jueves, 29 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. VOTACIONES



Bueno, pues ya ha terminado, y por tercer año consecutivo el Concurso de relatos de pequeño formato. He recibido un total de 15 relatos, la mayoría pertenecen a los queridos habituales del blog y unos pocos, estan firmados con seudónimos. Como los años anteriores, no publicaré los autores de los relatos hasta que hayan transcurrido las votaciones y se proclame el ganador o ganadora.
Os dejo una pequeña introducción, a estas más de 3o vidas relatadas:
relato nº1: una historia imaginada desde una ventana
relato nº2: un amor frustrado por las convenciones
relato nº3: la cara y la cruz de una existencia
relato nº4: el sufrimiento de una mente disociada
relato nº5: sin duda una historia de amor
relato nº6: ¿quizá fue un sueño?
relato nº7: a propósito de un particular compañero de trabajo
relato nº8: trágico final no previsto
relato nº9: toda una vida
relato nº10: Laura, una chica finalmente con mucha suerte
relato nº11: nunca segundas partes, fueron buenas
relato nº12: de rabiosa actualidad...
relato nº13: más que recuerdos
relato nº14: exótico con moraleja
relato nº 15: austero y sufriente


Clikar en la etiqueta 3º Concurso pequeño formato para que os salgan todos los relatos correlativamente numerados y podáis leerlos detenidamente. Los votos mandarlos cómo comentario en esta misma entrada, tan solo dejad vuestro nombre o seudónimo. Cada votante puede emitir tres puntuaciones a tres relatos diferentes: 3 puntos, 2 puntos, 1 punto., y si queréis podéis emitir vuestra opinión sobre el porqué de vuestra decisión... las votaciones terminarán el domingo día 2 de mayo a las 24 horas.
Este concurso solo pretende que la gente disfrute escribiendo y leyendo y por supuesto, la cena en el Restaurante Kabanova http://www.kabanova.com/ es un premio que vale la pena ganar... hablaremos de esa cena en la Rioja, a la que sería estupendo que pudiéramos asistir todos.



Animo a todos los lectores del blog a tomar parte en las votaciones, los concursantes se lo merecen. Os agradezco vuestra atención y vuestra compañía. Un abrazo a todos/todas y cada uno/una.


pilar
Fotografía: Azul. Yves Klein






martes, 27 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº15




Al entrar, cruzamos una sonrisa, aún tiemblo al recordarlo. Era alto, muy delgado, ojos de un marrón verdoso, una de esas miradas penetrantes que nunca he podido resistir porque su brillo gatuno me hipnotiza sin remedio. Entonces, pobre niña inexperta y cándida, no podía ni imaginar tanta crueldad agazapada.

Fotografía: tinta china sobre papel 35 x 50

dos. pfp

domingo, 25 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº14


Nick Mc Allister nació en Austin (Texas), y fue el hijo único de una familia economicamente bien posicionada ya que poseían terrenos, con una explotación ganadera procedente de dos generaciones anteriores a las de Nick, que se habían labrado un prestigio por su conocimiento del sector y su dedicación. Los mejores restaurantes de las grandes ciudades del país anunciaban en sus cartas los platos de carne, haciendo constar la variedad del producto y la procedencia: Angus Mc Allister de Texas.
Shalim Al Bayahd, vino al mundo el mismo día que Nick, en un barrio pobre de Karachi, y fue el primer hijo de una familia de escasos recursos, como todas las que vivían en la zona donde Shalim nació. Al día siguiente de su nacimiento un terremoto castigó la ciudad, afectando principalmente el barrio de la familia de Shalim. Sus padres figuraron entre los miles de personas fallecidas.
Nick creció en un ambiente rodeado de todas las comodidades, pudiendo acceder al mejor centro de educación de Dallas, y posteriormente se graduó en la Columbia University, y aunque nunca se distinguió como un brillante estudiante, pudo relacionarse con compañeros que pertenecían a otras adineradas familias del país.

Las ayudas humanitarias prestadas por los países occidentales a las autoridades de Pakistán, recogieron a Shalim y gracias a ello pudo tener una infancia que le proporcionó durante los primeros años no solo las necesidades básicas, sino también unos conocimientos elementales de lenguaje, escritura y lectura que dificilmente hubiera podido adquirir con sus padres. Convivió con una organización que contaba con algunas personas desplazadas al país para dirigir las labores de ayuda que permitieron a Shalim tener unos elementales conocimientos de inglés, que le facilitaron el acceso laboral a un hotel frecuentado por ingleses.
Cuando el padre de Nick cumplió los sesenta años, se vio afectado por una dolencia cardíaca y viendo que su hijo no tenía ningún interés en proseguir el negocio ganadero, decidió vender la explotación a una empresa de Illinois que desde hacía tiempo perseguía su compra. Nick se dedicó a la especulación inmobiliaria, invirtiendo en esta actividad el dinero recibido al fallecimiento de sus padres.
En Karachi descendió el comercio con los ingleses y algunos hoteles cerraron, quedando Shalim sin trabajo. Vio un anuncio en el que se solicitaban personas dispuestas a trabajar en la construcción en una ciudad desconocida para él y situada en otro país, y dado su carácter solitario y necesidades, llegó a Dubai, donde empezó a trabajar en construcción, y gracias a sus mínimos conocimientos de inglés accedió a una mejor posición, ya que podía mediar entre los encargados de las obras y los trabajadores de su país.
En Estados Unidos el negocio inmobiliario empezó a dar síntomas de agotamiento, y las amistades de Nick que también habían invertido en activos inmobiliarios le hablaron de un nuevo mundo llamado Dubai, donde las inversiones iban a ser rentables de verdad. Vendió en el peor momento sus inversiones y viajó a Dubai para invertir la liquidez obtenida.
Shalim era solitario, y había ahorrado el dinero necesario para adquirir un coche y obtener una licencia de taxi. Con muchas horas de trabajo y viviendo sin ningún exceso, pudo comprar un coche mejor, que le permitió tener contratos con hoteles de la ciudad, que le facilitaban clientes importantes. Con el tiempo adquirió mas coches, dando trabajo a personas de sus país, y aunque dirigía a sus empleados, él personalmente se encargaba de algunos clientes nativos y americanos que solicitaban una limousine.
Cuando Nick llegó a Dubai contrató los servicios de un coche de lujo con chófer, para moverse por Dubai y poder hacer sus negocios. Fue conducido por Shalim durante dos días desde la llegada al aeropuerto hasta su marcha, y aunque casi no intercambiaron palabras, debido al carácter reservado de Shalim y que el acento tejano era de difícil comprensión, en algunos momentos se cruzaron las miradas.

De regreso a Dallas, Nick siguió viviendo su mundo, comiendo en los mejores restaurantes, vistiendo las mejores marcas, jugando al golf en el mejor club del estado y conservando su palco VIP de los Mavericks, donde invitaba a gente importante a ver los partidos de la NBA. Recibió noticias de que sus inversiones en Dubai no se vendían y bajaban los precios, tuvo que solicitar créditos con garantías de sus propiedades para mantener su ritmo de vida primero, dejar su estatus posteriormente, y finalmente acuciado por la situación económica poner en manos de una firma de abogados la venta las posesiones que le quedaban en Dubai, y aunque el valor de mercado era solo el 30% de su inversión, no le quedó otra opción que aceptar para poder sobrevivir y pagar sus deudas.
La compraventa se había fijado en un banco de negocios en New York, y allí acudió Nick. Cuando los abogados de comprador y vendedor repasaron toda la documentación, se procedió a la firma, entrando Nick como vendedor y Shalim como comprador. Firmaron, se entregó el cheque, se dieron la mano, se miraron a los ojos, y aunque se reconocieron no intercambiaron mas palabras.
Nick volvió a Dallas, pensó en Shalim e invirtió en un negocio de alquiler de coches a empresas, y aunque no recuperó su anterior estatus, pudo ir alguna vez a ver a sus Mavericks, frecuentando ambientes más populares.
Shalim volviendo en el avión a Dubai, después de saborear por primera vez en su vida un vaso de merlot californiano,(no por la religión ,sino porque no había tenido acceso) pensando en Nick decidió que seguiría con sus trabajos, y repartiría a precio de coste las propiedades que acababa de adquirir entre personas de la misma procedencia que él, ya que no tenía descendencia ni amigos, y pensó que sería mejor darlo en vida a que se lo quedara el Emirato a su muerte.





Fotografía: construcción en la ciudad de Dubai. pfp


sábado, 24 de abril de 2010

DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL.wolfang amadeus MOZART



Pedrillo saca su mandolina y canta acompañándose
Nº 18 R O M A N Z A

En tierra de moros estaba cautiva
una muchacha bella y delicada;
era blanca y rosa, su cabello negro,
de día y de noche suspiraba y lloraba;
quería que la liberaran.
Entonces vino de tierra extranjera
un joven caballero;
ella se lamentó mucho;
ah, dijo él, arriesgaré cabeza y honor
para salvarla.
Vengo a verte, amada, en la noche oscura.
¡Déjame, cariño, entrar aprisa¡
No temo a guardias ni cerrojos.
¡Oye¡ ¡Escucha¡ A medianoche
serás liberada.

Dicho y hecho: al dar las doce
el valiente caballero estaba allí;
ella le tiende dulcemente la mano,
y a la mañana la celda estaba vacía;

¡ella se había escapado, hópala¡
Fotográfía. Zoco en Dubai, (detalle) pfp

jueves, 22 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº13


DOS VIDAS

Quien sabe que pensamientos maravillosos pasaban en aquellos ratos por sus cabezas... Ella, se tumbada sobre su izquierda, en un rincón del salón, directamente sobre el parquet, desdeñando ostensiblemente la gran alfombra que casi cubría la habitación por completo. Él, sentado a su lado, variaba continuamente de postura para atender metodicamente, la procesión de pequeños coches que alineados en una gran cola, esperaban pacientemente su turno.

Ella, pertenecía a mi abuela, era una gran setter irlandesa, una pelirroja preciosa de unos diez años de edad, de una bondad y una paciencia infinita. Él, era mi hijo, un niño de unos tres años, pálido y delgado, hiperactivo, rayando lo patológico.
Ella, pacientemente y casi dormida, dejaba que él subiera sus cochecitos por su lomo, y que avanzaran suavemente subiendo y bajando su anatomía más pronunciada, como si su cuerpo fuera una grán cordillera llena de carreteras sin asfaltar, hasta llegar a la cabeza, donde bordeando con delicadeza la parte superior del ojo, el crío deslizaba sus cochecitos hasta el morro del animal, en donde sin remedio, acababa la excursión...

Nunca volví a ver un animal tan placenteramente abandonado a su suerte, nunca volví a ver un niño jugando tan relajado, sereno, y feliz... Por eso elijo estas dos vidas para la propuesta de éste concurso y no otras, por la belleza, por la armonía de este recuerdo incomparable de un tiempo, y unas vidas que por desgracia no volverán.
...
Epílogo: me pregunto, ¿porqué Dios mío no le compré un perro?



Fotografía: óleo sobre tela. bondad. pfp




martes, 20 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº12


Fue en un brevísimo instante, mientras cruzaban un paso cebra que los unía en el anonimato de un destino incierto, que ambos se advirtieron.


Uno acababa de ser incomprensiblemente despedido. El Director de RR.HH de la corporación le comunicó que su ratio de rentabilidad había descendido inexplicablemente en los últimos meses, los mismos que hacía que su mentor, había sido promocionado a la Dirección de una nueva sede del Este de Europa. Muchos colegas habían advertido la animadversión que había causado desde el día de su incorporación al despacho, su manera desinhibida, casi provocativa, de mostrar su orientación sexual, aunque todo el mundo ensalzaba su brillante currículum de casos ganados con ejemplar profesionalidad.


El otro iniciaría una vez traspasado el umbral del egregio vestíbulo del más prestigioso bufete de la ciudad, una brillante carrera profesional que todo el mundo, desde su adinerado e influyente suegro, hasta su más que íntimo amigo, estaban convencidos que lograría, incorporándose al fin y después de varios Máster a sus espaldas, en el organigrama de tan distinguido y laureado despacho profesional.

Fue en un brevísimo instante, mientras cruzaban un paso cebra que los unía en el anonimato de un destino incierto, que se miraron a los ojos.

Uno no había tenido ni tiempo de recoger los objetos personales que tenía en la mesa del despacho, incluida la foto de su eterno novio, que desde que su mentor se había ido, le habían aconsejado que no mostrase tan abiertamente. Aun así el siguió pensando que si sus colegas mostraban con provocante orgullo, la foto de sus adorables esposas rodeadas de los hijos e incluso el perro, él también podía hacerlo con la de su novio, al fin y al cabo cinco años eran todo un record de permanencia más o menos estable, en su azarosa vida sentimental.

El otro con su mentón altivo y su decidido paso, no podía ni quería disimular a todo aquel que se cruzara por delante, el brillante porvenir que le esperaba después de tantos esfuerzos y tantos sacrificios, que incluían casarse con una chica más rica que mona y que no le interesaba más allá de cubrir un expediente siempre complicado, pero que prendida como estaba de él desde la adolescencia y ante la posibilidad que su más que influyente padre pudiese ayudarle en su incipiente carrera, le habían llevado a aceptar una boda que le permitiría situarse donde siempre quiso estar, sin renunciar a su intensa vida sentimental con todos los hombres que se propusiera.

Fue en un brevísimo instante, mientras cruzaban un paso cebra que los unía en el anonimato de un destino incierto, que uno siguió andando cabizbajo, apesadumbrado, con una multitud de preguntas sin respuesta martilleando y una cascada incesante de imágenes revolviéndose en su aturdido cerebro, mientras el otro aminoró el paso a la vez que giraba la cabeza para observarle por la espalda, esperando que aquel hombre joven y con un aire taciturno que le atraía, hiciera lo mismo. Estaba a punto de desistir, acostumbrado como estaba a no esperar tanto tiempo la casi certera complicidad con la presa, cuando el otro, sintiéndose observado, ladeo la cabeza para observarle, como tantas veces había hecho, ni que fuese por inquieta coquetería.

Cruzaron miradas que en otras ocasiones ambos hubieran interpretado a la perfección, pero que en esta se nublaron incomprensiblemente por un fugaz flash. Uno se vio asimismo dos años antes e incluso esa misma mañana cuando se dirigía como siempre al trabajo, con exultante orgullo mostrándose al mundo seguro de su reconocida valía y el otro creyó adivinar en ese rostro bello, pero apesadumbrado, el signo de la derrota, algo que nunca tendría cabida en su vida.

Fue en un brevísimo instante, cuando habían cruzado el paso cebra, que ambos tuvieron el absurdo y certero presentimiento de quienes eran en realidad e inmediatamente uno se giró bruscamente airado y no atisbó a ver al otro que apresurando el paso, se perdió entre la marea de gente que a esa hora se disponían a empezar la jornada laboral, en su signo muy íntimo de temor y debilidad que nunca jamás acostumbraba a mostrar en público.

Fue en ese brevísimo instante de apenas treinta segundos, que sus vidas se cruzaron, unieron y huyeron, en un paso cebra, delante de la sede central del más prestigioso bufete de abogados de la ciudad.

Fotografía: tinta china y acrílico sobre papel. Cebra. pfp

sábado, 17 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº11



Vuelta y vuelta

Él nació antes, ella nació después. Los dos el mismo día, pero en distinto año. Coincidieron en el instituto. Él pensó que guardaba algo muy atractivo en las comisuras de sus labios, de sus ojos y sus piernas. Ella no pensó nada, pero quiso tener algo con él desde el día en que lo vio sonreír bobamente a una papelera. Acabaron enrollándose.

Se enamoraron obsesivamente, como sólo se hace la primera vez (y quizás la última). Borraron el resto del mundo durante unos minutos o una semanas. Creyeron que todo les predestinaba a la perfección, que habían nacido el uno para el otro. Un tiempo más tarde ya no tenían nada que ver y no supieron explicárselo. No se querían. Ya está. Ninguno de los dos lloró por la pérdida.

Algunos años más tarde, algunos hombres y mujeres más tarde, acabaron viéndose de nuevo. Por supuesto fue un encuentro casual. Él dijo que había cambiado, ella pensó que había cambiado. Empezaron de nuevo. Pensaron que ahora sí sería definitivo. Él estuvo aburrido, ella todavía ilusionada.

Se quisieron, se maltrataron con la suavidad que usan algunos amantes.Y finalmente, sin ningunas ganas de contacto físico, se saludaron en la lejanía. Acabaron evitándose, cuando se cruzaban en las calles de su ciudad, testigos enojosos de un relato que no habían sabido forjar.





Fotografía: Carboncillo sobre papel. dos, de vuelta pfp

jueves, 15 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº10



LAURA


-¿Vienes a tomar un café, y hablamos un ratito?

-No, no, me voy a casa.

-Pero Laura, por favor, que poco sociable eres....

Los que trabajaban con Laura pensaban que era una persona anodina, puritana, solitaria, posiblemente sería atractiva si no se vistiera con esa ropa tan insulsa, y a pesar de su falta de interés por estar a la moda,ni por resaltar sus encantos tenía una belleza natural que resultaba agradable y despertaba un instinto paternal y protector entre sus compañeros.

Su vida era un enigma.

Nadie sabía que hacía cuando terminaba la jornada laboral, ni donde pasaba los fines de semana, ni con quien. Suponían que sola, porque nunca aceptaba invitaciones para salir a divertirse, nada de discotecas, ni de cines, ni de copas.

Ella se esfumaba en cuanto el reloj marcaba las seis de la tarde.

No le hacía confidencias a nadie,era muy reservada.
Hasta que un día llegó a la oficina un nuevo empleado que la conocía del pueblo donde vivían sus abuelos, incluso habían ido juntos al colegio de pequeños.La reconoció enseguida y contó bajando mucho la voz que hacía veinte años la habían plantado en el altar, vestida de novia.

Su novio no se presentó el día de la boda y desde entonces ella no quería relacionarse con nadie.Y mucho menos con hombres.

Después de aquello se vino a trabajar a la ciudad, buscando un anonimato que en el pueblo era imposible.

¡Ohhhhh!... !Que crueldad!.... !Pobre chica!.....Debió ser un trauma tan grande....

Nadie comentaba nada en su presencia, todos disimulaban saber su pasado, había como un pacto de silencio sobre ese asunto tan atroz y Laura estaba satisfecha con esa distancia que mantenía con sus compañeros de trabajo.

No quería que supieran nada de su vida. Ni de la anterior ni de la actual.

Nada les importaba si se había enamorado locamente, como nunca pensó que se pudiera después de tanto dolor y tantas lágrimas.

Hacia ya varios meses que un hombre la había conquistado,sin hacer ruido,dulcemente había conseguido romper su coraza de amargura y desencanto. Había restaurado su corazón trocito a trocito,con palabras suaves, con hermosas poesías y con una paciencia digna de un santo, volviendo a intentar que confiase en él cuando se convertía en una niña asustada que le rehuía porque las dudas y los temores la invadían.

Laura era feliz junto a él. Se sentía segura y querida, pero no estaba dispuesta a compartir con nadie más esa felicidad.Mejor que fuera su secreto. Con él lo único que todavía no había superado era hablar de matrimonio.

Era la palabra maldita, le traía muy malos recuerdos.

Cada uno en su casa y Dios en la de todos, le respondía cuando él lo intentaba.

Todos los días después de las seis, Laura se convertía en otra mujer, viva, alegre, parlanchina, sexy, romántica, y cuando su amado la visitaba discretamente, procurando que los vecinos no le vieran subir a su casa, tal y como ella le pedía, Laura le recibía con un abrazo muy largo, se quedaba como fundida en su pecho y luego le llenaba de apasionados besos.

Se dejaban llevar por la pasión, Laura se abandonaba en sus brazos y entre suaves caricias, susurros y gemidos volaban juntos muy lejos, hasta alcanzar la luna y las estrellas.

Hoy él estaba raro.Se lo notó en cuanto llegó, pero prefirió no acosarle a preguntas.

Tenía la virtud de saber esperar y no precipitar las confidencias.

Cuando él quisiera ya se lo contaría. Seguramente habría tenido algún contratiempo en el trabajo.

Después de un largo silencio tumbados en la cama desnudos, se desenredó de sus brazos y empezó a vestirse.
-¿Ya te vas?

- Si, tengo que coger un avión dentro de dos horas.

-¿Porqué?

- Me trasladan. Mañana a las ocho tengo que estar en Barcelona.

-¿Así, de repente?

- Si

- Dime la verdad ¿te vas porque te has cansado de mi? ¿ya no me quieres?

- Noooooo, cielo, por favor, ni lo pienses. Me encantaría que vinieses conmigo, te quiero con locura y estoy muy disgustado pero sé que no tengo ningún derecho a pedirte que dejes tu trabajo, tu casa, tu vida...

- Mi vida eres tú. Pídemelo y deja que sea yo quien decida

Al día siguiente, los compañeros de Laura no daban crédito al mail que estaban leyendo.

" La Laura que vosotros conocéis murió anoche. No he podido despedirme porque la vida es así, imprevisible. Solo se vive una vez, y he elegido vivir la vida que me hace feliz junto al hombre que amo.Vamos a estar una larga temporada en Barcelona y hasta es posible que suenen campanas de boda..."


Fotografía: Carboncillo y tinta sobre papel. duda. 36x51 pfp

miércoles, 14 de abril de 2010

cazadoras de cabezas, Salomé


NARRABOTH:
¡Cuan pálida está la princesa¡ Nunca la había visto tan pálida. Es como la sombra de una rosa blanca en un espejo de plata.


Salome ,de Richard Strauss. Libreto basado en la traducción alemana de Hedwig Lachmann de la obra homónima de Oscar Wilde
Fotografía: Salome con la cabeza de San Juan Bautista. obra de Adolf Frey Moock 1910. Óleo sobre cartón 66x45,7cm. Colección privada. Alemania

domingo, 11 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº9

MÁS DE DOS VIDAS

Cuando aún era una niña se enamoró o así lo creyó ella, de un muchacho que jugaba con un balón en la calle, desierta de tráfico, y que se veía claramente entre las celosías de su balcón del entresuelo donde vivía.

Por las noches, la pared de su habitación, casi lindaba con la de un cine recién inaugurado de espaldas a la suya, pared que servía de pantalla y que emitía voces y sonidos de la película que se estaba proyectando. Y soñaba con amores imposibles y trágicos a veces, y situaciones malvadas y perversas otras, pero siempre relacionadas con la identidad de la atracción.

Cuando fue una adolescente, un día, sentada en el comedor de una Fonda donde pasaba unos días de verano con su madre, encontró en la mesa de enfrente a ella, la mirada de unos ojos verdes-grises de un muchacho que formaba parte de un grupo excursionista. Cuando el grupo se fue unas horas antes, ella le dejó una nota en el alféizar de la ventana de su habitación, ardiente y anónima donde expresaba su fosforescente inclinación hacia el "amor".

Era evidente que su personalidad íntima y sexual se estaba desarrollando y vivía con el anhelo de lo que pensaba inasequible.

Junto a esto, estudiaba mucho y con gran atracción hacia el mundo de las artes, el mundo de la música en especial. El conjunto de estas premisas la hacían ser una joven hermosa, encantadora, dulce y soñadora.

Se enamoró varias veces, se decepcionó muchas más pero no se hundió.

Creció física y humanamente en valores muy positivos y el mal y los peligros que rondaban en su entorno, nunca le hicieron daño.

Pasaron los años, vivió una vida completa de amor y dolor, tuvo hijos, padeció privaciones, encaró la dureza de la vida siempre con suavidad pero con firmeza también y superó dificultades impensables: criatura aparentemente tan débil y delicada. Pero nadie se preguntó su secreto porque a nadie interesaba sus vida ni sus sentimientos. Simplemente estaba junto a, dispuesta a, a favor de, dedicada a, en función de.

Seguía pasando el tiempo y se quedó sola. El amor-amor de su vida murió, pero no murió el amor que desbordaba en la profundidad de su ser desde siempre. Los hijos se fueron de casa a caminar su propia vida, sin preguntar ni interesarse del porqué seguía latiendo su corazón. Y se acercó la vejez que no le afectó. Con ciertas limitaciones físicas, su espíritu soñaba con la eternidad de lo amado, en la resurrección de lo único posible de resucitar: el amor.

Se dedicó a tareas humanitarias cuando finalizó su trabajo laboral y pensó que su vida tenía ese sentido. Pero no fue así.

Empezó de nuevo a enamorarse de sueños ya imposibles como si su edad no tuviera nada que ver con su realidad. La cercaron, la atosigaron, la increparon, la instaron a vivir una hipotética vida de "son cuatro días", pero no sucumbió. Pero tampoco sabía qué estaba esperando nunca, nunca lo supo...

Vivió un sinfín de vidas imaginadas, se oyó decir que era cobarde, que sólo se quería a si misma, cuando su autoestima estaba por los suelos y su valentía ya había quedado patente en diversas circunstancias de su existencia. No se deprimió´, no...

Hoy que ya sé de ella tantas cosas, la he visto sentada en una butaca frente a la ventana de su habitación, abierta, con los visillos al aire y la mirada ausente hacia la lejanía, todo lo lejano que podía verse desde allí. Su mirada, a veces, seguía el vuelo de un pájaro y después volvía la vacío del espacio.

Pensé que aquel vacío no era tal, estaba llenándolo de belleza para poderse ir serena y tranquila hacia el Universo del que formaba parte.

Fotografía: Collage y acrílico sobre papel. El jardín azul. pfp

jueves, 8 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº8


Ella era quien era.

Lo sabía bien, aun sin gustarse lo suficiente

¿Lo suficiente? ¿Cuánto? ¿Como? ¿de verdad?

No se gustaba y punto.

Un día comenzó a escribir.
Terminó por inventarse un personaje

Primero detrás del misterio
Luego detrás de una absoluta ficción, comenzó a ser
quien no era, a copiar palabras, inventar modismos,
y terminó por dejarse llevar entera por su imaginación,
que nunca sospechó tan frondosa.

Transitó los poemas, los relatos y los cuentos.
Comenzaron los comentarios y llegó la correspondencia.
Jugó y apostó alto. Mucho. Demasiado. Hasta que un día
dejó de ser Amanda para convertirse en Sol de Noche.
El astro la encandiló tanto, que ya no pudo distinguir
verdad de mentira, realidad de ficción.
junto a las pastillas y el alcohol, el mouse
fue el encargado de comenzar la tarea.

Oprimió ENTER, mientras la pantalla preguntaba
si estaba segura de "eliminar".

Luego entró en un sueño del que nunca salió.

Volvió a ser una, al momento de extenderle el certificado de defunción.
Fotografía: tinta y carboncillo sobre papel. huida pfp


domingo, 4 de abril de 2010

3º Concurso pequeño formato. Relato nº7



Nuestra relación, comenzó hace un par de años, o menos, o quizás más, es igual, no es importante el tiempo transcurrido si no la intensidad de la vivencia.


Como decía, todo comenzó un día con la recepción de un paquete, que me fue enviado desde la sede central de mi empresa.


El paquete, contenía un maletín con un PC portátil en su interior. Complementaba el envío un cargador, un ratón de larga cola (cibernético, se entiende), una unidad de memoria externa y algún cable de conexión telefónica.


En el momento de las presentaciones le noté frío, se identificó como el Sr. Hp, sin nombre, sin modelo, sin número de serie, en definitiva sin ningún detalle que identificase su alcurnia, solo un apellido y bastante común.


Su tez, gris oscura y con varias cicatrices, me indicaban su madurez. Contaría con un portátil experimentado y que seguramente había batallado en muchos despachos médicos, la experiencia siempre es un grado pensé, pero su aspecto cansado me preocupó.

Nuestra relación, fue estrictamente profesional, él, tenía que ayudarme en mi trabajo, proporcionándome conexión directa con la central de nuestra empresa para así, poder acceder a los historiales de mis pacientes.

Tengo que confesar que desde el primer momento, mi impresión no fue buena, quizás esta intuición restó confianza a nuestra relación, pero no me equivoqué.


Todo lo que le pedía lo realizaba con gran lentitud, le costaba una eternidad conectarse con su ordenador jefe, todos los datos que le dictaba los transcribía a regañadientes, escribiendo hora sí hora no, ahora deprisa, ahora me paro, en fin, pensaba que se cachondeaba de mí, pero como tengo una paciencia como la del señor Job, (que yo creo que no está santificado) y no contaba con otros recursos, tuve que continuar nuestra relación, intentando hablarle con dulzura y explicarle que teníamos que hacer un tandem para la buena marcha de la empresa y de nuestra salud.


Pero no mejoró, incluso diría que su actitud fue empeorando, desconectándose sin previo aviso, con la consabida perdida de datos y la necesaria repetición del trabajo ya efectuado. Nuestra relación empeoraba día a día y empezó a convertirse en un tormento.


Un día, mirándole cara a cara, después de una de sus desconexiones a la brava, me pareció que mi compañero estaba enfermo. Mala cara, tenía desde el primer día, esa tez gris, esas cicatrices, ese aspecto de batallas perdidas, ese polvillo entre sus teclas, en fin, me afloró mi lado médico y le hice una anamnesis completa, el diagnóstico ¡claro!, sin pruebas complementarias pero ¡claro y evidente! ¿cómo no me di cuenta desde un principio? su clínica era de libro, mi querido Hp padecía un SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA.


Mis sentimientos cambiaron.


Sin tiempo que perder, pedí que fuese remitido al mejor especialista en la materia, en cambio, en mi empresa, pensaron que era suficiente con el del “Seguro”.


El del “Seguro”, acudió a mi consulta para reconocer a Hp. En esos momentos unos oscuros nubarrones nublaron mi mente, el del “Seguro” en cuestión (estoy convencido que no tenía especialización y que cubría la baja del titular o como mucho cubría el puesto de forma interina), no me transmitió ni la más mínima confianza, fue anodino, intrascendente, dudaba de mi diagnóstico, ¡¡¡ UN INCOMPETENTE!!!


La cuestión terminó con el traslado e ingreso de mi compañero Hp.


Mis sospechas se transformaron en realidad, a los pocos días, me devolvieron al pobre Hp con el mismo aspecto cansado, con esa tez gris oscura, con las mismas cicatrices y ni aún el polvo de sus teclas había desaparecido. El informe del técnico del “Seguro” vaga, sin contenido, insulsa, en definitiva no le habían hecho nada, según decía, su funcionamiento era correcto, -que sabrá de funcionamiento ese chapucero pensé, le tendrían que quitar el titulo- no le habían practicado ni una Resonancia ni un TAC, ni un análisis de circuitos, ni una mísera radiografía.


Ni que decir tiene, que nuestra asociación empeoró día a día, mi querido Hp, si, querido, porque al final de los débiles y de los enfermos nos acabamos encariñando, su pobre situación nos afecta y nos conmueve, les comprendemos, todos somos humanos… bueno Hp no, pero casi, sus reacciones, eran tan similares a las del resto de la gente…


Como decía, mi querido Hp no lograba mantenerme una conexión más de 30 minutos seguidos en el mejor de los casos, era incapaz de transcribir todo lo que le dictaba, y cada vez memorizaba peor todas mis instrucciones, él lo sabía, se daba cuenta de su enfermedad, se daba cuenta de su bajo rendimiento, de su torpeza, de su inutilidad, sabía que tras nuestras sesiones de trabajo de los miércoles, tenía que acudir a finalizarlas en mi PC de sobremesa, y creo que no lo soportaba.

¡Y ocurrió!


Ayer fue nuestra última sesión, cuando lo recuerdo manan las lágrimas de mis ojos, la escena fue no ya Dantesca, más aún, Bushescoaznariana.


Su incapacidad para ayudar en mi trabajo le estaba provocando una Depresión Mayor Muy Grave, se sentía inútil, vacío, incapaz de realizar y mantener una simple conexión con su colega de central, cansado y dolorido, cada vez que acariciaba sus teclas emitía un leve susurro de dolor ¡Se derrumbó!, después de varios y costosos intentos logró conectarse con nuestra central, pero estaba extenuado, veía su incompetencia y como cualquier ser humano se sentía frustrado, hundido en un agujero negro cibernético, incapaz de mantener la conexión por encima de unos segundos. Nuestros pacientes contribuían con sus comentarios a empeorar la situación, qué, no quiere trabajar ¿eh?, ¿se le ha caído la línea?, ¿está hoy perezoso?, ¡esto es el progreso¡… y frasecitas que tuvimos que aguantar estoicamente con una sonrisa en nuestros labios.


Quizás, lo que acabó por desmoronarle, fue que delante de nuestros pacientes tuviese que apartarlo y hacer uso de una hoja de papel y de un bolígrafo que dormía encima de la mesa. No lo debí hacer nunca.


Su reacción fue drástica, inmediata, fulminante, en el momento en que nos quedamos solos me hizo levantar, se agarró a mis manos con una fuerza que jamás me había mostrado y obligándome a alzar mis brazos se encaramó por encima de mi cabeza solo sujeto por los dedos índices y pulgares de mis manos ¡si!, con la intención de lanzarse al vacío, con la intención de desconectar sus circuitos para siempre, con la intención de terminar con la agonía de tantos años, o quizás no fueron tantos pero la relatividad del tiempo es evidente.


Mi reacción fue inmediata, por mi cabeza pasaron en una décima de segundo todas las imágenes de mi vid... no, lo que vi fue que mi compañero Hp luchaba por su liberación definitiva, pero luchaba desde el extremo de mis manos, claramente era un suicidio y yo le entendía, pero ¿lo entendería el resto del mundo?, ¿me harían cómplice de su muerte?, ¿me cobrarían su reparación?, ¿me harían comprar uno nuevo?.


La cordura entró en mi cerebro despejando los oscuros nubarrones que instaló en mí aquel nefasto individuo del “Seguro” y se hizo la luz, a tiempo de impedir que mi querido Hp volase por los aires en busca de su libertad.

Me disfracé de psicólogo y hasta le convencí, le susurre lo bonito de la vida, le hable de nuestra amistad, para al final hacerle recapacitar sobre su enfermedad y convencerle de la idoneidad de un correcto tratamiento que esta vez encontraríamos, en definitiva, le mentí.

El resto de la jornada discurrió por los mismos derroteros, con la minusvalía de Hp y la persistencia de comentarios soeces por parte de nuestros interlocutores.


Cuando quedamos a solas y con prácticamente todo el trabajo por hacer, la secuencia se repitió, en un momento de descuido volvió a subirse sobre mis manos arrancando al ratón (bionico) de su cordón umbilical, me imploró que le ayudase, que le subiese por encima de mi cabeza y le impulsase con todas mis fuerzas en un vuelo que nos liberaría a ambos y accedí.


Ya estaba iniciando el vuelo hacia las baldosas de gres de nuestro despacho de alquiler, cuando, la razón me iluminó de nuevo y evitó que mis dedos soltaran a mi inseparable compañero cuando este descendía, como un rayo de luz, a la altura de mis caderas.


Casi me destrozo la rodilla, todavía me duele, pero mi agilidad y coordinación lograron detener el golpe mortal con el que mi amigo Hp pretendía poner fin a una entrañable relación.


Mis posteriores pasos fueron rápidos y precisos, mirándole a los ojos fijamente me despedí y le prometí…. ya no recuerdo qué, lo apague a la brava sin seguir el protocolo indicado y en estos momentos me encuentro embalándolo de nuevo para que a través de la valija de mi empresa sea enviado a… no se a quien pero enviarlo donde quizás puedan ayudarle a comenzar una nueva vida lejos de la amenaza mis man...






Fotofrafía: acrílico sobre papel. Considerando. pfp

jueves, 1 de abril de 2010

Llanto de las virtudes y coplas a la muerte de Don Guido


Al fin, una pulmonía
mató a don Guido, y están
las campanas todo el día
doblando por él: ¡din-dan!

Murió don Guido, un señor
de mozo muy jaranero,
muy galán y algo torero;
de viejo, gran rezador.

Dicen que tuvo un serrallo
este señor de Sevilla;
que era diestro
en manejar el caballo
y un maestro
en refrescar manzanilla.

Cuando mermó su riqueza,
era su monomanía
pensar que pensar debía
en asentar la cabeza.

Y asentóla
de una manera española,
que fue casarse con una
doncella de gran fortuna;
y repintar sus blasones,
hablar de las tradiciones
de su casa,
escándalos y amoríos
poner tasa,
sordina a sus desvaríos.

Gran pagano,
se hizo hermano
de una santa cofradía;
el Jueves Santo salía,
llevando un cirio en la mano
—¡aquel trueno!—,
vestido de nazareno.
Hoy nos dice la campana
que han de llevarse mañana
al buen don Guido, muy serio,
camino del cementerio.

Buen don Guido, ya eres ido
y para siempre jamás...
Alguien dirá: ¿Qué dejaste?
Yo pregunto: ¿Qué llevaste
al mundo donde hoy estás?

¿Tu amor a los alamares
y a las sedas y a los oros,
y a la sangre de los toros
y al humo de los altares?

Buen don Guido y equipaje,
¡buen viaje!...
El acá
y el allá,
caballero,
se ve en tu rostro marchito,
lo infinito:
cero, cero.

¡Oh las enjutas mejillas,
amarillas,
y los párpados de cera,
y la fina calavera
en la almohada del lecho!
¡Oh fin de una aristocracia!
La barba canosa y lacia
sobre el pecho;
metido en tosco sayal,
las yertas manos en cruz,
¡tan formal!
el caballero andaluz.

Antonio Machado





Fotografía: picaporte, Briones, Rioja. pfp