viernes, 29 de abril de 2016

Mural




Mural. Jackson Pollock. La energía hecha visible.
óleo y caseína sobre lienzo 242,9 x 603,9




                                                 El Pintor en 1943 junto a Mural


Los expertos y críticos de arte coinciden en que este gran lienzo, es una de las obras de arte más importantes de la segunda mitad del siglo XX, pero además, supone un punto de inflexión en el trabajo de Pollock. Mural entraña su cambio de tendencia, del simbolismo al expresionismo abstracto, que determinaría un de las tendencias artísticas más influyentes del siglo pasado.

En su afán por albergar en su propia casa una de las obras del emergente arte norteamericano que amadrinaba en su galería de arte, Peggy Guggenheim, encargó a Pollock que le pintara un gran mural para adornar una de las paredes de su residencia. El artista firmó con su mecenas un contrato en julio de 1943 bajo las condiciones de que, a cambio de 150 dólares mensuales el trabajo estaría terminado a finales de ese año. Pese a su entusiasmo inicial, el pintor sufrió un terrible bloqueo de cinco meses del que emergió el 1 de enero de 1944 -pese a que el cuadro esté datado en 1943-. Pollock entró en una especie de frenesí creativo que provocó que terminará su encargo el mismo día de año nuevo.
El artista contó a un amigo que había tenido una visión: “Se trataba de una estampida de todos y cada uno de los animales del Oeste americano, vacas y caballos y antílopes y búfalos, todos corriendo sobre esa maldita superficie”. Esa estampida aparece sugerida, de manera abstracta y con brochazos gruesos y anárquicos -precursores de la que se convertiría en la técnica más conocida de Pollock, el dripping (forma de pintar directamente desde los botes de pintura agujereados hacia el lienzo)- en Mural. Pollock reconocería, más adelante, que se inspiró en El Greco y Pablo Picasso, entre otros.



MuseoPICASSOmálaga www.museopicassomalaga.org   21 abril - 11 septiembre 2016



domingo, 24 de abril de 2016

un libro

    

un libro, SIEMPRE

Imagen: Antoni Tapies

sábado, 16 de abril de 2016

Wyeth, Andrew




El pintor norteamericano Andrew Wyeth, miembro de una familia de artistas, sufrió durante su infancia de una frágil salud. Por este motivo, su padre, famoso ilustrador, fue su principal maestro y le introdujo en el mundo del dibujo. 

Wyeth llevó una vida tranquila, viajó poco y pasó la mayor parte del tiempo entre los estados de Maine y Pennsylvania. Su estilo pictórico apenas varió a lo largo de su carrera. Su gama cromática se caracterizó por su tendencia a la austeridad, predominando los colores ocres y tierra.

Las pinturas de Andrew Wyeth, son precisas y detalladas, se mueven por encima de la fotografía naturalista, ya que dota a su obra de intenso ambiente y de una sensación de subjetiva emoción. 


De 1970 a 1875, Wyeth trabajó en secreto en una enorme cantidad de obra: 246 piezas en total, entre las que se incluyen apuntes, estudios, dibujos, acuarelas,obras con brocha seca y cinco cuadros al temple. 
Ni siquiera su mujer, la que siempre actuó como su marchante, estuvo al corriente de la magnitud de su trabajo. Casi todas las obras tenían como modelo a una alemana de mediana edad a la que Wyeth identificó tan sólo como Helga, que vivía cerca de la casa de invierno del pintor, en Chadds Ford, en el Estado de Pensilvania.
Poco después de revelar la existencia de la colección, Wyeth, decidió junto a su mujer buscar un comprador que mantuviera juntas las 240 piezas. Leonard E.B. Andrews, un editor de Dallas, accedió a pagar una suma de varios millones de dólares por ella, así como por sus derechos de reproducción.

Imagen: Lovers 1981 Andrew Wyeth

domingo, 10 de abril de 2016

naturaleza, pintura y belleza





Los poetas griegos y romanos fueron conocidos a lo largo de todo el medievo, pero solamente en la época del Renacimiento, cuando los italianos trataron de recuperar la primitiva gloria de Roma, tales mitos se hicieron populares entre la gente instruida. Para ésta, la mitología de los tan admirados griegos y latinos era algo más que un alegre y delicioso cuento de hadas. Estos hombres estaban tan  convencidos de la superior sabiduría de los antiguos que creían que todas las leyendas clásicas debían de contener alguna verdad misteriosa y profunda.

La persona que encargó este cuadro a Botticelli para su casa de campo, fue un miembro de la rica y poderosa familia Médicis. Él mismo, o uno de sus amigos cultos, explicaría probablemente al pintor lo que se sabía acerca de cómo representaron los antiguos a Venus surgiendo del mar. Para esas personas, la narración de su nacimiento constituía el símbolo del misterio por medio del cual el divino mensaje de la belleza advino al mundo.

[...] 

Venus ha emergido del mar sobre una concha, que es empujada a la playa por el soplo de unos dioses alados entre una lluvia de rosas. Dado que ella está a punto de dar un paso hacia la arena, una de las Horas o Ninfas la recibe con una capa púrpura.

[...]

La Venus de Botticelli es tan bella que no nos damos cuenta del tamaño antinatural de su cuello, de la pronunciada caída de sus hombros, y del extraño modo en que cuelga del torso el brazo izquierdo. O, más bien diríamos que esas libertades que Botticelli se tomó con la naturaleza, con objeto de conseguir una silueta graciosa, realzan la belleza y la armonía del dibujo, ya que hacen más intensa la impresión de un ser infinitamente tierno y delicado conducido a nuestras playas como un don del cielo.

E. H. GOMBRICH

"La historia del Arte contada por E.H. Gombrich" Editorial DEBATE


Imagen: Sandro Botticelli. El Nacimiento de Venus 1485. Temple sobre lienzo 172,5 x 278,5 cm Galería de los Uffizi. Florencia


domingo, 3 de abril de 2016

cuestióndebelleza




Tengo el gusto de invitar  a todos los que deseéis  asistir a la presentación de la Editorial, 

CUESTION DE BELLEZA 
www.editorialcuestiondebelleza.com



Ourense 8 de abril a las 20 h en, elcercano