
La idea de que talento y genio artísticos dependen de un tipo de personalidad cuyo equilibrio es precario viene de muy lejos.
Platón ya diferenció en su día la locura clínica y la locura creativa. Pero Aristóteles fué el primero que postuló una conexión entre humor melancólico y un talento sobresaliente para las artes y las ciencias: "todos los hombres extraordinarios que destacan en la filosofía, la política y las artes, son manifiestamente melancólicos". Con esta aseveración dió lugar a relacionar genio y melancolía. Aunque la melancolía de tales hombres la percibe como un don precario, para Aristóteles el homo melanchalicus , es capaz de las alturas más sublimes pero también es propenso a situaciones rayanas en la locura. Aristóteles y los por él influidos, mantienen que la melancolía no conduce simplemente a las alternativas de genio o locura, también fueron conscientes de las muchas etapas intermedias entre ambos polos.
Los griegos fueron los primeros en clasificar la infinita variedad de la mente humana en cuatro humores.
Hipócrates el gran médico del siglo V a. C. nos dejó la teoría según la cual el cuerpo humano consta de cuatro humores o sustancias fluidas: sangre, flema, bilis amarilla y bilils negra. La salud dependerá del equilibrio de esas cuatro sustancias, y un exceso de cualquiera de ellas producirá trastornos y enfermedad.
Más adelante (
Galeno, siglo II d.C.) se asocian los humores con la psicología y se convierten en los factores determinantes del temperamento del hombre : el predominio de la sangre, engendra tipos sanguíneos; el de la flema tipos flemáticos; el de la bilis amarilla tipos coléricos; y el de la bilis negra tipos melancólicos.
La creencia en el determinismo astrológico tuvo también gran influencia a partir del siglo XII. Se afirmaba que el temperamento de un hombre era marcado por su "planeta". Los hombres nacidos bajo el signo de Júpiter eran sanguíneos, los nacidos bajo el signo de Marte coléricos, y Saturno determinaba el temperamento melancólico, que dependiendo de la conjunción del planeta en el momento de nacer, el
melancholicus será cuerdo y capaz de grande hazañas o enfermo y condenado a la inercia y la torpeza.
Las estrellas determinaban no sólo los humores sino también los intereses vocacionales y el talento.
La "conducta melancólica" se impuso en Europa en el siglo XVI, y más tarde en el XVIII con los románticos, y también en el siglo XX por cierto existencialismo.
Cualidades temperamentales asociadas a la melancolía, como la sensibilidad, la veleidad, la soledad, la excentricidad, se instalaron en el ánimo de los artistas con un cierto grado de esnobismo.
Fotografía:
"Melancolía"obra de
Edward Muncha mi amigo Titus propietario del blog "El imperio de los sinsentidos" "
http://elblogdetitus.blogspot.com/ que hoy ha dedicado su entrada a un maravilloso melancólico Sergei Lemeshev (no os lo perdais)