienen acceso al inconsciente. Hay algo muy esencial en ser capaz de sublimar tu inconsciente y muy doloroso en llegar a él. Pero no hay posibilidad de escapar una vez que la capacidad de llegar al inconsciente te ha sido concedida, una vez que te han otorgado ese favor, lo quieras o no...



Fragmento de una entrevista con D. Kuspit 1988, extraído de L. Bourgeois. Destruction of the Father, Reconstructiuon of the Father.



Fotografía: obra de Louise Bourgeois. Femme-maison

sábado, 7 de junio de 2008

invisible azul visible, Yves Klein

...la linea puede ser infinita como el espíritu lo es, pero no tiene la cualidad de llenar el todo inconmesurable, solo el color... el arte de pintar consiste en dar libertad a la materia. Un cuadro como lo entendemos en general es para mi como una ventana de una carcel, donde las líneas los contornos la formas y la composición son los barrotes.


Las lineas concretan nuestro estado mortal, es nuestra vida afectiva, nuestro razonamiento , nuestra educación , ellas son nuestras debilidades y deseos, nuestras facultades y artificios.


El color por contra, tiene una medida natural y humana, nos baña en una sensibilidad cósmica. El color es la sensibilidad hecha materia en su estada primordial.


L' aventura monocroma D. Riout

Fotografía: obra de Yves Klein

(entrada dedicada a mi amigo Arturo)

viernes, 6 de junio de 2008

Antoni Tàpies


"La obra de arte, para que tenga valor, ha de estar engranada a la vida contemporánea, lo que puede ser por que así sea o porque procedentes del pasado las incorporamos a nuestra consciencia del presente".

Es en donde hay la huella de lo humano, viene a decir Tapies, donde reside el arte. La materia hollada, impregnada por la mano y el sentimiento del hombre es el único "valor".


El arte y sus lugares Ed Siruela, 1999

Fotografía: obra de Antoni Tapies

miércoles, 4 de junio de 2008

Dalí Dixit



Lo he dicho ya en La vida secreta : todo me modifica, pero nada me cambia.

De todos los pintores, soy el que más influencias ha experimentado.

Se puede encontrar de todo en mi obra. Chirico, por supuesto, ¿por qué no? Y Picasso, enormemente.

El que niega la influencia, el que procura disimularla, quiere decir que no es sincero consigo mismo, pues al principio siempre hay influencia.

La engullo, la modifico y así nace todo lo contrario.

Donde ellos hacen cubismo, yo hago cosas blandas.

Con Chirico, en lugar de hacer metafísica, hago realismo trascendental.

Las sombras expresadas por Chirico son casi abstractas.

Yo, en cambio, cuando pinto la sombra de un olivo iluminado por el sol, se trata de la sombra de un olivo a las doce y media de la mañana en Port LLigat. Es decir en un lugar concreto.

Era muy joven cuando vi unos Chirico por vez primera. Me había suscrito a la revista L´Esprit nouveau. Era el único,quizás no en España, pero sí en Figueras. Por entonces también recibía L´Humanité. ¡Que escándalo¡ Yo no era comunista evidentemente, pero quería estar al corriente de todo como de Chirico y de su pintura metafísica.



Fotografía: obra de Giorigio de Chirico

martes, 3 de junio de 2008

La disolución de la forma, Kandinsky



"Mucho despues, ya en Munich, en cierte ocasión fui hechizado por un espectaculo inesperado que se me ofreció en mi taller. Era la hora inicial del crepúsculo. Llegaba a mi casa con la caja de pinturas después de realizar un estudio y me encontraba todavía abstraido y ensimismado en el trabajo que acababa de terminar, cuando de repente vi un cuadro de una belleza indescriptible, impregnado de un brillo interior. Al principio quedé paralizado, pero enseguida me dirigí rapidamente hacia aquella misteriosa pintura, en la cual sólo distinguía formas y colores, y cuyo tema era incomprensible. Pronto descubrí la clave del enigma: era una de mis telas, puesta de lado y apoyada en la pared. Al día siguiente traté de revivir a la luz matinal la impresión que experimentara la víspera frente al cuadro. Pero sólo lo logré a medias; aun estando de costado, reconocía constantemente los objetos, y faltaba el bello fulgor del crepúsculo. Ahora ya estaba seguro de que el objeto perjudicaba a mis pinturas."


Mirada retrospectiva (1913)
Fotografía: obra de Kandinsky

domingo, 1 de junio de 2008

resultado Concurso de Relatos




Ganador, relato Nº5, Julia Autor: Ignacio Ampudia



Julia
Eran las tres de la tarde cuando salía de mi casa. Media hora antes me revolvía entre las sábanas decidiendo si ducharme o llamar a la oficina para decir que estaba enferma. La verdad es que no me pasaba nada, físicamente quiero decir. El problema estaba dentro de mi y empezaba a cansarme, tanto, que desde hacía algunas semanas, incluso meses, yo no era yo sino simplemente una silueta difuminada de mi misma. Sin ánimo, sin ganas de hacer algo, sin esperanza. Había perdido los motivos para salir de la cama.
Ni me duché, ni desayuné. Sería mejor esperar a la hora de comer, aunque ya casi tocase tomar el té. Me puse lo primero que vi tirado en el suelo de la habitación utilizando como criterio la intensidad de su olor. Lo único que me importaba de verdad era no perder las gafas de sol. Bajé las escaleras del metro, apagué el cigarrillo y saqué mi abono. En el majestuoso andén de la linea 10 dirección Puerta del Sur apenas unos cuantos perdedores como yo que seguramente iban a trabajar, a perder los mejores años de su vida en una ocupación que les proporcionaba dinero que gastar y mucho tedio. En realidad los trabajadores somos adictos. No podemos salir de ese círculo demoniaco en el que gastar es el requisito para existir, pero para gastar tienes que ganar y para ganar debes trabajar, así que para existir es imprescindible trabajar.
Puse fin a esta pequeña disertación interna cuando el tren entró en la estación. Mi máxima excitación en los últimos días era apostar conmigo misma si la puerta del vagón coincidiría con donde me había situado. Normalmente perdía, pero luego descubrí que sólo había que fijarse en qué zonas de la línea amarilla el color estaba ennegrecido. Aquel descubrimiento acabó con la incertidumbre. Entré en el vagón excesivamente refrigerado y horrorosamente iluminado. Poca gente y mucho desánimo. Me senté junto a un hombre que tenía la mirada perdida pero un gesto afable que inspiraba confianza. Me transmitió seguridad, tranquilidad, una agradable y extraña sensación que me relajó. Comencé a mirarlo timidamente, pocos segundos, de lado, desviando la mirada. Nunca me ha gustado la indiscreción y por supuesto nunca la he practicado, pero aquel hombre... era diferente. Su mirada seguía clavada en el horizonte acristalado del vagón cuando decidí que el sería el depósito de mis penas durante tres paradas.
"No quiero ir a trabajar. Bueno, en realidad el trabajo es lo de menos, de hecho es lo único que me obliga a salir de casa. Si no trabajase estaría todo el día en la cama que es lo único que se me da bien. Dormir y consumir poco oxígeno. ¿Novio? No tengo de eso desde hace algunos años. No, no es asunto de amor. Nadie es tan importante como para dejar querer de vivir, si acaso uno mismo, pero yo quiero seguir aquí aunque me gustaría que fuese de otra manera. ¿Sabe?. No veo ningún sentido a todo esto, no sé si me entiende, a cómo está montado todo este asunto. ¿En que gastamos el tiempo?. En aprender, en crecer, en perder y en morir que, la verdad sea dicha, me parece lo más surrealista de todo. No entiendo porqué tenemos que saberlo, lo de morir me refiero. Si el final es inevitable, ¿para qué tanto lío con lo que sabemos que es cierto?. Imaginese. Viviré cerca de setenta años...no, eso es muy optimista...cincuenta, ¿vale? cincuenta años. Ya he perdido la mitad en las ideas que nunca se hicieron reales y en las que nunca pensé, todo un triunfo. Ahora tengo un trabajo que odio, una familia que detesto y unos amigos a los que les da miedo coger un avión. ¿Los chicos?. Con ese asunto daríamos dos vuelta a la 6, así que mejor dejémoslo. Pero claro, si algo he aprendido es que muchos problemas no están más que en uno mismo. Culpar a los demás no es realista. No se si será verdad o simplemente un mecanismo para que nos fustiguemos internamente y dejemos tranquilos al resto de seres humanos, pero joder, echar la culpa al entorno es lo más gratificante del mundo. Ni siquiera eso. El dolor interno, apretar los dientes y sufrir, como si esto siguiese siendo un valle de lágrimas... en fin...creo que ésta es mi parada... gracias por escucharme... ha sido usted muy amable".
Salí del vagón con la sensación de pesar diez Kilos menos. Pobre hombre, no había dejado que dijese nada, pero para uno que escucha debía aprovecharlo. Llegué a la oficina de buen humor y trabajar no resultó tan penoso como el resto de mi vida aunque sabía que el impulso del desahogo no sería eterno. Al día siguiente no había rastro de él. Un nuevo día, un día menos para el final, un día anónimo que empezaba igual que los demás. Bajé al metro, entré en el vagón, me senté sola. En el asiento de al lado uno de esos periódicos gratuitos sobados. Lo abrí, pasé las páginas sin atender a la letra pero en la séptima una me impresionó: "Un hombre viaja muerto siete horas en un vagón de Metro". Seguí leyendo para no sentirme estúpida, aunque a decir verdad habría que contar el número de personas que hablaron con el. El si sabía escuchar.

ENHORABUENA


Relación de autores y relatos:


Nº 1 Javi Duque

Nº 2 Kundry

Nº 3 Javi Duque

Nº 4 PJDFP

Nº 5 Ignacio Ampudia GANADOR

Nº 6 Kundry

Nº 7 Susana Meitin

Nº 8 Papagena

Nº 9 Anfortas

Nº10 Barbebleue

Nº 11 Xim0

Nº 12 Josefina Lopez de Pastors

Nº 13 Javi Duque

Nº 14 Josefina Lopez de Pastors

Nº 15 Federico

nº 16 Josefina Lopez de Pastors


ENHORABUENA A TODOS, ha sido un auténtico lujo contar con vuestra colaboración. Que sepaís que siempre que os apetezca escribir sobre cualquier tema estaré encantada de publicarlo aquí en mi casa que es la vuestra. Un abrazo a todos y cada uno Pilar


PD. Me encantaría que me facilitarais un correo postal para mandaros una pequeña sorpresa.