
Un canal de navegación es una vía de agua hecha por el hombre que normalmente conecta lagos, ríos, incluso océanos. Los canales interiores precedieron el desarrollo del ferrocarril durante la revolución industrial, y algunos de ellos fueron posteriormente secados y utilizados como pasos libres para construir vías férreas.
Las esclusas son obras hidráulicas que permiten vencer desniveles concentrados en canales navegables, elevando o descendiendo los navíos que se encuentran en ellas. Pueden también formar parte de las estructuras complementarias de una presa, cuándo ésta se construye sobre ríos navegables.
Ya en el pasado se buscó la forma de conectar ríos, el primer intento fue realizado por los turcos otomanos en 1569, también Pedro I de Rusia, intentó construir un canal a finales del siglo XVII, pero sin éxito. Fue finalizada la II Guerra Mundial cuando se llevaron a cabo los proyectos de construcción de los grandes canales Volga-Don, Volga -Baltico, y Moskova-Volga. Sus instalaciones fueron construidas por prisioneros, detenidos/retenidos en redes de gulags estratégicos para alojar la mano de obra abundante y barata. En 1952 el número de trabajadores forzados empleados en su construcción llegó a sobrepasar la cifra de 100.000, de los cuales una gran parte de ellos perdieron su vida.
El cruce de una esclusa es una operación delicada y lenta, hay que equilibrar los niveles de agua, primero con el tramo de canal donde se encuentra el navío, y luego con el otro nivel hacia el que saldrá el barco. Técnicamente, el limite de desnivel que puede ser vencido con una sola esclusa, es de aproximadamente 25 m.
Para desniveles mayores debe pensarse en esclusas concatenadas, como es el caso del río Vytégra que en los 37 km de su recorrido presenta seis esclusas para salvar un desnivel de 60 m. que le comunica hacia el este (ascendiendo) con el río Kovja y el Lago Blanco y hacia el oeste (descendiendo) con el Lago Onega.
Goritsi es una pequeña población a orillas del lago Blanco. A unos 10 km de su embarcadero, se encuentra el Monasterio de San Cirilo del Lago Blanco ( siglo XIV) llamado en tiempos la muralla de Moscú, por su labor defensiva contra las tropas polaco-lituanas . Además de haber representado un gran centro de peregrinación de la religión ortodoxa, el monasterio ejerció una fuerte soberanía feudal, que controló pueblos y aldeas de los alrededores, hasta que en 1740 Catalina la Grande, lanzó un decreto reformando el estatuto de los Monasterios, en virtud del cual el Estado, la Corona confisca todas las tierras monásticas.
Desde los tiempos de Pedro el Grande hasta Nicolas II, la Iglesia Ortodxa Rusa fue administrada por un Santo Sínodo bajo la estricta supervisión del Imperio Ruso.
Después de la Revolución Bolchevique aproximadamente un millón de rusos tuvieron que marchar al exilio. La persecución religiosa tomó formas diferentes en periodos diferentes.
Entre 1917 y 1939 los principales templos de Moscú y San Petersburgo y también sus Monasterios fueron convertidos en museos del "ateísmo", almacenes, o simplemente cerrados al culto, o derruidos...
En la época post-soviética se firma en 2007 El Acta de Comunión Canónica, entre el Patriarca Alexei II y el Metropolitano Lavr (Iglesia Rusa en el exilio), por la cual el Patriarcado de Moscú reconoce la autonomía de la Iglesia Rusa a la que se subordinan diócesis, obispos, clérigos, monasterios y escuelas teológicas. El histórico evento puso fin a casi 90 años de cisma y a su firma asistió el político Vladimir Putin así como destacadas personalidades del país.
Fotografía: pfp. Salida de una esclusa en el río Vytégra